Estudios recientes apuntan que los anticuerpos del camélido peruano presentan resistencia al Covid-19, lo cual puede significar una esperanza ante la lucha contra la pandemia que deriva este virus.
De acuerdo con un estudio difundido esta semana por la revista Cell, realizado por investigadores de las universidades de Texas (EU) y Gante (Bélgica), apunta que anticuerpos procedentes de llamas (Lama glama), que tienen un tamaño menor, permiten atacar al virus que causa el Covid-19 y evitar que contagie otras células.
Teodosio Huanca, experto global en llamas de la Estación Experimental Agraria de Illpa, en Perú, que desde hace 35 años investiga a estos animales, afirmó a la Agencia EFE que está sorprendido por estos resultados y "muy interesado".
En las alturas andinas de la provincia peruana de Puno -hábitat natural que esta especie comparte con sus primos la alpaca, el guanaco y la silvestre vicuña-, el doctor Huanca comentó que ya se sabía desde hacía tiempo que los anticuerpos de los camélidos suramericanos tienen características que facilitan su acción contra algunos virus, pero dijo que "lo que vuelve interesante el experimento es saber que el anticuerpo doble de la llama, de menor tamaño, sí se puede introducir en el COVID-19 y contribuir así a la prevención contra el virus", apuntó el investigador.
De poder comprobarse esto en humanos, dijo, esta característica daría pie a un tratamiento que ayude a las personas infectadas para disminuir la gravedad de la enfermedad.
El investigador de la Universidad Nacional Agraria de Perú, Gustavo Gutiérrez destacó que la resistencia de las llamas en las inhóspitas alturas de los Andes y sus características de ser animales domésticos útiles y manejables, también ha servido para convertirlos en especímenes confiables para la investigación.
"Es un animal que sobrevive con pastos de bajo contenido nutricional, requiere poca agua, se cría suelto, es bastante fuerte, robusto, que resiste bien las enfermedades y tienen baja mortalidad si se compara por ejemplo con la alpaca. Eso sí, tiene un bajo índice de reproducción", explicó el científico.
Esas virtudes, sin embargo, no han impedido que en los últimos tiempos el número de cabezas de llama haya descendido con relación a la cría de alpacas, menos resistentes pero que producen una deseada fibra natural para la industria textil.
Esto, apunta Huanca significaría un error o un desaprovechamiento de las capacidades de este animal que sobrevive sobre los 4 mil metros de altitud y que, consumiendo pastos no deseados por otros animales, "produce una carne que es 23 % proteína, magra, y que requiere poca agua".
Señala el estudioso que la llama es el animal del futuro. Consume pastos que no quieren los ovinos ni el ganado vacuno, y cuando se aplica cierta tecnología en su crianza, puede llegar a los 200 kilos en peso vivo. Un desarrollo de su crianza garantizaría la seguridad alimentaria" en una zona como el mundo altoandino azotado por la malnutrición, apuntó.
Antes de la llegada de los españoles se calcula que había hasta 23 millones de llamas en la región andina, donde eran y aún son también importantes animales de carga. Luego, su número cayó y su crianza se limitó, porque su precio frente a otros alimentos era elevado.
"Pero ahora los precios suben y la llama está siendo atractiva nuevamente como alimento, pero hay que trabajar en su promoción y su crianza para hacerla más competitiva", añadió.
Aunado a estas características alimenticias y científicas, Huanca destaca la simpatía que tiene la llama en el mundo por ser un animal afable, poco agresivo "y que tiene forma de peluche"-
"Es una de sus características, sobre todo del tipo de llama chago, las más peludas, pues como son dóciles, se dejan lavar bien la lana y quedan como peluches que se exhiben y se muestran a los turistas...Y como levanta la cabeza, camina de forma suave, es altanera y tiene ojos grandes, pues cautiva a la gente, lo que no pasa con las alpacas", apuntó el investigador.
El amor a este animal, más allá de su utilidad para combatir pandemias, también se encuentra clavado en el mundo andino, que ve a las llamas "como un regalo de los apus", que se cuida con "rituales ancestrales", añadió Gutiérrez.
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