Detrás de las vistosas postales de diferentes destinos turísticos del mundo existen grandes problemas ambientales derivados de la industria turismo. La falta de conciencia de sus visitantes genera contaminación, así como pérdidas de recursos y en algunos casos de flora y fauna.
Para contrarrestar este fenómeno, algunos gobiernos preocupados por el medio ambiente han implementado la llamada “Ecotasa”, un impuesto que pagan los turistas que visitan algunos de estos lugares y que se destina a la conservación ambiental y de espacios públicos de cada región.
En concreto, la Ecotasa es un monto que se cobra por medio de la hotelería a los visitantes de cada ciudad o localidad, como explica a El Sol de México Gustavo Gennuso, pionero de este impuesto en Argentina y presidente municipal de Bariloche, Argentina:
“La tasa que se cobra se devuelve a los también llamados ciudadanos temporales durante su estadía en el país o ciudad por medio de un servicio o de una obra. Los principales destinos que tienen los ingresos que genera este impuesto son el turístico y el natural, que van desde plazas y pistas de skate hasta miradores y senderos dentro de los bosques”.
Para alcanzar todos esos logros, el gobierno de Bariloche creó una comisión junto con el empresariado turístico para que gestionaran, aprobaran y supervisaran las obras propuestas.
“Su objetivo es armonizar el entorno con la naturaleza y crear un ambiente sustentable en el que tanto los turistas como los lugareños puedan disfrutar del sitio”, añadió.
LOS RESULTADOS
En la búsqueda de ambientes y construcciones más sustentables, este impuesto ecológico ha generado innumerables obras para armonizar a las comunidades con la naturaleza que les rodea. A medida que se han recaudado ingresos, las obras de infraestructura turística y de conservación ambiental han progresado.
Entre las más notables están algunos senderos seguros, que consisten en caminos artificiales dentro de zonas como bosques, en los que las personas pueden dar caminatas o hacer ejercicio sin dañar o interrumpir el ciclo de la naturaleza local.
Por otra parte, las ciudades que tienen montañas han construido algunos miradores desde donde los turistas pueden disfrutar de los paisajes.
Lo recaudado también ha servido para construir parques, los cuales tienen aparatos para hacer ejercicio y sirven como espacios de recreación y entretenimiento.
Del otro lado del charco, en España, la Ecotasa junto con el programa Consell #BGreenMenorca también ha contribuido a la generación de biodiversidad en municipios como Ciutadella con la siembra de árboles de 16 especies diferentes a lo largo de sus calles y avenidas.
Algunas de esas especies son exóticas como la Perera de Callery, el jabonero de China, el roble turco y el pistachero chino.
Sin embargo, también existen obras que no son tan visibles al ojo público, pero aún así están presentes y contribuyen a la armonización de los espacios.
“Se han retirado los cables aéreos y gran parte de ellos se instalaron debajo de la tierra, así los personas encuentran los lugares más agradables y también se disminuye la contaminación visual, agregó Gennuso.
FUNCIONÓ, INCLUSO EN PANDEMIA
Durante 2020 y 2021 los fondos recaudados en países como España, fueron destinados para financiar gastos e inversiones relacionadas con la pandemia.
Tan solo en España, el gobierno decidió que los 140 millones de euros que preveían recaudar en ese período tendrían dicho fin.
México es uno de los países en los que la Ecotasa entró en vigor desde enero del 2019 en Cancún, Quintana Roo.
Esto fue posible luego de que el 20 de diciembre del 2018 se aprobara la Ecotasa en la Ley de Hacienda del Municipio de Benito Juárez en los artículos 147, 148, 149 y 150, en donde se estipula que todos los visitantes extranjeros o de otro estado tendrán que abonar 22.18 pesos mexicanos por habitación y por cada noche de ocupación.
Sin embargo, algunos hoteleros del estado aceptaron la norma con descontento, argumentando que era el peor momento en términos económicos para implementar otro impuesto.
SUS DETRACTORES
Aunque el impuesto está pensado para beneficiar a las ciudades y al medio ambiente, la Ecotasa sigue siendo un impuesto y por lo tanto ha disgustado a algunas personas y empresas.
Durante 2021, los medios de comunicación alemanes desaprobaron la Ecotasa, catalogándola como un impuesto ilegal e incongruente en tiempos tan duros en cuestión económica gran parte del mundo.
Ante dichas acusaciones, grupos hoteleros y empresarios de España se vieron alarmados y dejaron de lado el cobro de este impuesto durante el año pasado.
También varios turistas alrededor del mundo han mostrado su descontento ante el impuesto ecológico tanto en redes sociales como sitios web de viajeros en los que sospechan que sería una recaudación de fondos para los bolsillos de los políticos.
Como cualquier proyecto innovador, la Ecotasa ha resultado blanco de burlas, críticas y aclamaciones, pero, aún con el descontento de ciertas personas, ha demostrado resultados palpables en diferentes ciudades.
LA CUNA DE LA ECOTASA
San Carlos Bariloche, mejor conocida como Bariloche, es una ciudad ubicada en la Patagonia, Argentina, que cuenta con 130 mil habitantes y es considerada el destino turístico más importante de Argentina al recibir más de un millón 300 mil visitas al año.
Lo que destaca a esta localidad de entre las otras ciudades del país es su estrecha relación con la naturaleza y las constantes prácticas de conservación ambiental que ahí se llevan a cabo.
Al estar ubicados dentro de un Parque Nacional, los lugareños han logrado adaptar sus espacios naturales para que sean su método de vida y sus espacios de recreación.
Sus principales atractivos turísticos involucran la interacción con la naturaleza, los cuales van desde caminatas y paseos guiados en zonas protegidas hasta recorridos desde los miradores de alguno de sus cerros, tal como el Cerro Campanario.
Además, en la cima del Cerro Catedral se encuentra su centro de esquí, que es el más reconocido en Sudamérica y recibe entre 12 y 15 mil deportistas al año.
En temas más diplomáticos, la ciudad forma parte del Plan de Acción Climática; un plan estratégico que comparten con otros países por medio de la Red Argentina de Municipios Contra el Cambio Climático.
Además, en 2016 entró en el Pacto Mundial de Alcaldes por el Clima y la Energía, el cual tiene como propósito medir y reducir las emisiones de CO2 de cada una de las ciudades que forman parte de él.
Actualmente Bariloche ya suma más de 134 millones de pesos argentinos recaudados con la ayuda de la Ecotasa, más de 82 obras y cuatro paseos urbanos construidos al sur, este, oeste y en el Río Minero.
Otro de los logros del impuesto ecológico es el Skate Park, un parque con circuitos para patinadores y aficionados a los deportes con una extensión de 2 mil 900 metros cuadrados, lo que la convierte en la pista de skate más grande de América Latina.
Esto además de que los residentes, en colaboración con el gobierno, plantan entre ocho y 10 mil árboles al año.
“Este es el año de la separación de residuos en Bariloche, que si bien ya lo hemos venido haciendo, en 2022 pretendemos incrementar en números y llegar al 70 por ciento en cuanto a la separación de residuos”, comentó Gennuso.
Hoy en día, muchos países latinoamericanos están pagando las consecuencias de la crisis climática sin haber sido ellos los principales causantes.
“Los países que ya contaminaron no están sufriendo las consecuencias porque son mayormente países desarrollados, y los que estamos pasando situaciones difíciles somos los latinoamericanos, es decir; estamos pagando la fiesta que ellos ya tuvieron, pero nosotros también merecemos vivir como viven ellos”, expresó.
Por ello, gobiernos de varios países le han apostado a la Ecotasa, que aún siendo un impuesto joven, ha resultado ser parte de las soluciones ambientales más promisorias.
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