Visitar el espacio es el sueño de muchos, pero que pocos han cumplido. Recientemente, los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson lo lograron viajando a bordo de naves de las empresas Blue Origin y Virgin Galactic, respectivamente.
En ambos viajes que describieron como una "experiencia única en la vida", se confirmó que llegaron al espacio. Pero, ¿realmente lo hicieron?
A 100 kilómetros de altura existe la llamada Línea Kármán, reconocida por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), organismo encargado de registrar récords aeronáuticos y astronáuticos, como la frontera entre la atmósfera de la Tierra y el espacio exterior.
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El nombre que se le asignó a este límite, es en honor al ingeniero aeronáutico, Theodore Von Kármán, que fue el primero en proponer que se designaran 100 kilómetros como el límite del espacio "para fines de coherencia de la ingeniería" a pesar de que "la altitud precisa difería en función de varias variables", señalo la NASA en 2005.
En el escrito también se indica que Kármán "calculó que por encima de una altitud de aproximadamente 100 kilómetros, un vehículo tendría que volar más rápido que la velocidad orbital".
En 1957, el abogado estadounidense Andrew G. Haley, designó el término de Línea Karman a lo que se conoce como la frontera espacial.
Fue así que años después, la FAI decidió que una vez pasando los 100 kilómetros de altura por encima del nivel promedio del mar, se confirmaría la llegada al espacio.
Otros límites del espacio
Estados Unidos tiene su propio límite, el cual es considerado a partir de los 80 kilómetros de altura, ya que es el momento en que el cielo pasa gradualmente del azul profundo al negro del infinito espacial, y es posible flotar en ingravidez y admirar la curvatura de la Tierra.
Asimismo existen estudios que sitúan esta frontera espacial más arriba de los 100 kilómetros que marca la Línea Kármán.
La cápsula del fundador de Amazon, Jeff Bezos, donde también iban a bordo su hermano Mark; la exaviadora Wally Funk, de 82 años; y el primer cliente de pago de Blue Origin, Oliver Daemen, de 18 años, alcanzó los 106 kilómetros de altura.
Mientras que la nave en la que viajaba el multimillonario inglés, Richard Branson, superó los 80 kilómetros, lo que confirma que ambos vivieron la experiencia, aunque por pocos minutos, de estar en el espacio.