Las finanzas personales demuestran que el acceso o poder de adquisición ya no es similar al que estábamos acostumbrados. Sin embargo, soluciones financieras como Principal, sugieren darle sentido a la nueva normalidad y entender que podemos aprovecharla para darle un giro en beneficio de nuestro monedero o cartera.
Para ayudar a acelerar nuestra recuperación económica e incluso lograr disfrutar del Buen Fin te damos cuatro consejos:
Identifica nuevas prioridades. A partir de este momento, será decisivo replantear los gastos que tienes y buscar alternativas para incrementar su aprovechamiento. Considera que, tal vez, es buen momento para que el dinero que utilizas en gastos que no te dejan un beneficio propio, lo destines para invertir en un proyecto que sea tuyo; o definir un nuevo gasto fijo para la aportación periódica a un fondo de emergencia, el cual te ayudará a estar preparado para cualquier situación.
Elimina los gastos que son innecesarios y no planeados. Habrás notado que muchas de las cosas que solías hacer pueden ser omitidas de tu rutina. Aprovecha esa oportunidad y mantente en el hábito de no caer en gastos que no se encuentran dentro de tus metas o signifiquen una prioridad, mejor conocidos como los “gastos hormiga”. Ese dinero puedes destinarlo en proyectos de mayor impacto, ¿qué tal terminar de pagar las cuentas que tenías pendientes? Así dejarás de cargar con ellas y evitarás que se incrementen con los intereses.
Lujos sin los que puedes vivir. Si eres de los que viven diciendo ‘para eso trabajo’ o ‘me lo merezco’ cada vez que haces un gasto, puede que tengas razón; pero este es el momento ideal para considerar otras frases o interrogantes que signifiquen un equilibro, como: ¿es una prioridad en este momento? Si la situación te lo permite, aprovecha y enfócate en adquirir cosas que sean realmente indispensables de frente a la situación y tus posibilidades actuales. Esto no significa dejar de satisfacer tus gustos, sino hacerlo de una forma mucho más racional. Que tus nuevos gustos extra se destinen, por ejemplo, a áreas como la salud y seguridad.
Ahorrar, ahorrar y no dejar de ahorrar. No permitas que situaciones como la actual te hagan dar un mal paso de nueva cuenta. Una vez que hayas establecido tus metas prioritarias, no olvides incluir tu futuro dentro de éstas. Considera el ahorro como una alternativa y materialízalo con diferentes herramientas, por ejemplo, a través de las aportaciones voluntarias en tu cuenta individual de Afore.
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