Un prototipo del cohete Starship, de la sociedad SpaceX, cuyos dos aparatos precedentes estallaron tras tocar tierra, aterrizó el miércoles en Texas, pero poco después explotó.
"Un magnífico aterrizaje", dijo un comentarista SpaceX en el video que transmitió en vivo el vuelo de prueba. Sin embargo al pie de la nave se veían llamas que fueron extinguidas por los equipos en el lugar y pocos minutos después el aparato explotó y se hizo añicos.
De momento no se han dado explicaciones sobre el siniestro.
El aparato es la opción de SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk, para viajar a Marte.
El prototipo, identificado como SN10 despegó desde Boca Chica, Texas, para su tercer vuelo suborbital de prueba.
El aparato despegó impulsado por tres motores y luego viró para volar en posición horizontal.
Llegó a alcanzar una altitud de 10 kilómetros antes de iniciar su descenso en forma vertical y logró posarse en el lugar indicado sin problemas visibles.
Otros dos prototipos, el SN8 y el SN9, se estrellaron al aterrizar en diciembre y luego a comienzos de febrero.
Los ensayos se realizan en un área casi desierta arrendada por SpaceX en el extremo sur de Texas, cerca de México y al borde del Golfo de México. La zona es suficientemente amplia como para no causar daños ni víctimas.
Musk imagina que algún día podrá lanzar varias naves a la conquista de Marte. Sin embargo, si se torna operativo, en principio el cohete serviría para vuelos más cortos, especialmente a la Luna.
En uno de esos aparatos volará a la Luna el multimillonario Yusaku Maezawa teóricamente en 2023. El precio del vuelo es confidencial.
Desde su cuenta de Twitter, Maezawa invitó este miércoles a ocho personas "del mundo entero" a acompañarlo. Los interesados deberán anotarse antes del 14 de marzo y una semana después se hará una primera selección.
El futuro cohete, que incluirá una cápsula tripulada, tendrá una altura de 120 metros y podrá cargar 100 toneladas.
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