El mundo sin los videojuegos es cada vez más inverosímil, pensar en un día sin dedicarle unos minutos al entretenimiento con juegos en el celular parece una historia de la época de las cavernas.
Pero este mercado va mucho más allá del entretenimiento familiar, es un negocio multimillonario, que el año pasado generó ganancias por casi 150 mil millones de dólares en todo el mundo, según la consultora especializada, Newzoo. Esto representa casi tres veces el dinero que tiene Carlos Slim.
Del gran total, las consolas ocupan el segundo lugar, con 30 por ciento, después de los videojuegos del celular, que abarcaron 46 por ciento del negocio global.
La mayor parte de la guerra actualmente se concentra en las consolas de tres empresas. Hoy, cuando pensamos en videojuegos, la mente se va inmediatamente a Xbox, de Microsoft, PlayStation, de Sony, y Nintendo.
El mundo contemporáneo está en la octava generación de consolas en una larga historia, que tiene sus albores en la década de 1960.
ROUND 1: ATARI VS MAGNAVOX
Antes de estas tres grandes marcas, mucho antes, hubo una consola de origen, creada por un científico germano-estadounidense. Su nombre, Ralph Baer, también conocido como el padre de los videojuegos.
Este refugiado de la Segunda Guerra Mundial empezó a pensar en los videojuegos en casa en 1966, hasta ese momento ya existían las famosas “maquinitas” o las arcade, pero no era posible jugar en casa.
Como casi todo invento tecnológico del siglo XX, la primera consola provino de la investigación de la milicia. Baer trabajaba para la empresa Sanders Associates, un contratista de la Defensa de Estados Unidos. La primera consola, conocida como Magnavox Odyssey, fue lanzada al público hasta 1972 y fue hasta después de ocho prototipos y un acuerdo con la empresa Magnavox que este primer paso se hizo realidad.
La primera consola del mundo era rudimentaria, en la pantalla sólo se veían blancos y negros y los controles eran cajas de madera con dos perillas, nada que ver con los 14 botones y dos palancas de un control de Xbox.
Pero el reinado de la Odyssey fue efímero, al durar sólo tres años, pues en 1975 Atari revolucionó al mundo de los videojuegos con el Pong.
Atari fue fundada por Nolan Bushnell y ganó fama de forma acelerada, pero no sin pasar por una gran polémica. Baer y Bushnell trabajaron juntos en la creación del Pong, pero fue el segundo quien logró darle popularidad en la nueva consola y en los arcade.
La fama llegó para el inventor del Atari y, junto con ella, una carretada de dinero, pero el padre de los videojuegos acusó un plagio, que nunca llegó a los tribunales, porque se resolvió con una indemnización, que aunque no se sabe la cifra exacta, las especulaciones la ubican entre 400 mil y un millón de dólares.
El primer round en la guerra de los videojuegos fue para Atari y duró hasta la década de 1980.
INVASIÓN JAPONESA
Pero todo reinado llega a su fin y Atari, ahora en manos de Warner Communications, junto con la industria entera de los videojuegos vivió un pasaje negro en 1982.
De acuerdo con el portal especializado Nintenderos, la crisis empezó en junio de ese año, cuando la saturación de juegos de mala calidad hizo que el mercado colapsara, llevando a la ruina a dos empresas que pretendían competir con Atari: Coleco y Mattel.
La misma Atari perdió 356 millones de dólares durante la crisis, que duró hasta 1985, cuando una marca japonesa invadió al mundo entero: Nintendo.
El primer gran éxito de esta empresa fue Mario Bros, título que a casi 35 años de su lanzamiento sigue en el corazón de los gamers.
Junto con las consolas de Nintendo -que incluyen la NES, el Súper Nintendo- llegaron al mercado las consolas de Sega y las de Nipon Electronic Company (NEC).
Las innovaciones alrededor de estas consolas eran los controles, los procesadores, los gráficos y la forma de jugar, donde comenzaron a incluirse las historias de los juegos, debido a que tenían mayor capacidad.
Con la llegada de la tercera dimensión a los videojuegos, liderada por el Nintendo 64, parecía que esta empresa nipona mantendría el liderato hasta el fin de siglo.
Pero fue otra japonesa, Sony, con la primera PlayStation, la de 1994, y la revolución del disco compacto en sustitución de los cartuchos, la que paso a paso se apoderaría del liderazgo.
Sony fue la primera empresa en vender 100 millones de consolas en el mundo y su catálogo de juegos supera ocho mil títulos.
LA GUERRA DE LOS 20 AÑOS
El siglo XXI marcó el inicio de una de las guerras más longevas y significativas de la historia de la tecnología, apenas un año después del arranque del siglo, Microsoft lanzó su primera consola, la Xbox, el némesis de las japonesas, pese a que su última generación no fue tan exitosa.
A lo largo de 20 años, Microsoft y Sony han lanzado casi de forma simultánea una nueva generación de sus consolas en una competencia que verá su clímax en diciembre de este año, mientras que los lanzamientos de Nintendo han sido más espaciados, pero igual de exitosos.
Entre las últimas generaciones disponibles en el mercado de las tres marcas, la más vendida es la PS4, con 110 millones de consolas, según datos de Sony correspondientes a mayo, mientras que el segundo lugar es para la japonesa Nintendo con la Switch, que al mismo mes colocó 55.77 millones de consolas.
El tercer sitio corresponde a la Xbox One, con un estimado de 46 millones de unidades vendidas, según el portal VGChartz, pues Microsoft no da cifras oficiales de las ventas de las consolas.
Pero el panorama puede cambiar antes de que acabe este año, pues tanto Sony como la empresa de Bill Gates, lanzarán en diciembre sus nuevas generaciones.
Según la consultora The Gaming Setup, la Xbox Series X y la PlayStation 5 serán las consolas más poderosas jamás vistas.
La más potente será la reproductora de juegos de Bill Gates, con 12 mil 500 Gigaflops, mientras que la de Sony tendrá 10 mil Gigaflops.
Los gigaflops representan la capacidad que tiene cada consola para reproducir órdenes de forma simultánea, lo que permite incrementar las posibilidades de las acciones que puedes hacer dentro de un juego.
En comparación con la generación anterior, la Xbox Series X tiene el doble de capacidad que el Xbox One y casi tres veces la de la PS4.
Pero la apuesta de Sony no va tanto por la potencia, sino por los juegos exclusivos para su consola, por lo que el resultado de la nueva generación quedará en manos de los jugadores, que deberán elegir entre títulos exclusivos o potencia de la consola.
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