Durante esta semana el telescopio James Webb se volvió parte de las conversaciones luego de que la NASA diera a conocer las primeras imágenes del espacio capturadas con este aparato; sin embargo, lo que pocos saben es que un fenómeno astronómico es lo que permite la operación del equipo: los puntos de Lagrange.
El telescopio espacial James Webb es la apuesta de la NASA para profundizar la investigación sobre el universo y su comportamiento, así como los fenómenos que tienen lugar en él.
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Este equipo, operado en conjunto por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Canadiense, funciona como un complemento del telescopio Hubble, ya que observa rangos diferentes del espectro electromagnético.
Sin embargo, para que el James Webb pudiera obtener las espectaculares imágenes que vieron la luz esta semana tuvo que ser colocado en un punto específico de nuestro sistema solar el cual forma parte de los puntos de Lagrange.
¿Qué son los puntos de Lagrange?
En entrevista con El Sol de México, Germán Martínez Gordillo, de la Sociedad Astronómica de Puebla Germán Martínez Hidalgo A. C., explicó que los puntos de La Grange son lugares en el espacio donde se alcanza un equilibrio gravitacional.
Es decir, un punto dentro del sistema orbital de dos cuerpos donde las fuerzas gravitacionales permiten que un objeto más pequeño pueda mantener una posición estable respecto a ellos.
Dentro del sistema orbital Tierra-Sol existen cinco puntos de Lagrange, dos de los cuales se encuentran sobre la órbita de nuestro planeta, y los tres restantes están sobre el eje que une ambos cuerpos. Estos lugares de denominan como L1, L2, L3, L4 y L5.
El telescopio James Webb fue ubicado en el punto L2, que se encuentra más allá de la Luna, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra. En este sitio, gracias al equilibrio gravitacional, el aparto encuentra las condiciones necesarias para poder observar hacia el universo.
Lo anterior gracias a que al encontrarse detrás de la Luna, alineado también con la Tierra, no recibe luz solar, ni directa ni reflejada en nuestro planeta o satélite.
La existencia de este punto de Lagrange es lo que permite que el telescopio sea capaz de captar imágenes como las que vimos esta semana del universo. En este sentido, Martínez Gordillo explica que si el James Webb recibiera luz solar el resultado se vería como una fotografía sobrexpuesta.
Durante los siguiente años el telescopio dedicará una gran parte de su tiempo de observación a explorar algunos de los más de cinco mil exoplanetas que se han descubierto en la Vía Láctea, especialmente aquellos que potencialmente podrían albergar vida.
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