México fue la sede para que National Geographic llevara a cabo el Primer Festival de Exploradores en América Latina, donde los más destacados investigadores de diferentes ramas se dieran cita y charlaran sobre sus proyectos que están cambiando la forma de ver el mundo.
Dentro de este grupo destaca el mexicano Guillermo de Anda, buzo arqueólogo, quien fue el descubridor hace poco tiempo de las cuevas y cenotes mayas donde se hacían sacrificios, incluso después de la conquista española.
Licenciado en ciencias antropológicas con especialización en arqueología. Recibió su maestría en bioarqueología y se doctoró en arqueología mesoamericana por la UNAM, estudios que le han permitido analizar los huesos encontrados en los sitios mayas.
En breve charla, comentó que el descubrimiento que más le ha impactado en 30 años de carrera, fue el hallazgo bajo el mar de un diente de un hombre adulto que se pudo registrar con 13 mil años de antigüedad.
Cuestionado sobre cómo nació su pasión por la arqueología comentó, “Mi interés nació desde que era muy joven, después de quedar enloquecido con libros como Veinte mil leguas de viaje submarino y Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne y comencé a bucear desde los 13 años. Cuando descubrí que existía la arqueología subacuática como profesión, decidí que a eso me quería dedicar”.
Ahora está a cargo de toda la investigación del subsuelo marino de la península de Yucatán y revela que su pasión es todo lo referente a la cultura maya, “Yo soy mayista y osteólogo, es decir, especialista en huesos. Cuando iniciamos la investigación del cenote sagrado en Chichen Itzá, que es uno de mis favoritos, me identifiqué con la relación que hay entre la cultura maya y el culto al agua, por esto fue que me apasioné más por los mayas”.
Guillermo de Anda continúa con sus trabajos de investigación en la zona y en esta semana, compartió con sus colegas los más recientes hallazgos que tiene bajo la lupa.
Otra que destacó en esta reunión fue Ana Cecilia Mauricio, arqueóloga peruana a cargo de las investigaciones realizadas en los últimos años en el sitio denominado Huaca 20 ubicado en el Complejo Arqueológico de Maranga, en Lima. “Los interesantes resultados que nos plantean estos trabajos definitivamente arrojan nuevas evidencias sobre las distintas etapas que atravesó la sociedad de Lima en sus inicios de la era cristiana, muchas de ellas vinculadas a severas alteraciones climatológicas”, comentó.
Ana Cecilia además tiene una Maestría en Estudios del Clima y un doctorado en Geo-Arqueología otorgado por la Universidad de Maine (EU), es decir, ella es la primera científica peruana especializada en el uso de métodos y técnicas de la geología en estudios arqueológicos y ahora forma parte de ese ejército de héroes civiles que la NGS promociona desde su fundación en enero de 1888.
"Es un sueño de niñez hecho realidad", reconoce la arqueóloga.
Desde sus años escolares, ella tuvo contacto con la NGS a través de su revista y sus documentales. El clásico marco amarillo de National Geographic era para ella el inicio y el final de alguna aventura científica.
"National Geographic ha sido parte de los descubrimientos e investigaciones más importantes de la arqueología peruana y mundial –añade la también profesora de la Facultad de Arqueología de la PUCP–. National Geographic es además líder en exploración, descubrimientos científicos y conservación. Entonces, que mi trabajo se vea respaldado por una institución de tanta trayectoria e importancia mundial es un halago".
Y no le falta razón. La revista de la NGS fue la que financió y difundió en todo el mundo la existencia de Machupicchu como "la ciudad perdida de los incas". Años después hizo lo propio con los geoglifos de Nasca, las tumbas rescatadas de los huaqueros en Huaca Rajada, Sipán, y la recuperación del fardo con los restos de la ‘Dama de Ampato’, cuyo santuario de altura se había visto afectado por los deshielos provocados por la erupción de un volcán vecino.
En el caso de la doctora Mauricio todo empezó en el 2012, cuando recibió una beca para utilizar un radar de penetración en tierra y determinar la naturaleza de una duna en el sitio arqueológico de Los Morteros, en el desierto de Chao, La Libertad.
"National Geographic apoyó mis investigaciones en Chao cuando todavía era una estudiante de doctorado –reconoce la arqueóloga–. Estas se centran en el estudio del surgimiento de los primeros sitios monumentales en Chao, el estudio del clima y el medio ambiente hace más de cinco mil años. Ahora sabemos cómo el fenómeno el Niño ha transformado el paisaje de la costa peruana a lo largo de miles de años y cómo estos cambios afectaron en forma significativa a las poblaciones costeras. Esta información no solo nos permite entender el pasado, también es importante para entender el presente y planear el futuro".
Es la primera científica peruana especializada en el uso de métodos y técnicas geológicas en estudios arqueológicos. Cecilia Mauricio se reconoce como “hija académica” de los proyectos Huaca de la Luna y San José de Moro.