Para muchas empresas y organizaciones está claro que adoptar prácticas sustentables no es suficiente y menos en tiempos de incertidumbre como los que atravesamos. Por ello, las marcas más visionarias han adoptado el diseño regenerativo como la solución al impacto ambiental que genera su actividad y como la oportunidad de convertirse en una fuerza restauradora.
Por ejemplo, la empresa estadounidense Interface, el principal fabricante de alfombras modulares del mundo, creó en Australia el piloto de una fábrica que se inspira en la capacidad regenerativa de un bosque, con la posibilidad de generar energía y aire limpios, agua potable y secuestrar el carbono, con ayuda de la firma Biomimicry 3.8, que ofrece consultoría en inteligencia biológica. La pregunta que inspiró todo fue: ¿Si la naturaleza diseñara una empresa, cómo funcionaría?
Precisamente, el diseño regenerativo busca responder interrogantes como esta y se enfoca en procesos que restauran, renuevan y revitalizan las fuentes de energía y materiales con los que se crean sistemas que integran las necesidades de la sociedad con las de la naturaleza.
“El diseño regenerativo ve un producto a lo largo de todo su ciclo de vida, no solo cómo se fabrica y se usa, sino también cómo se repara, cómo se descompone, cómo afecta a las comunidades, cómo interactúa con el ambiente local”, asegura Sesh Vedachalam, directora asociada de Estrategia en frog, firma líder en diseño, innovación y estrategia.
Visiones como esta inspiraron la creación de Dispatch Goods, una startup en San Francisco, Estados Unidos, que colabora con los servicios de reparto de restaurantes como proveedor de empaques reutilizables para evitar el uso de plásticos o recipientes de un solo uso. “Proveemos recipientes reusables a restaurantes y una vez por semana vamos a recoger los contenedores usados para hacer lo más fácil posible que las personas se involucren en un proceso de reutilización”, asegura su cofundadora, Maia Tekle.
El enfoque sustentable y regenerativo se está volviendo cada vez más crítico para las empresas, sobre todo para las startups que buscan innovar y generar un impacto positivo, pero también para los responsables de diseñar los productos que usamos a diario.
“Como diseñador industrial, la sostenibilidad me atrajo luego de trabajar en una línea de cepillos de dientes. Comencé a reflexionar sobre el hecho de que el producto tenía una vida útil en las manos de los clientes, pero también seguiría existiendo mucho después de eso, probablemente en un vertedero. Y de repente, producir un millón de cepillos de dientes ya no sonaba tan bien”, dice Ethan Imboden, vicepresidente de Diseño de frog, director global de Ventures y patrocinador ejecutivo de la práctica de sostenibilidad de la firma.
Un ejemplo de diseño regenerativo hecho por frog es Vyoh, un sistema de filtración del aire con musgo, que requiere un mantenimiento mínimo y siempre está encendido. Se diseñó pensando en la contaminación del aire en lugares como India, donde el problema cobra la vida de millones de personas al año, quienes se enferman incluso al respirar el aire en interiores. Según los datos existentes, una sola pared de musgo de 900 x 1,500 mm puede ayudar a reducir el polvo y los gases de efecto invernadero todos los días para un apartamento estándar en Bangalore, India.
Iniciativas como esta son un ejemplo de lo que el diseño regenerativo busca, el cual, para Sesh Vedachalam, se puede entender desde cuatro claves: Ver las cosas desde una perspectiva sistémica; que las decisiones de diseño ayudan a perpetuar o cambiar un sistema; que debe haber un cambio en la forma en la que colaboramos y que necesitamos esperanza radical.
La importancia de adoptar una visión regenerativa en el diseño no podría ser más pertinente. El más reciente informe del grupo de expertos sobre el cambio climático asegura que la temperatura global alcanzará o superará los 1.5 °C o más de calentamiento en los próximos 20 años. Sin embargo, parece que los esfuerzos de marcas globales y gobiernos para reducir las emisiones de CO2 siempre se quedan cortos.
En la Ciudad de México, el gobierno impulsa el Programa Ambiental y de Cambio Climático que busca reducir las emisiones de CO2 en un 10 por ciento para 2024, mediante acciones como reverdecimiento de espacios, la recuperación de vías fluviales, reducir el volumen de desechos, entre otras. Pero quizá es el enfoque centrado en medidas de contención y el desvinculamiento de la sociedad con la naturaleza lo que no permite que los esfuerzos tengan el impacto deseado.
El diseño regenerativo quiere ir más allá y fomentar el trabajo colaborativo que realmente se necesita para construir resiliencia y regeneración dentro de las estructuras sociales y económicas, y poder encaminarnos a un futuro más próspero.
* Directora de Desarrollo de Negocios y líder de la práctica de Diseño Organizacional en frog
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