/ miércoles 8 de septiembre de 2021

¿Te echaste un bolillo pal' susto? Te contamos si este remedio en verdad funciona

En México es común que te recomienden comer un bolillo si te asustaste por algo, pero ¿realmente funciona o sólo es un mito?

Si eres mexicano, existe una gran probabilidad de que en algún momento de tu vida alguien te haya dicho que de comas un bolillo después de un gran susto. Esta tradición está arraigada en el imaginario popular de México, pero ¿de verdad sirve comerse un pan para aliviar los síntomas de un susto?

El miedo es una de las reacciones más primitivas del ser humano. Esta sensación de peligro pone nuestro cuerpo en estado de alerta y activa procesos para darnos una mejor oportunidad de superar la situación que provoque el miedo.

Alteraciones en el ritmo cardiaco, respiración acelerada, aumento en los niveles de glucosa, mareos o dolor de estómago son algunos de los síntomas que experimentamos después de una impresión muy fuerte, y, según dice la tradición, bolillo ayuda a quitar el dolor de "panza", o, dependiendo quién lo diga, para recoger la bilis producida por la vesícula o evitar el desarrollo de diabetes.

¿Sirve comer un pan después de un susto?

Si bien es un remedio muy popular en prácticamente todo el país, la verdad es que no hay fundamento científico sobre los beneficios de comer un bolillo tras un susto.

En el caso de la acidez, provocada por una mayor producción de jugos gástricos debido al miedo, los carbohidratos del pan no contribuyen para disminuirlo. En determinado momento, un antiácido sería una mejor opción.

Por otro lado, en el caso de el supuesto riesgo de desarrollar diabetes por una impresión muy fuerte, no hay fuentes médicas que establezcan la posibilidad de que este padecimiento se desencadene por el miedo. Cuando nos asustamos, el nivel de glucosa en la sangre aumenta para que nuestro cerebro esté más alerta; sin embargo, después de unos momentos se regulará.

Por otro lado, el pan no puede disminuir los niveles de glucosa en la sangre; al contrario, al metabolizar los carbohidratos, nuestro organismo los convierte en azúcares, aumentando el nivel de glucosa. En este sentido, existen algunas personas que al espantarse experimentan una caída en la presión arterial y la glucosa, por lo que ingerir algún alimento alivia un poco los síntomas.

"Pero yo siempre me como un bolillo cuando me asusto y me funciona". Quizá, pero esto tiene más que ver con un efecto placebo. Cuando comemos el pan, nos concentramos en masticarlo, distrayendo al cerebro de los malestares que estamos experimentando, pero no tiene que ver con las propiedad del multifacético bolillo.

Si eres mexicano, existe una gran probabilidad de que en algún momento de tu vida alguien te haya dicho que de comas un bolillo después de un gran susto. Esta tradición está arraigada en el imaginario popular de México, pero ¿de verdad sirve comerse un pan para aliviar los síntomas de un susto?

El miedo es una de las reacciones más primitivas del ser humano. Esta sensación de peligro pone nuestro cuerpo en estado de alerta y activa procesos para darnos una mejor oportunidad de superar la situación que provoque el miedo.

Alteraciones en el ritmo cardiaco, respiración acelerada, aumento en los niveles de glucosa, mareos o dolor de estómago son algunos de los síntomas que experimentamos después de una impresión muy fuerte, y, según dice la tradición, bolillo ayuda a quitar el dolor de "panza", o, dependiendo quién lo diga, para recoger la bilis producida por la vesícula o evitar el desarrollo de diabetes.

¿Sirve comer un pan después de un susto?

Si bien es un remedio muy popular en prácticamente todo el país, la verdad es que no hay fundamento científico sobre los beneficios de comer un bolillo tras un susto.

En el caso de la acidez, provocada por una mayor producción de jugos gástricos debido al miedo, los carbohidratos del pan no contribuyen para disminuirlo. En determinado momento, un antiácido sería una mejor opción.

Por otro lado, en el caso de el supuesto riesgo de desarrollar diabetes por una impresión muy fuerte, no hay fuentes médicas que establezcan la posibilidad de que este padecimiento se desencadene por el miedo. Cuando nos asustamos, el nivel de glucosa en la sangre aumenta para que nuestro cerebro esté más alerta; sin embargo, después de unos momentos se regulará.

Por otro lado, el pan no puede disminuir los niveles de glucosa en la sangre; al contrario, al metabolizar los carbohidratos, nuestro organismo los convierte en azúcares, aumentando el nivel de glucosa. En este sentido, existen algunas personas que al espantarse experimentan una caída en la presión arterial y la glucosa, por lo que ingerir algún alimento alivia un poco los síntomas.

"Pero yo siempre me como un bolillo cuando me asusto y me funciona". Quizá, pero esto tiene más que ver con un efecto placebo. Cuando comemos el pan, nos concentramos en masticarlo, distrayendo al cerebro de los malestares que estamos experimentando, pero no tiene que ver con las propiedad del multifacético bolillo.

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