Los Premios Nobel son los mayores galardones de la esfera científica y de las artes que existen en la actualidad. Sólo aquellos que han hecho contribuciones a la humanidad son los merecedores de tal honor. Sin embargo, aún sigue existiendo una gran brecha entre hombres y mujeres, si bien ya son más sonados los nombres de académicas, falta mucho por lograr una verdadera equidad.
Como muestra de esta capacidad, la física francesa Anne L'Huillier fue premiada hoy con el Premio Nobel de Física, junto al francés Pierre Agostini y el austriaco-húngaro Ferenc Krausz, por su estudio sobre el desplazamiento de los electrones dentro de los átomos y las moléculas.
Con este premio, Anne L'Huillier se convirtió en la quinta mujer en ganar dicho galardón; no obstante, desde 1901 sólo 5 mujeres han recibido el Premio Nobre. Frente a esta competencia claramente desigual, haremos un repaso sobre los logros de estas increíbles mujeres que han logrado “romper el techo de cristal” del mundo científico.
De Marie Curie a Andrea Ghez: Las otras mujeres ganadoras del Premio Nobel de Física
Marie Curie obtuvo el premio en 1903, por los descubrimientos que hizo de los elementos radio y polonio y que ha permitido el desarrollo de diferentes técnicas que permiten estimar la edad de muchos materiales, tanto naturales como sintéticos.
“Con las dataciones radiométricas se ha podido estimar la edad de la Tierra, de los meteoritos, los fósiles y lo más importante, la edad en que comenzó nuestra especie y los asentamientos humanos. Ahora se puede saber con gran precisión cuándo ocurrieron los grandes eventos de nuestro planeta; la pauta para medir el tiempo la dio una mujer”, dijo la doctora María Colín García, del Instituto de Geología de la UNAM.
Maria Goeppert Mayer ganó el premio en 1963 por sus descubrimientos en el modelo de capas nucleares, aunque una gran parte de su trayectoria ejerció como investigadora "voluntaria" en varias universidades y sin recibir por ello ninguna remuneración.
Estudió física y matemáticas en la Universidad de Gotinga en Alemania. Después recibió el Premio Nobel de Física en 1963 -junto a E.P. Wigner y J.H.D. Jensen- por sus descubrimientos acerca de la estructura de capas del núcleo atómico.
“Las matemáticas han empezado a parecerse a la resolución de acertijos. La física también resuelve acertijos, pero acertijos creados por la naturaleza, no por la mente del hombre”, dijo en una ocasión la física Maria Goeppert-Mayer.
Donna Strickland consiguió el Nobel de Física en el año 2018 por sus investigaciones pioneras en el campo de los láser. Ella fue un parteaguas para abrir el camino hacia los pulsos láser más cortos e intensos jamás creados por la humanidad.
“La idea central fue ampliar los puntos de luz usando diversas operaciones de óptica, para que las frecuencias se manejaran por separado, amplificarlas y después volverlas a unir. Con estos pulsos es posible dar seguimiento al movimiento de un átomo en tiempo real; producir intensidades tan grandes que pueden crear rayos X en forma de pulsos, manipular átomos o seguir el comportamiento de moléculas mediante difracción”, expuso Jorge Peón Peralta, director del Instituto de Química.
Finalmente, Andrea Ghez obtuvo en 2020 el Premio Nobel de Física por sus investigaciones sobre los agujeros negros del universo y su relación con la Teoría de la Relatividad, y por descubrir lo que podría ser uno de ellos en el centro de la Vía Láctea.
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Los agujeros negros son áreas del espacio que atrapan todo lo que entra en ellos, donde la gravedad es tan fuerte que nada escapa, ni siquiera la luz, el mismo Einstein dudaba de su existencia, señala la UNAM.