La pandemia declarada hace más de un año vació las salas de los cines, los teatros, las playas, los estadios y también los zoológicos y acuarios del mundo, a los que cada año acudían 700 millones de visitantes.
En México, estos centros recibían casi 30 millones de personas, pero con las restricciones sanitarias debieron cerrar durante meses, y así, ocho de cada 10 que dependen casi exclusivamente de la taquilla para el cuidado y manutención de miles de animales quedaron a la deriva.
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Con los primeros llamados de los gobiernos para que la población permaneciera en sus casas vinieron los cierres y luego los llamados de auxilio de los zoológicos. Si bien en México fueron los donativos de empresas y particulares los que ayudaron a su supervivencia, en otras partes del mundo algunos recintos plantearon medidas extremas como el sacrificio de ejemplares ante la falta de recursos para mantenerlos.
A mediados de abril, el zoológico de Neumünster en Schleswig-Holstein, Alemania, elaboró una lista de posible sacrificio de algunos de sus animales, como parte de un plan de emergencia. “Sí, tenemos una lista de animales que tendríamos que sacrificar", informó en su momento Verena Kaspari, la directora del lugar, confirmando los informes iniciales dados a conocer en medios alemanes.
Los animales en la lista serían dados como alimento a linces, águilas y al "oso polar más grande de Alemania", Vitus, que vive en ese zoológico y mide 3.6 metros.
En el listado estaban también cabras y ciervos, "pero ninguno de los animales es de especies en peligro de extinción", justificó la funcionaria alemana, y aclaró que la medida sería el ultimo recurso, en el peor de los casos, si ya no fuera posible la entrega de pescado y carne, debido a la escasez de fondos.
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En aquel momento todos los zoológicos de ese país fueron cerrados como parte de las medidas gubernamentales para frenar la propagación del coronavirus. El zoológico de Neumünster reportaba en aquel momento más de 700 animales, incluidos zorros árticos, lobos y focas criadas, así como Vitus. Según los cálculos de Kaspari las pérdidas en los primeros cuatro meses del año ya sumaban 175 mil euros por la falta de entradas y donativos.
Un mes después, en Indonesia, el zoológico de la ciudad de Bandung planteó sacrificar a algunos de sus animales para alimentar a otros con su carne, esto después de que para enfrentar la caída en los ingresos ya había optado por reducir la ración de comida para 850 animales, sin descartar que en “el peor de los escenarios” serían sacrificados algunos “ciervos viejos e improductivos” para salvar a especies carnívoras como el tigre de Sumatra y el leopardo de Java, dijo entonces Sulhan Syafi’i, portavoz del lugar.
La Asociación de Zoológicos de Indonesia lanzó un llamado de auxilio al presidente pues calculaba que 92 por ciento de los 60 parques sólo tendrían comida para sus animales hasta finales de mayo.
La crisis mundial alcanzó al parque de Londres, el zoológico científico más antiguo del mundo que debido al cierre tiene un hueco de varios millones de libras en su presupuesto.
"El encierro ha sido realmente surrealista, como si no existieran los visitantes, ha sido un tiempo realmente triste para el zoológico", dijo hace unas semanas a la agencia Reuters Kate Sanders, líder del equipo de grandes felinos.
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"Me preocupa que no sobreviva", dijo sobre el parque inaugurado en 1828 por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y que fue visitado por Charles Darwin mientras escribía El origen de las especies. La reina Isabel II es mecenas del recinto.
Junto con Whipsnade Zoo en Bedfordshire, al norte de la capital inglesa, que también es propiedad de ZSL, tiene 22 mil 949 animales. Alimentarlos cuesta alrededor de un millón de libras (1.4 millones de dólares) al mes y el último cierre -debido a un nuevo confinamiento por el repunte en los casos de coronavirus- dejará un agujero de 1.8 millones de libras en su presupuesto que se sumará a la pérdida de 15 millones de libras el año pasado.
"Es muy triste que estemos cerrados", dijo Kathryn England, directora de operaciones. "No podemos mandar a los animales a sus casas y no podemos mandar a sus casas con permiso sin paga a todo el personal que cuida a los animales".
Crisis y reapertura
México no escapó a esta crisis. Apenas el Gobierno decretaba en marzo de 2020 las primeras medidas de confinamiento, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado se presentaron puntos de acuerdo para solicitar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) garantizar recursos presupuestarios para zoológicos, acuarios y reservas naturales públicas y privadas, para la alimentación y cuidado de los 170 mil ejemplares de fauna silvestre que están bajo cuidado humano.
En su propuesta de punto de acuerdo para solicitar a las autoridades de medio ambiente de las entidades apoyo financiero para los zoológicos, José Erandi Bermúdez, vicecoordinador del PAN en el Senado, citó como ejemplo la crisis que provocó la cuarentena en Bioparque Estrella, en el Estado de México, que alberga a más de dos mil ejemplares. Ahí, refirió el legislador, un león macho puede consumir hasta 14 kilogramos de carne al día y un elefante 80 kilogramos de frutos.
A finales de abril, la Semarnat reconoció la dimensión de la crisis en los zoológicos por la falta de visitantes, su principal fuente de ingresos, por lo que puso en marcha un programa junto con la Asociación de Zoológicos, Acuarios y Criaderos de México (Azcarm) para facilitar la canalización de donativos en especie, principalmente alimentos. “La situación es compleja, los ejemplares se encuentran bien y no se tiene contemplado ningún tipo de sacrificio de ejemplares en cautiverio, como ha ocurrido en otras partes del mundo”, aseguró la dependencia federal.
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Ernesto Zazueta, presidente de la Azcarm, aseguró que en el país no se consideró una medida como esa gracias a las aportaciones de empresas y particulares.
Hace unos días, al mejorar la situación de la pandemia en la Ciudad de México el Gobierno capitalino anunció la reapertura con restricciones de aforo en los tres zoológicos que están bajo su tutela, el de Chapultepec, San Juan de Aragón y Los Coyotes, cerrados desde el 23 de marzo del año pasado para cuidar tanto la salud de los visitantes como la de los animales. El 9 de marzo, 726 personas visitaron el de Chapultepec, el más antiguo del país con casi 100 años de operación y hogar de mil 210 ejemplares de 204 especies, algunas en peligro de extinción.
Si bien el acceso a este espacio es gratuito, existen áreas concesionadas en su interior, como el herpetario, el mariposario y el área de comida, que han disminuido sus ingresos debido a la falta de visitantes, unos 50 mil diarios durante periodos vacacionales.
Holocausto animal
Aunque apartados de la mirada de los visitantes, los animales en cautiverio no han escapado al coronavirus. El 6 de enero pasado, dos de los gorilas occidentales de llanura del San Diego Zoo Safari Park empezaron a toser. El personal del lugar tomó muestras fecales y las envió al Sistema de Laboratorios de Salud Animal y Seguridad Alimentaria de California. El 11 de enero, los Laboratorios de Servicios Veterinarios Nacionales (NVSL, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura estadounidense confirmaron la infección de tres ejemplares.
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Los tres gorilas, una especie en peligro crítico de extinción, se convirtieron en los primeros grandes simios del mundo en contagiarse y la séptima especie animal que ha contraído el virus de forma natural tras las infecciones confirmadas en tigres, leones, visones, leopardos de las nieves, perros y gatos domésticos.
"El potencial de un brote de una enfermedad similar al Covid en poblaciones cautivas o silvestres de primates en peligro de extinción es muy elevado", declaró a National Geographic en noviembre Harris Lewin, profesor de ecología y evolución en la Universidad de California.
Una guía publicada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) señala que se ha notificado una pequeña cantidad de casos de gatos y perros que han sido infectados por el SARS-CoV-2 en varios países, luego de estar en contacto con personas contagiadas.
Además, varios animales en zoológicos han dado positivo, entre ellos felinos grandes y simios. Varios leones y tigres en un zoológico de Nueva York, un puma en Sudáfrica, en un zoológico de Tennessee, leopardos de las nieves en un zoológico de Kentucky y en un zoológico de California, un puma y un tigre en un establecimiento de exhibición de animales silvestres en Texas, pero se sospecha que enfermaron después de haber estado expuestos a empleados con Covid-19.
“Con base en la información limitada disponible hasta la fecha, el riesgo de que los animales transmitan el Covid-19 a las personas se considera bajo”, señala el informe de los CDC, aunque no deja del lado las notificaciones de infecciones en criaderos de visones en los Países Bajos y Dinamarca, que sugieren que en estos entornos existe la posibilidad de transmisión del SARS-CoV-2 de estos animales a las personas.
En Dinamarca, en noviembre pasado se anunció la ejecución de unos 15 millones de visones, criados para utilizar su piel para abrigos y otras prendas, tras detectarse una versión mutada del coronavirus que podría propagarse a los humanos.
Después de China, Dinamarca es el segundo mayor productor mundial de pieles de visón. Los Países Bajos, el tercer mayor productor, anunció desde mediados de 2020 contagios de coronavirus entre sus animales que, según las investigaciones realizadas en ese país, habrían infectado a dos empleados de granjas.
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Frente a estas noticias, el gobierno francés ordenó el sacrificio de unos mil ejemplares y en España, casi 100 mil visones en una granja en el noreste del país fueron sacrificados después de que muchos de ellos dieron positivo por coronavirus.
La organización Derechos Animales Ya calificó el sacrificio decretado por el gobierno de Dinamarca como el mayor holocausto de la historia.