Materia oscura
Un gran misterio está a punto de resolverse, el de la Materia Oscura, algo que los astrónomos predicen que existe.
Toda la materia genera gravedad, pero se ha observado un exceso de gravedad que no corresponde con la materia observada. De ahí, que debe existir más materia que no vemos, y por ello ha recibido el nombre de Materia Oscura.
Puedes leer también: ¿Un ovni? Captan extraña luz en el cielo nocturno del norte de México (Fotos y Videos)
Según datos del Observatorio Espacial Planck, nuestro Universo estaría compuesto por: la materia bariónica, la que sí podemos observar, es el 4.9% de la existente en el Universo. El 26.8% sería la misteriosa materia oscura. Y, para más aterrador, el 68.3% corresponde a algo desconocido, la energía oscura.
La simulación del planetario Hayden del Museo de Historia Natural de Estados Unidos, nos muestra una aterradora imagen del Universo, filamentos grises y negros de la materia obscura y, en brillante, la materia bariónica, la que vemos.
El sol de Halloween
En 2014, astrónomos del Solar Dynamic Observatory de la NASA, combinando imágenes del Sol en diferentes longitudes de onda, obtuvieron una, en donde destacan las zonas de más emisión de luz y energía del Sol, y al mismo tiempo obscurecieron el resto, el resultado fue un aterrador Sol de Halloween.
La nebulosa del dragón volador
En la constelación del Cisne se manifiesta la poco conocida nebulosa de emisión Sh2-114, conocida como la nebulosa del Dragón Volador. Es pequeña, no asociada a ninguna explosión de supernova, por lo que se deduce que su forma se debe a los vientos estelares de estrellas cercanas que han moldeado el polvo y gas con la aterradora figura. Hasta ahora, los astrónomos no han logrado medir la distancia a la que se encuentra.
Las nebulosas de emisión son aquellas que emiten luz a través del gas ionizado, alimentado por luz ultravioleta de estrellas cercanas.
La nebulosa de la cabeza de la bruja
En la constelación de Erídano, cerca de la estrella Rigel en la constelación de Orión, aparece el grito desesperado de la muerte de una estrella.
A 900 años luz de nosotros, la nebulosa de reflexión de la Cabeza de la Bruja (IC 2118) se manifiesta como último registro de la existencia de una brillante estrella. Como todas las nebulosas, ésta es también un criadero de estrellas, la bruja prepara su descendencia.
Las nebulosas de reflexión reflejan la luz de estrellas cercanas.
La nebulosa del fantasma
En una tranquila noche de 1966, el astrónomo Sidney Van den Bergh observaba hacia la constelación de Cefeo, cuando apareció ante él un fantasma.
Ubicada a mil 470 años luz de distancia, la nebulosa de reflexión es catalogada como Sh2-136.
La calavera de Perseo
Rumbo a la constelación de Perseo, a 240 millones de años luz de distancia, se encuentra el cúmulo de galaxias Abell 426, uno de los objetos más masivos conocidos del Universo.
El cúmulo agrupa a miles de galaxias inmersas en nubes de polvo a una temperatura de millones de grados centígrados. Cuando los astrónomos lo observaron en otra longitud de onda, la de los rayos X, apareció una aterradora calavera.
La nebulosa del velo
En la constelación del Cisne, la muerte de una estrella dejó un fantasmal espectro de gas y polvo. La imagen de la aterradora nebulosa de emisión es la parte oriental de la extensa nube que abarca unos 130 años luz de largo.
El año luz es la distancia que recorre la luz en un año viajando a la velocidad de la luz, 300 mil km/s.
Estas aterradoras figuras son producto de la pareidolia, imágenes tenebrosas que nuestro cerebro recrea para infundirnos miedo.
german@astropuebla.org