Sabemos que, de acuerdo a la teoría de la evolución de Darwin, el origen del humano viene de los simios y aunque existen muchos restos fósiles de nuestros ancestros, éstos no nos dan una idea completa de cómo lucían.
Ahora, un equipo donde colabora personal del American Museum of Natural History (AMNH) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) logró recrear el rostro del homínido del Mioceno Pierolapithecus catalaunicus, mejor conocido como Pau.
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El fósil de Pau es muy especial, pero también significó un reto para los investigadores, pues aunque se logró recuperar un cráneo casi completo, se deformó a causa de la fosilización.
Así que para poder recuperar el aspecto original del cráneo de Pau antes del proceso de fosilización, realizaron un escaneo de tomografía computarizada para obtener un modelo 3D que ha permitido corregir esta deformación virtualmente.
"El objetivo de esta investigación no pretendía sólo saber cuál era la morfología real de la cara de Pierolapithecus sino comprender mejor las afinidades de sus rasgos faciales y reconstruir la historia evolutiva de la cara de los homínidos utilizando aproximaciones morfométricas comparativas de última generación", explica Sergio Almécija, uno de los colaboradores.
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¿Cómo se veía?
Uno de los aspectos más destacados es su diseño corporal ortógrado, es decir, con un tronco erecto. Así que Pau podía trepar verticalmente por los troncos y probablemente desplazarse de forma cuadrúpeda por encima de las ramas.
Sin embargo, no se podían suspender de ellas tal y como hacen otros antropomorfos, como los orangutanes o los gibones.
"La forma de la cara es diferente a la de los orangutanes, gorilas y chimpancés actuales, pero pensamos que su tamaño y morfología corporal es bastante parecida al del último ancestro común de los grandes antropomorfos y los humanos", comenta Almécija.
Los restos del primate fósil se descubrieron en diciembre de 2022 en Cataluña, España, a raíz de unas obras relacionadas con la ampliación del vertedero. Después de seguir las excavaciones se recuperaron hasta 83 restos de un individuo adulto.
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Finalmente, tras analizarlo, los huesos resultaron ser de un nuevo género y especie: Pierolapithecus catalaunicus. La investigación fue publicada en 2004 en la revista Science.