Jabones, limpiadores de vidrio y líquidos para trapear son solo algunos de los desengrasantes que están presentes en prácticamente todos los hogares.
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Sin embargo, pocas personas saben de los efectos que traen esas sustancias a la salud y al medioambiente.
Pero ese es sólo uno de los problemas que traen los desengrasantes comerciales, ya que sus afectaciones comienzan a notarse desde que están dentro del hogar.
Es por eso que durante los últimos años han surgido diferentes propuestas que responden a la necesidad de productos más ecológicos, los cuales además de ser más económicos, pueden ayudar a cuidar la salud del planeta y de las personas.
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Productos naturales vs comerciales
Uno de los aspectos que diferencia a los desengrasantes naturales de los comerciales es la cantidad de sustancias que contienen y los efectos que estos podrían tener en la salud.
“Los productos comerciales tienen diferentes componentes como surfactantes, fragancias, colorantes e incluso ácidos que suelen ser muy corrosivos al contacto con la piel y con las manos. Es por eso que en algunas ocasiones, después de estar en contacto con estas sustancias arden los ojos o la piel se irrita”, explica a El Sol de México Ivonne Linares, profesora e investigadora del Instituto Interamericano de Tecnología y Ciencias del Agua, IITCA.
La composición de los desengrasantes comerciales puede variar según su uso, pero en términos generales suelen contener acetona, heptano, alcohol minerales, formaldehído, alcohol etílico, ftalatos y parabenos, entre otros.
“Este tipo de sustancias pueden resultar en graves daños para la salud de quienes están en constante exposición a ellas. Un ejemplo de ello es el formaldehído, que puede resultar en un cáncer”, dice a este medio Pedro Sánchez, becario de investigación en Fundación Universidad de las Américas Puebla.
Los ácidos que contienen también pueden provocar daños en la piel, siendo uno de los más comunes los eccemas, que se producen después de que la piel se irrite al contacto con estas sustancias.
“Otras de ellas son los ftalatos y parabenos, las cuales son endocrinas, es decir; pueden irrumpir en ciclos hormonales de las personas”, añadió Sánchez.
Los parabenos ya estaban ligados desde hace algunas décadas con enfermedades como el cáncer. Sin embargo, fue hasta 2004 que la comunidad científica se alertó cuando oncólogos de la University of Reading de Edimburgo llevaron a cabo estudios con tejidos cancerígenos y el 90 por ciento de las muestras de biopsias de mujeres con cáncer de mama tenían rastro de parabenos.
Según señalan los especialistas, el peligro de esas sustancias no radica en sus compuestos, sino en el contacto repetitivo que las personas puedan tener con ellas.
Por ello, durante los últimos años algunas personas se han puesto manos a la obra para que cada vez más gente transite a opciones mucho más ecológicas y sobre todo amigables con la salud humana.
¿Cáscaras de cítricos?
En aras de buscar alternativas más amigables con el medioambiente, para la limpieza dentro del hogar, algunas personas han buscado otras opciones para dejar de lado los desengrasantes industriales.
Una de ellas es precisamente Ivonne Linares, quien junto con sus estudiantes desarrolló un proyecto en el que las cáscaras de cítricos se convierten en desengrasantes biodegradables.
Decidimos darle una segunda vida a las cáscaras, algo que en términos generales catalogamos como basura”, añadió Linares.
La especialista señala que uno de los pilares para la realización de este proyecto es la calidad del agua de México, así como la salud de las personas y del medioambiente.
“Uno de los aspectos que más nos preocupa es la generación de espuma que producen los desengrasantes en el agua. Lo que buscamos es que la calidad del agua que sale de los hogares sea mucho mejor”, explicó.
De acuerdo con el Comité de Cítricos de Chile, las cáscaras son excelentes limpiadoras gracias a los antioxidantes, las vitaminas y los aceites esenciales que contienen.
“Nosotros optamos por un proceso de fermentación para poder extraer los jugos y ácidos que contienen las cáscaras y de esta manera aprovechar su efecto desengrasante, el cual puede ser utilizado para la limpieza de pisos, ventanas e incluso de la ropa”, añadió Linares.
Según apuntan los expertos, estos desengrasantes son grandes aliados en contra de la grasa que se produce en las cocinas, ya que ayudan a procesar la grasa de forma natural, lo que reduce el esfuerzo de tallar las superficies por periodos prolongados.
“Otra de las bondades que tienen es que no necesitan más componentes además de las cáscaras y el vinagre, porque la fragancia agradable al olfato se la otorgan las propias cáscaras. Es decir, no utilizan ni generan ningún tipo de contaminante”, explica.
¿Cómo prepararlos?
A diferencia de los desengrasantes comerciales, los que están hechos a base cáscaras de cítricos pueden ser elaborados desde el hogar, como detalla Ivonne Linares:
“El primer paso es colocar las cáscaras de cualquier cítrico en un envase que esté lleno de agua en tres cuartas partes y una cuarta parte de vinagre y ahí se van a dejar remojando por algunos días”, explicó.
Se recomienda que esta mezcla se mantenga cerrada entre 10 y 30 días. Según la señala la especialista, es importante asegurarse de que el contenedor se encuentre bien cerrado para que las cáscaras no entren en contacto con el aire.
“Durante este periodo, la mezcla se irá homogeneizando y se debe revisar que todas las cáscaras estén húmedas o mojadas, para asegurarse de tener un aprovechamiento máximo de las mismas”.
Asimismo, el uso de estos desengrasantes es una alternativa más económica para la limpieza del hogar y para aprovechar los residuos que se generan dentro de casa.
Por qué deberíamos utilizarlos
La importancia de utilizar desengrasantes naturales radica en el nulo impacto que estos tienen en el planeta, ya que después de su utilización no alteran ningún ciclo de la naturaleza, según señala el estudio Etiqueta Ecológica de la UE realizado por la Unión Europea.
De acuerdo con el mismo estudio, una de las principales ventajas por las que estos deben ser utilizados es que están compuestos de fuentes renovables, por lo que no están explotando ni dañando recursos naturales.
Además, según un estudio realizado por el Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales de los Estados Unidos, el uso de desengrasantes comerciales supone el mismo nivel de contaminación que producen los automóviles, por lo que dejarlos de lado conlleva una disminución significativa en la contaminación ambiental.
“Casi no se tiene conciencia del impacto que tienen los desengrasantes comerciales al salir de casa en el agua. Pero el impacto es mucho más grande de lo que pareciera”, alertó Pedro Sánchez, quien además es líder climático en The Climate Reality Project.
Asimismo, según señala el especialista, las aguas que contienen este tipo de fármacos resultan muy difíciles de tratar.
“Todo esto que está llegando al agua no se queda ahí, porque hay que recordar que todo en el medioambiente está conectado y lo que hoy está en el agua, mañana puede estar en suelo y después en el aire, o sea en lo que respiramos”, alertó Sánchez.
Por ello, los expertos hacen un llamado a la población para que transite hacia productos con menos sustancias tóxicas y que de paso no le quiten ningún recurso a la naturaleza.
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“Debemos reconocer el derecho a un medioambiente sano y comenzar a pensar en el impacto que tienen todos los productos que consumimos”, dijo finalmente Pedro Sanchez.