La nave espacial Voyager 2, lanzada por la NASA ha comenzado a usar una pequeña reserva de energía de respaldo guardada como parte de un mecanismo de seguridad a bordo. La medida permitirá a la misión posponer el cierre de dicho instrumento científico hasta 2026, en lugar de este año, explicó la agencia espacial de Estados Unidos.
"Si la Voyager 2 se mantiene saludable, el equipo de ingeniería anticipa que la misión podría continuar durante los próximos años", añadió la NASA en un comunicado.
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La Voyager 2 y su gemela, la Voyager 1, son sondas están ayudando a los científicos a entender la forma de la heliosfera y cómo actúa en la protección de la Tierra. Linda Spilker, científica del proyecto Voyager en Jet Propulsion de la NASA explicó que la información que estas mandan es tan importante, que resulta crucial que ambas permanezcan en el espacio el mayor tiempo posible.
La agencia espacial ha detallado en distintas ocasiones que el Sol y los planetas residen en la heliosfera, una burbuja protectora creada por el campo magnético del Sol y el flujo hacia afuera del viento solar. Con el lanzamiento de estas naves, los investigadores están analizando la información de las Voyagers con datos de misiones más nuevas para obtener un panorama más completo del Sol y cómo la heliosfera interactúa con el espacio interestelar.
“Esta es la primera vez que hemos podido estudiar directamente cómo una estrella, nuestro Sol, interactúa con las partículas y los campos magnéticos fuera de nuestra heliosfera, ayudando a los científicos a comprender el vecindario local entre las estrellas, cambiando algunas de las teorías sobre esta región y proporcionando información clave para futuras misiones”, detalla Spilker.
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La misión Voyager estaba programada para durar sólo cuatro años, cuando fueron lanzadas al espacio en 1977 para que viajaran más allá de Saturno y Júpiter, posteriormente la misión fue ampliada para que Voyager 2 visitara Neptuno y Urano, al tener éxito en las misiones, se volvieron a extender para viajar fuera de la heliosfera. Voyager 1 alcanzó el límite en 2012, mientras que la Voyager 2 lo alcanzó en 2018.