Muchas veces cuando pensamos en maternidad tenemos la idea de la madre protectora que jamás dejaría que nada le pase a sus hijos, pero en el reino animal hay madres que después de parir ¡se comen a sus bebés!
En contraste, hay madres que dejan de comer y permanecen escondidas por meses con tal de proteger a su progenie.
Otras ofrecen su propio cuerpo como alimento, mientras que algunas se olvidan de sus crías al solo poner huevos y huir de la escena.
En este día de las madres, te presentamos 10 datos sorprendentes que no sabías de las madres del reino animal.
Un padre a toda madre
Hippocampus. Son monógamos y sus parejas duran de por vida. Los machos de muchas especies de hipocampos desarrollan una bolsa especial en su estómago, la hembra llega, deposita los huevos y se va. Entonces, la fertilización y la incubación de las crías recae completamente sobre el macho. Inclusive se ha observado cuando el macho sufre contracciones por el parto.
Deliciosos bebés
Es común que luego de parir, las hembras hámster se sientan estresadas y ataquen a sus crías... para que acaben comiéndoselas. Esto sucede generalmente en una de tres posibles situaciones:
Si la hembra es primeriza y se siente demasiado amenazada. Si las crías nacen demasiado pequeñas o con malformaciones o si alguien toca a las crías antes de que cumplan dos semanas de vida, esto hace que su madre las rechace y las mate.
También es posible que sea el padre de las crías el que se las coma, por ello es importante separarlo de la hembra en cuanto se sepa que está embarazada.
La madrastra malvada
La campeona de la maternidad más agresiva. Los gorriones son animales de familia; forman hogares, relaciones familiares y sociales bien estructuradas. Pero las hembras gorrión tienen un secreto: no le gustan para nada los hijastros.
Los gorriones macho se aparean con muchas hembras y posteriormente se hacen cargo de todas sus crías, que son llevadas al nido principal donde hay una gorrión hembra principal. Dicho de otro modo: el pájaro infiel tiene hijos con otras pájaras y los lleva a casa para que su legítima plumífera los críe.
La mamá gorrión será muy protectora con sus propias crías, pero no le agrada demasiado la idea de criar hijos de otra. Para garantizar que la atención del macho se centre solo en ella y en sus propias crías, la mamá gorrión matará a sus hijastros. Ahora no las verás tan tiernas como parecen ¿verdad?
Pajaritos a pelear, cuando acaban de nacer...
La mamá águila negra es capaz de permitir que sus crías peleen hasta la muerte y quedarse de "brazos" cruzados mientras los hermanos mayores asesinan a los más jóvenes. Esta actitud es común entre las aves, ya que practican un método que permite asegurar la sobrevivencia de los más fuertes y adaptables.
Oye cucú papá se fue...
Se trata nada más y nada menos que de la historia de la madre desentendida. El cuco común se caracteriza, entre otras cosas, porque la madre no construye un nido para poner sus huevos. La hembra utiliza los nidos de otras aves para depositar un único huevo, y entonces emprender el vuelo. El huevecillo de cuco se forma junto a los huevos de otras especies más pequeñas. Entonces, la cría crece y termina por destruir los otros huevos o por deshacerse de los polluelos. Los padres adoptivos del cuco no notan este fenómeno y se dedican a procurar de los cuidados de la gigantesca cría.
Destino final
Los ácaros miden desde 0.2 hasta 0.3 mm de largo. Tienen ocho patas y su especie más cercana son las arañas y las garrapatas. La hembra puede incubar un total de nueve huevos dentro de su cuerpo y, por lo general, solamente uno es macho.
Estos ácaros viven dentro del cuerpo de la madre y se alimentan de ella. Cuando alcanzan la madurez, las hembras se aparean con su hermano y después abren un agujero en el cuerpo muerto de la madre y salen. Mientras tanto, la única cría macho muere.
Solo una mordidita
La hormiga vampiro, de la especie Adetomyrma venatrix, se alimentan de la hemolinfa de las larvas. Las reinas y las obreras practican una forma de "canibalismo no destructivo", haciendo agujeros y alimentándose de la hemolinfa (la "sangre" de insectos) de las propias larvas de la colonia. Para darte un ejemplo, es como si a tu hermano o hermana pequeños les hicieras un hoyo en la piel para alimentarte de su sangre, esperando que la herida se cure para volver a lacerarlos y volver a beber de su sangre.
Una lagartona
La falta de cuidados parentales en la mayoría de las lagartijas podría simplemente formar parte de una estrategia para tener tantas crías como fuera posible, con la esperanza de que algunas sobrevivan. Por otra parte, la mayoría de las lagartijas depositan sus huevos, los entierran e inmediatamente se olvidan de ellos y se van... Sólo se dedican a copular.
"Spring brake" por siempre
Al menos una población de camaleón de Laborde que habita en los bosques secos del suroeste de Madagascar pone todos sus huevos antes del invierno. Los huevos eclosionan justo antes de las lluvias. Los huevos pasan entre ocho y nueve meses desarrollándose y mientras tanto los adultos envejecen y mueren. La descendencia ya huérfana crece sin absolutamente ningún adulto de su especie. Una fiesta eterna para las próximas generaciones.
A ti que me diste tu vida, tu amor y tu espacio
Hay un animal marino que literalmente da la vida por sus hijos, es el pulpo. Después de incubar miles de huevos durante meses, en los que ni come ni se mueve, la madre muere como consecuencia de un largo período de inanición. Esto lo hace para proteger a sus congéneres, ya que los huevos de pulpo son un manjar en el fondo marino y hay muchas especies que tratarán de obtener un bocado. Lo que hace a la mamá pulpo una de las animales más devótas a sus crias. Como dato curioso, hay especies que tardan en incubar cuatro años y medio.
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