En 1959, recién graduado de astronomía, Frank Drake ingresó al Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRO) en Green Bank, Virginia Occidental, Estados Unidos, dirigido por Otto Struve, descendiente de una familia de astrónomos.
El observatorio tenía una antena de 26 metros de diámetro y Struve animó a Drake a diseñar un experimento interesante para utilizarla.
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Este propuso la detección de señales de radio de banda estrecha, una longitud de onda que no sería natural sino de alguna civilización extraterrestre. Contrario a Marconi o Tesla, Drake no apuntaría a Marte, sino a dos estrellas similares al Sol: Tau Ceti a 11.9 años luz de distancia, y Epsilon Eridani a 10.5 años luz de nosotros. El año luz es la distancia que recorre la luz en un año, viajando a 300 mil km/s.
La iniciativa fue el Proyecto Ozma, nombrado así por la princesa que gobierna la tierra de Oz, un lugar lejano, difícil de alcanzar y habitado por extraños y exóticos seres.
De abril a julio de 1960, Ozma funcionó con un presupuesto de dos mil dólares, para no llamar la atención y ser blanco de críticas por gastos frívolos.
Aunque no detectó nada, fracasó en su deseo de pasar inadvertidos y la Academia Nacional de Ciencias le solicitó a Drake organizara una reunión para planear el futuro de la búsqueda de civilizaciones extraterrestres.
En 1961, en el Observatorio de Green Bank se reunieron varios científicos, entre ellos el joven Carl Sagan. La reunión es célebre por dos razones, dio origen al Proyecto SETI: Search for Extraterrestrial Intelligence (Búsqueda de Vida Inteligente Extraterrestre). Y por que apenas inició, Frank Drake presentó una ecuación para calcular la probabilidad de la existencia de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia.
Ecuación de Drake
La propuesta matemática de Drake, muestra las condiciones necesarias para la existencia de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia, la Vía Láctea.
El astrónomo no esperaba resolver la ecuación y conocer cuántas civilizaciones existen en la galaxia, sino conocer las probabilidades de que exista vida en la Vía Láctea.
- La ecuación es: N = R*x fp x ne x fl x fi x fc x L
- En donde N es el número de civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia, con la capacidad de enviar señales de radio.
- R* es la tasa de formación de estrellas en nuestra galaxia.
- fp es cuántas de esas estrellas tendrían planetas a su alrededor.
- ne es cuántos de esos planetas sería aptos para la vida.
- fl es en cuántos de esos planetas aparecería la vida.
- fi en cuántos de ellos, la vida evolucionaría a inteligente.
- fc cuántas de esas civilizaciones tendrían la capacidad de enviar señales de radio al espacio.
- L es el tiempo en el cuál esas civilizaciones estarían en condiciones de enviar semejantes señales al espacio.
En 1961 no se conocía ningún parámetro de la ecuación, y 61 años después, solo conocemos para los tres primeros factores (R*, fp y ne). Por ejemplo, desconocemos con precisión cuantas estrellas hay en nuestra galaxia, se estima que existen de 200 mil millones a 400 mil millones, con 300 millones de planetas aptos para la vida.
La Ecuación de Drake es esperanzadora y fatalista a la vez. Por un lado, muestra cuántas civilizaciones existirían en nuestra galaxia. Pero también establece un lapso de tiempo en el cual la civilización se comunicaría hacia el espacio (L), antes de colapsar, ya sea que su estrella muera, los destruye un asteroide, se aniquilan en una guerra o imagine usted. Para Carl Sagan, este término es casi imposible de calcular.
Imaginando diferentes factores, la ecuación muestra la existencia de 10 mil a 100 mil civilizaciones en la Vía Láctea.
Pioneer
A inicios de los años 70, Frank Drake y Carl Sagan diseñaron una imagen que viajara a bordo de las sondas espaciales Pioneer 10 y 11. En ella aparecen los seres humanos en tamaño comparado con la Pioneer. El Sistema Solar y el hogar de los seres humanos. La posición del Sol respecto a 14 estrellas pulsares. Estrellas que emiten pulsos de energía a intervalos regulares, similares a un faro en las costas. Como unidad de longitud y tiempo, se muestra la onda que proviene del cambio de estado de un átomo de hidrógeno, el elemento más abundante en el Universo.
Años después, el mapa de las pulsares se agregó a las Voyager 1 y 2.
ARECIBO
En 1974, Drake y Sagan enviaron desde el celebre radiotelescopio de Arecibo, un mensaje al cúmulo estelar M13 de 400 mil estrellas, en la constelación de Hércules, a 25 mil años luz de distancia.
El mensaje fue una serie de mil 679 ceros y unos. Este número es producto de la multiplicación de 23 x 73, dos números primos. Una civilización inteligente deduciría esto y se daría cuenta que es un mensaje inteligente. Ordenando los ceros y unos en una matriz de 23 columnas y 79 filas, se obtiene el famoso Mensaje de Arecibo. El cual muestra los elementos químicos de la vida, el ADN, la población en aquel año, al ser humano, el radiotelescopio de Arecibo y el Sistema Solar.
El mensaje llegará a M13 en 25 mil años y de haber una respuesta, tardaría otros 25 mil años en llegarnos.
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El pasado 2 de septiembre, Frank Drake partió de este mundo, su espíritu recorre el Universo como señal electromagnética o a bordo de las Pioneer y Voyager. Frank Drake anunció nuestra existencia en la galaxia y soñamos que alguien, en algún lejano sistema planetario, esté escuchando.