Por primera vez, la humanidad está por obtener muestras del suelo del lado oculto de la Luna, gracias a la sonda Chang’e 6 de China.
En el siglo XX hubo varias misiones a la Luna, las Surveyor de la NASA, las espectaculares Apollo tripuladas o las sorprendentes Luna de la Unión Soviética con sus vehículos Lunojod. Pero todo parecía haber terminado en la temprana década del 70.
Fue en 1976 cuando alunizó la sonda espacial soviética Luna 24, que regresó a la Tierra con muestras del suelo lunar. Después hubo algunos orbitadores lunares y nada más. Pasaron 37 años para que una nave espacial volviera a tocar suelo lunar, y esta vez le tocó el turno a China marcar el regreso a la Luna.
La mitología
Las misiones lunares de China llevan por nombre Chang’e, en honor a la diosa de la Luna en la mitología china.
Chang’e era una joven esposa, que cierto día encontró una píldora para volverse inmortal, pero temiendo que su esposo Houyi la descubriera, ingirió la píldora completa, cuando debía tomar solo la mitad. Chang'e comenzó a flotar sin control, volando tan alto que llegó hasta la Luna, de donde no pudo regresar. Chang'e se convirtió en la diosa de la Luna y allá la acompaña Yutu, un conejo de jade.
Las misiones a la Luna
China inició su exploración de la Luna cartografiando su superficie, con la sonda espacial Chang’e 1 entre 2007 y 2009 y después con la Chang’e 2 en 2010, obteniendo un mapa con mayor detalle.
Además, Chang’e 2 probó una red de seguimiento y control espacial y luego se dirigió al asteroide 4179 Toutatis.
Con la Luna cartografiada, la siguiente misión era muy ambiciosa. El 14 de diciembre de 2013 China hizo historia al alunizar la Chang'e 3. La primera en hacerlo en 37 años.
Del módulo de alunizaje descendió el astromóvil Yutu, para una misión de 90 días, pero funcionó ¡972 días! un verdadero éxito. En total recorrió 114 metros, hasta el fin de la misión en 2016.
Yutu descubrió un tipo de basalto con titanio e ilmenita (titanio y hierro), en proporciones desconocidas hasta entonces.
Como gran sorpresa, Chang'e 3 transportó un telescopio de 50 mm de diámetro, para observaciones en el ultravioleta, para estudiar galaxias, núcleos galácticos, estrellas variables, binarias y cuásares.
Le siguió la Chang’e 4 con el astromóvil Yutu 2, la cual alunizó en 2019 en el cráter Von Kárman, ubicado en el lado oculto de la Luna. Es la primera misión en alunizar en aquel lado. Por cierto, es un error llamarle el lado obscuro, pues durante Luna Nueva, todo ese lado es iluminado por el Sol y en Cuarto Creciente y Menguante solo una parte es iluminado. Se le llama lado oculto, porque no lo vemos desde la Tierra, ya que la Luna siempre nos muestra el mismo lado.
Para establecer las comunicaciones con el lado oculto de la Luna, China envió al satélite Quequiao, para retransmitir las señales de Yutu 2 hacia la Tierra. Yutu 2 ha sido exitoso, pues ha sobrepasado el kilómetro de recorrido.
Además, Chang’e 4 logró germinar semillas de algodón dentro de un contenedor especial.
A pesar de los logros, ninguna misión espacial por exitosa que sea, podrá igualar o superar la capacidad de investigación de un laboratorio terrestre. Por ello, siempre será mejor traer muestras a la Tierra. Sin embargo, estas misiones serían tan costosas y complejas que muy pocas verían la luz.
El 1 de diciembre de 2020 alunizó la Chang'e 5. Recogió 1.73 kg de muestras del suelo y subsuelo, gracias a un taladro. Después despegó y regresó a la Tierra. El contenedor con las muestras aterrizó en Mongolia, el 16 de diciembre de 2020. Habían pasado 44 años desde la última misión que trajo muestras lunares a la Tierra, la soviética Luna 24.
Mientras tanto en la Luna, Chang’e 5 detectó agua al interior de una roca, aunque en pequeñas proporciones. Para las futuras misiones tripuladas a la Luna, es esencial conocer en donde hay agua. Ya que el liquido no solo es vital para la supervivencia de los humanos, de ella se extrae oxígeno para respirar, hidrógeno para usarlo como combustible y el agua es útil para la minería.
La última en hacer historia es la Chang’e 6, la cual alunizó el pasado 1 de junio, en el lado oculto de la Luna, es la segunda sonda en hacerlo.
La Chang’e 6 es idéntica a la 5, con un perfil de misión similar. La nueva misión recogerá hasta 2 kilogramos de muestras del suelo y subsuelo, de hasta 2 metros de profundidad. Su gran meta será regresar a la Tierra con las muestras, lo que deberá suceder en la primera semana de junio.
El lado oculto de la Luna es muy diferente al que vemos, está lleno de cráteres, algunos enormes. Solo el 1% de su superficie está cubierta por mares (las áreas obscuras), mientras en el lado visible es el 31.2%.
Al parecer, el calor de la Tierra al formarse y su gravedad, provocó la emanación de roca fundida en en lado visible de la Luna, que al enfriarse millones de años después, formó los mares. Pero para completar esto, falta conocer mejor la corteza del lado oculto de la Luna y las muestras lunares contribuirán a ello.
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Pronto sabremos más de la composición del suelo en aquel poco conocido lado oculto de la Luna.
german@astropuebla.org