Uno de los principales instintos de los animales es reproducirse, pero en casos particulares algunos tienen ciertas condiciones a la hora de elegir a su pareja y de no cumplirlas simplemente la desechan.
Aunque se crea que esta actitud es exclusiva de los humanos, las ranas hembras se toman muy en serio la reproducción y cuando no están listas o la rana macho que se les acerca no es la que quieren, toman una medida drástica; fingen su muerte.
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En un artículo en la revista Royal Society Open Science se explica el experimento en el que se llegó a esta conclusión, pues anteriormente se creía que la rana común europea era pasiva en este aspecto.
Los investigadores colocaron en una caja a una rana macho con dos ranas hembras, una pequeña y otra grande para observar el comportamiento en el apareamiento. Todo se grabó en video.
Los resultados arrojaron que el 83 por ciento de las hembras al estar en las garras del macho intentaron rotar su cuerpo.
El 48 por ciento de las hembras que fueron abrazadas por el macho emitieron sonidos para ser liberadas como chillidos o gruñidos, además de intentar rotar su cuerpo.
En el 33 por ciento de los casos se colocaron en una posición rígida con los brazos y piernas extendidas, que recuerda a la pose para hacerse las muertas, además de intentar rotar su cuerpo y gruñir.
"La demostración de un comportamiento de evitación de pareja resultó en la fuga de 25 hembras", explicó la doctora Carolin Dittrich, autora del artículo.
Otras razones
Sin embargo, los investigadores reconocen que los comportamientos pueden tener otros propósitos, pues aunque es real que algunas hembras se mueven así para zafarse de los machos, otras lo hacen para probar su fuerza.
La fuerza y resistencia del macho son rasgos que aumentan las posibilidades de supervivencia y defensa contra rivales o depredadores.