Coaching, una industria de 15 mil mdd

Para todo hay gusto y necesidades, pero una sesión con un coach o mentor calificado, en la Ciudad de México, cuesta entre 400 y dos mil peso

Miguel Ángel Ensástigue 

  · viernes 30 de julio de 2021

Foto: Photo Mix Pixabay

El mundo de los conferencistas y entrenadores de vida se ha vuelto tan redituable en los últimos años, con un valor que asciende a casi 15 mil millones de dólares, según la International Coach Federation (IFC).

Aunque hubo conferencistas o coachs que reportaron una baja en sus ingresos o actividades por la crisis sanitaria, de acuerdo con un estudio de la IFC, al menos cinco de cada 10 de ellos continuaron con sus asesorías a nivel personal o empresarial y el resto tuvo que migrar a esquemas más alineados a la pandemia.

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Estos cambios se percibieron, por ejemplo, en las horas dedicadas al trabajo y los ingresos que percibieron por sus pláticas, pero la mayoría de los usuarios buscaron un acompañamiento más enfocado a cómo superar el Covid-19 encerrados en el hogar.

Se estima que el valor global de la industria asciende a más de 15 mil millones de dólares. Tan sólo de 2016 a 2020, el número de entrenadores aumentó un 33 por ciento, según la ICF.

Para Rodrigo Elizondo, director de marketing en Victoria147, una academia de negocios dedicada al desarrollo personal y profesional de las mujeres, el “coaching” y “mentoring” no deben ser satanizados. Por el contrario, cada actividad está enfocada en potenciar las habilidades de las personas y poder otorgarles más confianza para su vida diaria.

La diferencia entre estas actividades radica en que el coaching se basa en cuáles son las necesidades de una persona, y a partir de ello se dan consejos de vida para poder ejecutarlos. Es decir, es un acompañamiento “más guiado”.

En el mentoring, según Elizondo, se trata de analizar cuál es el estatus actual de una persona, el entorno que está viviendo y posteriormente se diseñan guías para que ese individuo resuelva sus problemas o retos, en función de la experiencia de un tercero, en este caso el mentor.

“Sabemos que hay personas que solamente necesitan una charla y a partir de ahí, ellos toman decisiones. Sin embargo, hay otras que por sí mismas no tienen una capacidad de acción propia”, resaltó en entrevista con la Organización Editorial Mexicana.

La Asociación de Conferencistas Hispanos reconoce diferentes categorías para impulsar el desarrollo de las personas. Por un lado, están aquellas charlas de negocios, otras de motivación personal, desarrollo humano, ventas, marketing o de religión, por citar algunos casos.

“Para el mentor, más que una retribución económica, tiene que ver con una satisfacción de poder ayudar y que los conocimientos se reflejen no sólo en una charla. El mundo del emprendimiento vino a abrir esta puerta y se empezó a permear en diferentes niveles y estilos de vida”, destacó el directivo de Victoria147.

Terapia alternativa

Y claro que es un negocio rentable: sin demanda no hay oferta. Más allá de una plática de motivación, hay quien ve en la industria del coaching o mentoring una terapia alternativa, como Shivagam.

Originario de Islas Canarias, España, actualmente se encuentra radicando en México, es catalogado como “maestro de la sabiduría” de la tradición budista Mahajrya. Tiene más de 17 años de experiencia profesional y reconocimiento internacional, en el ámbito de la terapia, el crecimiento personal y espiritual.

“Por supuesto que sí es rentable, porque cada vez hay más gente que quiere aprender, que quiere practicar, y que buscan este tipo de ayudas”, comentó Shivagam en entrevista con la OEM.

Además de estas tareas, también imparte conferencias en los formatos de TEDx Talks, al igual que cursos, seminarios y talleres en países como Estados Unidos, Guatemala, Argentina, Uruguay o España, por mencionar algunos.

El experto considera que se tenía la creencia de que las terapias o meditaciones eran exclusivas de personas que atravesaban por un mal momento de su vida, tanto en cuestiones personales o de salud.

De hecho, señala que todos los seres humanos deben de vivir esta experiencia por lo menos una vez en su vida y practicarla de vez en cuando.

Con el coronavirus, destacó, la gente enfrentó episodios de estrés, ansiedad o depresión y encontraron en este tipo de actividades una salida a la realidad o un pequeño momento de paz.

“Hay quienes no se aceptan tal y como son, tienen problemas de pareja o simplemente necesitan algún tipo de acompañamiento. Yo recomiendo hacer terapia y meditación absolutamente para todas las personas, porque siempre hay cosas que tenemos del pasado y necesitamos sentirnos bien a nivel personal”, enfatizó Shivagam.

Desde su perspectiva, cualquier persona puede dar este tipo de asesorías o terapias; no se nace con un don. Para ello, desde hace seis años cuenta con una escuela en 25 países donde ha certificado a casi siete mil personas.

Por la pandemia, dijo, tuvo un aumento de nuevos alumnos y en los meses más críticos brindó asesorías gratuitas para más de dos mil personas a nivel mundial, quienes llegaron con cuadros de estrés y ansiedad.

Curiosamente, recuerda Shivagam, también llegó personal médico, desde enfermeros hasta doctores, quienes reconocieron que la carga laboral en los hospitales se estaba convirtiendo en un infierno.

CÓMO EVITAR CHARLATANES

Para no caer en abusos y estafadores, el especialista de Victoria147 recomienda que, antes de tomar una charla o asesoría, siempre es necesario hacer una evaluación de las necesidades de cada persona y buscar alternativas con diferentes precios y niveles.

Según Rodrigo Elizondo, la academia ha identificado que tras recibir este tipo de acompañamiento, la gente aumenta hasta en un 20 por ciento su seguridad, tanto a nivel personal como al momento de emprender un negocio.

La recomendación de Shivagam va en el mismo sentido, aunque también ve en las redes sociales un par de aliadas para detectar a charlatanes o falsos mentores.

Los costos por este tipo de sesiones son variados y dependen del reconocimiento internacional o experiencia de cada coach o mentor, agrega, pero en algunos puntos de la Ciudad de México cuestan entre 400 y dos mil pesos.

Para todo hay gusto y necesidades.