Dos naves, dos empresas, un mismo objetivo: lograr la corona del turismo en el espacio.
Tras haber fundado cada uno su propia compañía espacial a principios de la década de 2000, los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson inauguran personalmente, con solo unos días de diferencia, la era de los viajes turísticos a la frontera del espacio.
La competencia entre sus empresas de turismo espacial, Virgin Galactic y Blue Origin, alcanza su punto más álgido con sendos vuelos altamente simbólicos programados para los días 11 y 20 de julio.
En ese naciente mercado, ambas compañías se han posicionado en el negocio de los vuelos espaciales cortos que ofrecen solo unos minutos de ingravidez a los pasajeros. Sin embargo, esos viajes están lejos de ser similares.
Dos fundadores emblemáticos
VIRGIN GALACTIC:
Virgin Galactic fue creada en 2004 por el británico Richard Branson, también fundador del grupo Virgin, que abarca una aerolínea y negocios de diverso tipo, desde gimnasia hasta telecomunicaciones.
Branson, un excéntrico magnate de 70 años, multiplica los negocios paradeportivos, como atravesar el Atlántico en Globo o el Canal de la Mancha en un auto anfibio.
BLUE ORIGIN:
Blue Origin fue lanzada en 2000 por Jeff Bezos, quien se convirtió en un icono de la nueva economía al fundar Amazon y convertirla en un colosal emporio.
De 57 años y considerado el hombre más rico del mundo, es un amante de la ciencia ficción. Este mes dejó su cargo de director general de Amazon para dedicarse a sus proyectos espaciales.
Dos aparatos diferentes
VIRGIN GALACTIC:
El aparato espacial de Virgin Galactic no se parece a un cohete clásico.
La nave se coloca primero bajo un avión que despega de una pista tradicional y gana altitud durante aproximadamente una hora.
A unos 15 kilómetros de altura, la nave SpaceShipTwo es lanzada. Luego enciende su motor para un ascenso a velocidad supersónica hasta superar los 80 km de altitud alcanzando la frontera del espacio para Estados Unidos.
El motor se apaga y los pasajeros pueden flotar en gravedad cero, hasta un pico de unos 90 km. Luego, la nave desciende flotando hasta que aterriza.
SpaceShipTwo puede llevar dos pilotos y hasta seis pasajeros. La cabina tiene 12 grandes ventanales y no menos de 16 cámaras.
En 2014, durante un vuelo de prueba, la nave falló en pleno vuelo por error de un piloto. Uno de los pilotos murió.
Un nuevo modelo de la nave, llamado VSS Unity, ya fue tres veces al espacio en 2018 y 2019 desde California y en mayo pasado desde Nuevo México. En 2019 llevó como pasajero a un empleado de la empresa.
BLUE ORIGIN:
Blue Origin cuenta con un cohete reutilizable de despegue vertical llamado New Shepard. Está compuesto por un lanzador de casi 16 metros de alto y una cápsula semioval en la punta. Logra una aceleración superior a Mach 3; o sea, tres veces más que la velocidad del sonido.
A los 75 km de altura, la cápsula se despega y sigue subiendo hasta alcanzar más de 100 km, o sea la llamada línea de Karman que por convención internacional marca el inicio del espacio. Ahí es donde los pasajeros podrán soltarse.
La cápsula iniciará después el regreso a Tierra en caída libre. Se irá frenando por paracaídas y luego por retrocohetes. El viaje durará 11 minutos.
De su lado, el lanzador volverá a posarse automáticamente no muy lejos de su sitio de despegue.
La cápsula cuenta con seis asientos y seis grandes ventanas.
El cohete ha sido sometido a 15 ensayos pero nunca con pasajeros a bordo. Los lanzamientos se realizaron al oeste de Texas, cerca de la pequeña ciudad de Van Horn.
¿Qué ambicionan?
VIRGIN GALACTIC:
Virgin Galactic espera iniciar las operaciones comerciales regulares a comienzos del año próximo y aspira a realizar unos 400 vuelos anuales desde Spaceport America, su base en Nuevo México.
Ya tiene vendidos, incluso a estrellas de Hollywood, unos 600 pasajes por precios de entre 200 mil y 250 mil dólares. Cuando nuevos pasajes sean puestos a la venta, el precio será más, advirtió la empresa.
BLUE ORIGIN:
Blue Origin no ha fijado aún la fecha de inicio de sus viajes comerciales ni el precio de los pasajes. Empero un lugar en el vuelo del 20 de julio fue adquirido en una subasta por una persona no identificada que pagó 28 millones de dólares.