Reivindicar los derechos de grupos minoritarios de la sociedad debería ser cosa del pasado en pleno siglo XXI; sin embargo, como la sociedad avanza con pasos demasiados cortos, el 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó este día en conmemoración de la eliminación de la homosexualidad –catalogada como enfermedad mental– de la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 17 de mayo de 1990.
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En 2005 se celebró por primera vez el Día Internacional contra la Homofobia, luego de una campaña impulsada por asociaciones internacionales como la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA, por sus siglas en inglés). Al comienzo, la fecha se enfocaba en la homofobia, pero en 2009 se incluyó la transfobia y seis años después, la bifobia.
A pesar de los esfuerzos que ha empujado la comunidad LGBTTTI+, persiste todavía el estigma que acompaña la disidencia sexual. Hay 70 países alrededor del mundo donde la homosexualidad es considerado un delito y 12 en los que se castiga con pena de muerte.
En el marco de la pandemia por Covid-19, los prejuicios representan un factor de riesgo más para los integrantes de la comunidad, ya que, según la Encuesta sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2019, 76% de ellos aseguró haber pasado por situaciones incomodas con el personal médico y la mitad optó por ocultar su sexualidad o identidad de género.
De acuerdo con el Informe de crímenes de odio contra personas LGBT en México, el acceso a la justicia también se ha visto afectado durante la pandemia, exacerbando las desigualdades sociales que enfrenta la comunidad en el país.
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Según los registros de las organizaciones integrantes del Observatorio Nacional de Crímenes contra Personas LGBT, en 2020 se reportaron 43 asesinatos, siendo la Ciudad de México la entidad que presentó la mayor incidencia.
En México no existe un registro de los crímenes de odio asociados a la orientación sexual o identidad de género, por lo que las actividades de las ONG resulta de suma importancia para visibilizar el camino que nos falta por recorrer como sociedad.