Cosechando esperanza en el corazón de la aridez

Ante la crisis hídrica que vive Baja California Sur, el colectivo Rancho Cacachilas ofrece una luz de esperanza con modelos de desarrollo económico que restauran la naturaleza, fortalecen a la comunidad y promueven la salud

Arely Juárez

  · miércoles 28 de agosto de 2024

Desde 2010, el proyecto iAlumbra ha implementado soluciones innovadoras para cosechar la lluvia y devolverle la vida al suelo / Foto: Arely Juárez

Baja California Sur.- Un cielo cargado de nubes oscuras se cierne sobre la península, trayendo consigo una lluvia breve pero esperada, cortesía del Huracán Alberto. Sin embargo, la esperanza se desvanece tan rápido como el agua se infiltra en la tierra sedienta.

En Baja California Sur, donde la escasez de agua es un desafío cotidiano, las lluvias sólo ofrecen un alivio momentáneo que no mitiga la inquietud. Aquí, el cambio climático no es una amenaza distante, sino una realidad que se agudiza con cada temporada de sequía.

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A nivel global, la situación es alarmante. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), aproximadamente el 36 por ciento de la población mundial, es decir, 2 mil 400 millones de personas, viven en regiones afectadas por escasez de agua.

La amenaza del "Día Cero", el momento en que los grifos podrían quedarse secos, también se cierne sobre México, donde se ha alertado que para 2028, la demanda de agua podría superar la oferta. Este panorama se agravará aún más en las próximas décadas, con proyecciones que indican que para 2050, el 52 por ciento de la población mundial experimentará una severa escasez de agua.

Baja California Sur se enfrenta a una crisis particularmente aguda. Con una precipitación anual que apenas alcanza los 200 mm, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la región se encuentra en una situación extrema. La sobreexplotación de acuíferos y la deforestación han exacerbado la situación, dejando a las comunidades vulnerables y al borde de una crisis hídrica sin precedentes.

Baja California Sur se encuentra en una situación extrema ante la sobreexplotación de acuíferos y la deforestación, que han exacerbado la crisis hídrica en esa entidad

El crecimiento poblacional desmedido, la expansión urbana y la creciente demanda de agua para la agricultura y el turismo están ejerciendo una presión insostenible sobre un ecosistema naturalmente frágil. Los acuíferos, que han sido la fuente vital de agua para la región durante siglos, ahora se encuentran en niveles críticos.

La extracción excesiva, que supera la capacidad de recarga natural de estos acuíferos, ha llevado a la intrusión salina, contaminando el agua dulce y poniendo en riesgo tanto la salud de los ecosistemas como la de la población.

"Desde la época colonial, la tala indiscriminada y la ganadería extensiva sin control han dejado una profunda cicatriz en el paisaje", advierte Gabriel Patrón, investigador y director del programa de control de erosión en Rancho Cacachilas.

"La vegetación, que es clave para capturar y filtrar el agua hacia los acuíferos —esos ríos subterráneos que sustentan la vida— ha sido severamente diezmada, dejando al descubierto un suelo extremadamente vulnerable a la erosión."

Nuestro objetivo es demostrar que transformar la aridez en esperanza y prosperidad es posible, además de inspirar a otras comunidades a seguir este camino

Gabriel Patrón, Investigador en Rancho Cacachilas


Cosechando esperanza en el corazón de la aridez

Ante este panorama desalentador, surge la pregunta: ¿qué podemos hacer? En el corazón de las montañas al sureste de La Paz, Baja California Sur, Rancho Cacachilas, operado por Innovaciones Alumbra (iAlumbra), nos ofrece una luz de esperanza.

Este colectivo está comprometido en demostrar y catalizar modelos de desarrollo económico que restauren la naturaleza, fortalezcan a la comunidad y promuevan la salud y la prosperidad.

A través de inversiones empresariales y filantropía, iAlumbra impulsa esfuerzos en cuatro áreas interrelacionadas: Vitalidad Oceánica, Gestión de Tierras y Agua, Consciencia del Lugar y Comunidades Resilientes. La estructura de iAlumbra incluye un fondo de inversión de impacto, una fundación, empresas operativas e institutos de investigación aplicada, cada uno desempeñando un papel crucial en esta misión.

Desde 2010, el proyecto ha implementado soluciones innovadoras para cosechar la lluvia y devolverle la vida al suelo, guiado por valores fundamentales como la innovación con tolerancia al riesgo, el aprendizaje y la enseñanza continua, un enfoque de sistemas completos, el compromiso a largo plazo y metodologías inclusivas.

Desde 2010, el proyecto iAlumbra ha implementado soluciones innovadoras para cosechar la lluvia y devolverle la vida al suelo

Caminar entre los gaviones de Rancho Cacachilas es como presenciar un milagro. Donde antes solo había tierra seca, ahora brotan árboles y flores, atrayendo aves e insectos. El Cañón del Zorrillo, antes un hilo de agua intermitente ahora fluye con fuerza gracias a estas técnicas.

Gaviones: guardianes del agua, inspirados en la sabiduría ancestral

Para comprender el alcance de esta labor, nos adentramos en el núcleo del rancho. Caminamos entre "gaviones", estructuras de piedra que se alzan como guardianes del agua en los cauces de los arroyos. Estas barreras permeables, construidas con técnicas ancestrales que se remontan a la época prehispánica, actúan como frenos naturales, reduciendo la velocidad del agua y permitiendo que se infiltre en el subsuelo, recargando los acuíferos que abastecen a la región.

"Los gaviones son como un traje a la medida, hay que elegir el tipo y tamaño adecuado para cada lugar", explica Gabriel Patrón. En Rancho Cacachilas, la construcción se concentra en el pie de la montaña, donde los arroyos son más angostos y la posibilidad de infiltración es mayor.

"En esta zona, el subsuelo tiene fallas y grietas que actúan como canales naturales, llevando el agua hacia los acuíferos", señala Patrón. "Construir gaviones aquí es más eficiente y económico que en la parte baja de la cuenca, donde los arroyos son mucho más anchos y se necesitan estructuras enormes".

La ubicación estratégica de los gaviones, respaldada por estudios geológicos y literatura científica, asegura una recarga óptima de los acuíferos.

Patrón describe los diferentes tipos de gaviones que utilizan: "Nos gusta usar los de malla triple torsión, rellenos de piedras y con forma rectangular. También usamos costales de yute rellenos de arena y cemento, que se amarran con malla gallinera. Y en algunos casos, simplemente acomodamos piedras o material vegetal muerto para crear pequeñas barreras".

La elección del material, según Patrón, depende de la fuerza del agua y la disponibilidad en la zona. "Siempre buscamos minimizar el impacto ambiental, utilizando recursos locales y evitando la extracción de materiales que puedan afectar el ecosistema", aclara.

Para explicar cómo funcionan los gaviones, Patrón utiliza una analogía simple: "Imaginen un tobogán. Si el agua baja a toda velocidad no tiene tiempo de infiltrarse en el suelo. Los gaviones actúan como pequeñas escaleras en ese tobogán, frenando el agua y obligándola a buscar caminos hacia el subsuelo".

El resultado, dice, es un sistema de recarga de acuíferos efectivo y sostenible, que aprovecha al máximo el potencial de cada lluvia.

"Es como si devolviéramos el agua a su lugar, lentamente, para que la tierra tenga tiempo de absorber", detalla Patrón, mientras observamos cómo el agua fluye con suavidad entre las piedras, creando un murmullo relajante que contrasta con la aridez del entorno.

Tecnología al servicio de la sostenibilidad

Y es que para enfrentar un reto de esta magnitud, se necesita más que buenas intenciones. "La tecnología no es un lujo, es un motor de innovación esencial para la gestión eficiente del agua", afirma Patrón con convicción.

En Rancho Cacachilas, la tecnología se integra a cada etapa del proyecto. Además de los "level loggers", sensores que miden el nivel del agua en pozos y gaviones, se utilizan estaciones meteorológicas cada vez más económicas que proporcionan datos precisos sobre la cantidad de lluvia y las condiciones climáticas locales. "Las estaciones meteorológicas nos brindan información crucial sobre la temperatura y los centímetros de lluvia caídos, datos que son vitales para diseñar nuestros sistemas de gaviones", explica Patrón.

La incorporación de drones es otra herramienta que permite medir de manera precisa el acumulamiento de agua detrás de los gaviones y otros parámetros importantes. "Los drones son una herramienta accesible que podemos alquilar o rentar, lo que facilita la obtención de datos específicos sin necesidad de una inversión inicial alta. Con ellos, podemos obtener información precisa sobre el volumen de agua acumulado y hacer ajustes en tiempo real", describe Patrón.

"La tecnología nos permite tomar mejores decisiones, optimizar recursos y compartir nuestro aprendizaje con otras comunidades", concluye Patrón.

Un futuro más verde

Pero el trabajo de Rancho Cacachilas va más allá de la construcción de gaviones. La implementación de una ganadería holística, que imita los patrones naturales de pastoreo, también juega un papel fundamental en la regeneración del suelo.

"Las vacas, las cabras bien manejadas, pueden ser nuestras aliadas en esta lucha", asegura Patrón, mientras observamos un grupo de animales pastando tranquilamente en un potrero delimitado. "La clave está en imitar a la naturaleza, rotando al ganado para que su pastoreo ayude a dispersar semillas y a fertilizar la tierra, como lo hacían los grandes herbívoros que alguna vez poblaron estas tierras".

Latinoamérica y el Caribe poseen la mayor cantidad de agua dulce en el mundo, pero a pesar de ello, más de una cuarta parte de su población no tiene acceso a este recurso, y solo un tercio cuenta con servicios de saneamiento adecuados, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este escenario representa una oportunidad de innovación para empresas en países como Perú, México, Brasil y Argentina, que están empleando tecnologías avanzadas para reducir las pérdidas de agua y mejorar la eficiencia energética. Se estima que estos proyectos requerirán cerca de 27 mil millones de dólares anuales para 2030, según cifras del BID.

Invertir en agua: una necesidad urgente

Invertir en agua es clave para recuperar este recurso esencial para la vida en la Tierra y enfrentar la crisis de escasez, impulsada por el cambio climático, el crecimiento poblacional y las prácticas insostenibles. Desde 2006, la falta de agua ha sido cada vez más evidente en México. Según la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), el acceso diario al agua ha disminuido alarmantemente, pasando del 61% de la población en 2006 al 33% en la actualidad.

Un modelo para seguir

La experiencia de Rancho Cacachilas ilustra cómo la innovación y el respeto por la naturaleza pueden fusionarse para enfrentar la crisis del agua de manera efectiva. Este proyecto, que integra técnicas ancestrales con soluciones modernas, demuestra que es posible lograr un futuro sostenible incluso en las condiciones más adversas. Inspirar a otras comunidades a adoptar enfoques similares puede ser crucial para asegurar que la vida y la esperanza continúen floreciendo en Baja California Sur, a pesar de la aridez.

Gabriel Patrón concluyó: "Estamos viendo resultados positivos en nuestra misión de restaurar el equilibrio hídrico y ecológico, mientras revitalizamos la biodiversidad. Nuestro objetivo es demostrar que transformar la aridez en esperanza y prosperidad es posible, e inspirar a otras comunidades a seguir este camino".

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Por su parte, la Fundación iAlumbra, mediante sus investigaciones sobre la restauración de cuencas hidrográficas en colaboración con científicos e ingenieros de Pronatura Noroeste, universidades locales, Legacy Works y el Servicio Geológico de los EE. UU., fomenta la participación comunitaria a través de programas educativos como STEAM, museos dedicados al patrimonio ganadero y minero, y talleres de emprendimiento social.

Al compartir sus aprendizajes y enfoques innovadores, buscan catalizar nuevas ideas y promover la adopción de prácticas regenerativas que beneficien tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.