Rusia envió este jueves al espacio a Fedor, su primer robot humanoide, que efectuará una estadía experimental de 10 días en la Estación Espacial Internacional (EEI) con el objetivo de usar este tipo de máquinas en la exploración del espacio.
"¡Vamos! ¡Vamos!", dijo el robot en ruso en el momento del despegue, evocando una famosa expresión de Yuri Gagarin durante el primer viaje espacial del hombre en 1961.
Fedor, que lleva el número de identificación Skybot F850, partió este jueves, a las 06H38 horas de Moscú (03H38 GMT), a bordo de un cohete Soyouz, lanzado desde cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán.
En otro vídeo difundido por la agencia espacial Roscosmos se veía al robot a bordo de la nave espacial con una pequeña bandera rusa en la mano.
Fedor debe en principio llegar a la Estación Espacial Internacional (EEI) el sábado y permanecer 10 días, hasta el 7 de septiembre.
El cohete utilizado en el lanzamiento está equipado con un nuevo sistema de control digital y motores de última generación.
El robot, con cuerpo antropomórfico plateado, mide 1,80 metros y pesa 160 kilos. Fedor es un nombre ruso y también una sigla en inglés que significa "Final Experimental Demonstration Object Research".
Fedor dispone de cuentas en las redes sociales Instagram y Twitter, en las que se narra su vida diaria y sus proezas, como aprender a abrir una botella de agua.
A bordo de la EEI, el robot llevará a cabo diferentes labores bajo supervisión del cosmonauta ruso Alexander Skvortsov, quien se unió al equipo de la Estación Espacial Internacional el mes pasado, según la agencia de noticias RIA Novosti.
Fedor pondrá a prueba sus capacidades en condiciones de gravedad muy baja. Una de sus principales habilidades es imitar los movimientos humanos, por lo que podrá ayudar a los astronautas a realizar sus tareas, sobre todo aquellas que tengan que ser realizadas en condiciones muy difíciles.
"Deberá llevar a cabo cinco o seis tareas" que "son secretas", explicó el miércoles Evgueni Dudorov, responsable de la empresa que creó a Fedor, según la misma fuente.
Sus operaciones lo obligarán a manejar un destornillador y llaves, precisó Alexander Bloshenko, director de programas prometedores en la agencia espacial rusa, Roscosmos, en una entrevista con el diario Rossiyskaya Gazeta.
En abril de 2017, un vídeo difundido por medios rusos mostraba un prototipo de Fedor que disparaba a una diana con una pistola en cada mano.
Moscú se defendió entonces de querer "crear un Terminator", aunque reconoció que la "robótica de combate resulta clave para la creación de máquinas inteligentes".
Misiones arriesgadas
Fedor no es el primer robot que visita el espacio exterior.
En 2011, la NASA envió al espacio a un robot humanoide llamado Robonaut 2, desarrollado en cooperación con General Motors, con el mismo objetivo de ponerlo a trabajar en un entorno de altos riesgo.
Regresó a la Tierra en 2018 debido a problemas técnicos.
En 2013, Japón lanzó al espacio un pequeño robot, Kirobo, coincidiendo con la llegada del primer comandante japonés de la EEI, Koichi Wakata.
Kirobo era capaz de hablar, pero solo en japonés.
Más allá de esta misión específica, las autoridades rusas, para quienes la conquista del espacio es una cuestión estratégica, no esconden sus ambiciones para Fedor y sus futuros hermanos.
Estas máquinas podrían llevar a cabo peligrosas operaciones, como las salidas al espacio, dice Alexander Bloshenko, de Roscosmos, a RIA Novosti.
El patriótico director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, mostró en agosto fotos de Fedor al presidente ruso, Vladimir Putin, presentando al robot como un "asistente de la tripulación" de la EEI.
"En el futuro, contaremos con esta máquina para conquistar el espacio", declaró durante el encuentro.
La conquista del espacio es una inmensa fuente de orgullo desde la época soviética, pero sufrió importantes dificultades desde la caída de la URSS.
A pesar de las ambiciosas promesas del Kremlin en el ámbito del espacio, el sector encadenó en los últimos años humillantes accidentes y escándalos de corrupción.
No obstante, Rusia sigue siendo por el momento el único país capaz de enviar astronauta a la Estación Espacial Internacional.