La Ciudad de México desea retornar a la flora nativa mexicana y pensar más allá de lo estético. Y para lograrlo lleva años recolectando semillas de sus áreas naturales protegidas, que luego llegarán a los espacios urbanos.
Actualmente existe un catálogo de especies nativas conformado por 98 árboles, arbustos y herbáceas mexicanas. Fue un trabajo que realizaron los viveros Nezahualcóyotl y Yecapixtla, ambos a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente local.
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“Uno de los más grandes errores cometidos a principios del siglo XX fue la masiva introducción de especies exóticas a México, especialmente en las grandes zonas urbanas como la Ciudad de México, aunque esta actividad de traer plantas exóticas data desde la conquista."
"Nos hicieron creer que sólo las plantas cuyos follajes exuberantes y floraciones espectaculares eran lo más hermoso y adecuado para ajardinar las grandes urbes y nuestros propios hogares. Sólo pensamos lo que es más agradable a la vista y el gusto de cada uno”, se lee en este catálogo publicado por el biólogo Jerónimo Reyes Santiago; la maestra en ciencias, María de los Ángeles Islas Luna y la bióloga Noemí Hernández Castro.
Los expertos agregan que con el tiempo nos fuimos olvidando y despreciando de nuestra flora nativa, a tal grado que cerca del 80 por ciento de las plantas ornamentales que se cultivan en México son exóticas. En el vivero Nezahualcóyotl, ubicado en la alcaldía Xochimilco, trabajan para revertir este porcentaje.
Actualmente existe un catálogo de especies nativas conformado por 98 árboles, arbustos y herbáceas mexicanas
El biólogo Gabriel Aguilar, quien participó en el contenido técnico del catálogo, cuenta cómo se realiza este trabajo. Visita las áreas naturales protegidas, las áreas de valor ambiental y los camellones de la ciudad para poder hacer la colecta de diferentes especies.
“Vamos a las zonas y sabemos que ahí hay ciertas especies de interés y lo que hacemos primero es un recorrido de reconocimiento donde encontramos algunas especies y ya después ubicándolas vamos haciendo calendarios donde registramos la fenología de la especie, o sea, cuándo da la floración, cuándo la fructificación y cuándo la semilla está disponible”, dice en entrevista con El Sol de México.
Mientras explicaba el proceso, un equipo de mujeres limpiaba las plantas que ya habían recolectado. Una de ellas es el sotol, que vive en el camellón frente a la ESIME Culhuacán, en la alcaldía Coyoacán. Aguilar monitoreó a los 100 sotoles de esa zona durante tres meses.
“Ya que está disponible la semilla, vamos, recolectamos las semillas, las almacenamos y aquí empezamos a hacer el proceso de limpieza. Después de traer los frutos, las vainas o estructuras florales donde se almacenan las semillas, seleccionamos y retiramos”, explica.
Aguilar estima que en el Vivero se preparan con un año de anticipación sólo para ir a colectar las semillas. “Vamos registrando las etapas, después de eso llega, aquí esperamos si la vaina viene húmeda, viene seca, igual hay que darle su proceso para que se seque”.
Ya que tiene las semillas listas viene la germinación. “Es un proceso que hacemos para saber la viabilidad de las semillas, hay varios métodos el que nosotros ocupamos ahora por cuestión de recursos es inhibición en agua para que ésta se hidratara y empezara el proceso de germinación. Hacemos muestras en este charolas de 200 cavidades y de acuerdo al número de germinaciones es el porcentaje que reportamos para cada semilla”.
En el Vivero Nezahualcóyotl se han producido los árboles y plantas que hoy están en Calzada de Tlalpan, Churubusco, Viaducto Tlalpan, en la alcaldía Iztapalapa, en dos estaciones de Metrobús y en algunos Pilares en la alcaldía Tláhuac
En el vivero se guardan los lotes de semillas para hacer germinaciones a largo plazo. De las que recolectaron en 2020 ya hicieron germinaciones y con eso ajustan las recomendaciones del catálogo. Aguilar asegura que no se puede resguardar una semilla por más de tres años.
Isidro Recillas, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos en la Dirección de Infraestructura Verde, cuenta que en el Vivero Nezahualcóyotl realizan una selección de la paleta vegetal más adecuada para el suelo urbano. El vivero ocupa 58 hectáreas de las cuales 14 están en producción.
“Es importante que consideremos la infraestructura existente en el sitio para poder seleccionar la especie adecuada, la correcta, de lo contrario vamos a estar plantando problemas a futuro. Lamentablemente ahora es con lo que nos enfrentamos: Una mala planeación y un desconocimiento en algunas especies. Eran modas políticas porque a algunos le gustaban sin conocer realmente su hábito de crecimiento, qué espacio necesitan, sus raíces. No es crítica, de todo eso hemos venido aprendiendo a través del tiempo”, afirma en entrevista.
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Desde el vivero se han producido los árboles y plantas que están en Calzada de Tlalpan, Churubusco, Viaducto Tlalpan, en la alcaldía Iztapalapa, en dos estaciones de Metrobús y en algunos Pilares en la alcaldía Tláhuac.
“Históricamente han habido muchas modificaciones, antes producíamos mucho fresno, mucho eucalipto, casuarinas. Pero no son especies para el área urbana. No son malos, yo siempre he dicho que no hay árbol malo, los malos hemos sido nosotros, (se debe) seleccionar la especie adecuada en el sitio adecuado”, puntualiza.