/ miércoles 6 de noviembre de 2024

Cuenca del Valle de México: La más amenazada del Planeta por la crisis hídrica

Captar agua de lluvia se perfila como una alternativa para enfrentar la crisis hídrica y reforestar las partes altas y medias de la cuenca para recargar acuíferos

La crisis del agua es grave en la Cuenca del Valle de México. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) diagnostica a esta zona como la más amenazada del planeta, destacando que, con un acuífero sobreexplotado y 23 millones de habitantes en la Zona Metropolitana, aún hay concesiones para las industrias cervecera y del papel, que son grandes consumidoras de este líquido.

“Se gastan muchos recursos para traer agua del Sistema Cutzamala a la Zona Metropolitana para el consumo humano”, afirmó Jorge Humberto Salgado Rabadán, maestro en Ingeniería e investigador del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).

El ingeniero Juan Rafael Sánchez Bravo, profesor investigador del Departamento de Irrigación de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), coincide en la gravedad de la crisis hídrica que afecta al Valle de México y otras regiones del país. Sostiene que la solución no puede ser sólo reactiva, sino integral y preventiva, esto es atender tanto las causas como los efectos.

Dijo que no obstante que las precipitaciones pluviales anuales van a la baja en la cuenca del Valle de México respecto a la media histórica, estas aún permitirían captar unos 700 litros de agua en un metro cuadrado de superficie, ya sea de techo o piso.

Si se dimensiona a una escala mayor, un kilómetro cuadrado captaría 700 millones de litros de agua al año, lo cual es suficiente para llenar alrededor de 280 albercas olímpicas de 50 metros de largo, 25 metros de ancho y dos metros de profundidad. O bien 70 mil pipas de agua.

En entrevistas separadas, ambos especialistas manifestaron como fundamental impulsar políticas públicas que promuevan la infraestructura verde, reforestar las partes altas de la Cuenca y las zonas urbanas y crear zonas de infiltración para contrarrestar los efectos de la urbanización descontrolada.

Hay que innovar y ser muy imaginativos para captar y retener más el agua en la Cuenca del Valle de México, porque sólo se retiene entre 10 y 15% de la lluvia

- Jorge Humberto Salgado. Investigador


También recalcaron la importancia de investigar, desarrollar e implementar soluciones tecnológicas para la captación de agua de lluvia en viviendas, edificios públicos, zonas industriales y parques y jardines para aprovechar al máximo este recurso renovable.

Ambos investigadores expresaron a El Sol de México sus propuestas para tratar de resolver esta grave problemática.

“Tenemos una situación grave. De hecho la ONU diagnosticó a la Cuenca del Valle de México como la más amenazada del mundo. Eso es un deshonroso primer lugar”, dijo Salgado Rabadán.

Explicó que la Cuenca del Valle de México, la gran Metrópoli, en la Zona Conurbada de la Ciudad de México, comprende una mancha urbana que se asienta en cinco cuencas hidrológicas: Xochimilco, Río de la Compañía, CDMX, Texcoco y el Río Cuautitlán, y que son cuatro acuíferos donde se asienta el resto de la gran Metrópoli: Chalco, Amecameca, Texcoco y Pachuca, pero todos tienen una sobreexplotación grave.

No obstante, aún se tienen concesiones de agua para uso industrial, principalmente para las industrias cervecera y papelera, que son dos de las más consumidoras de agua. “Es increíble que tengamos esas concesiones por la grave crisis que hay”, expresó.

El consumo humano es el que se lleva el mayor volumen, pues comprende entre el 90 y el 92 por ciento de toda el agua de la CDMX, mientras que el uso industrial utiliza entre 5 y 6 por ciento.

Consideró que “se gastan muchos recursos para traer agua del Cutzamala a la CDMX y aquí asignamos agua a las grandes industrias consumidoras. Es una incongruencia. Son las cosas que se deben mejorar”, dijo el también secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Acerca de las soluciones, manifestó que “no se tiene una solución en específico. Son varias. La captación de agua de lluvia es una parte. Hay que pensar en reforestar las partes altas de la cuenca, las cabeceras. Tenemos que recuperar todas esas áreas para que mayor cantidad de lluvia se infiltre en el acuífero”, indicó.

Aumentar los humedales

“Tenemos que pensar en retener el agua. La cuenca del Valle de México es una cuenca cerrada. Nos hemos empeñado en estos últimos años en sacar el agua de la cuenca. Tenemos que revertir y pensar en algo para retener el agua de lluvia. Como investigadores hay que ser muy imaginativos”, añadió el experto.

Señaló que el Lago de Texcoco se recuperó luego de que no se construyó ahí el Aeropuerto. “Esa parte del humedal es una manera de tratar el agua residual. Actualmente el tratamiento de aguas residuales se hace en muy poca escala”, dijo.

“El área libre de terrenos que aún tenemos en la CDMX, hay que aprovecharlas para hacer humedales, para hacer lo que en el Lago de Texcoco, replicarlo en las zonas donde sea posible”, expresó.

Añadió que en la parte oriente de la Gran Metrópoli hay lugares en los que se puede empezar a ver áreas que pudieran hacerse humedales. Y que en el poniente hay barrancas que deben rescatarse y poner límite al desarrollo urbano.

Esas barrancas tienen que cuidarse y no darlas a los grandes desarrolladores de infraestructura de vivienda. Se deben evitar construcciones en esas zonas”, advirtió.

En cuanto a la función de los humedales, refirió que de manera natural estos limpian las aguas residuales por medio de métodos biológicos. “Es un proceso más lento que en las plantas de tratamiento, pero eficaz… Tenemos que voltear a ver lo que hacían nuestros ancestros: tratar de convivir con el agua y ser menos agresivos con el recurso”, precisó.

Un kilómetro cuadrado de superficie captaría 700 millones de litros de agua al año, lo cual es suficiente para llenar unas 70 mil pipas de agua


En cuanto a la captación de agua de lluvia, Salgado Rabadán dijo que “es otra opción que tenemos y pensar de qué manera captar la mayor cantidad. Hay tinacos de almacenamiento de capacidades mayor a los promedios que se pueden colocar en las casas-habitación y en algunos lugares públicos para de alguna manera poder almacenar esa agua de lluvia”.

“Hay que hacer investigación, desarrollos tecnológicos, innovar y ser muy imaginativos para captar de alguna manera y retener más el agua en la Cuenca del Valle de México, porque apenas se retiene el 10 al 15% de la lluvia”.

“Por la deforestación, el agua se escurre de manera inmediata. Sí reforestamos, esta se infiltra y en las partes bajas no provoca inundaciones. Ahora lo que se hace es sacar el agua y mandarla a la cuenca del Río Tula”, refirió.

“Esto tenemos que cambiarlo. Y ver la manera de cómo retener el agua en la Cuenca nuestra. Sabemos que no es posible retener toda el agua de lluvia, pero tenemos que caminar hacia allá. Es el trabajo que tenemos qué hacer todos los que nos dedicamos a estudiar el agua”, insistió.

En el caso de la presa Endhó, en el Valle del Mezquital, que se convirtió en la letrina de la CDMX, Salgado dijo: “Las aguas que se mandan allá son aguas turbias, aguas negras. Se manda toda esa contaminación a la cuenca del Río Tula. Se tiene que pensar en ese tratamiento. Ya se hacen esfuerzos. La planta de tratamiento del Río Tula tiene que funcionar al 100%... Pero insisto, antes de sacar el agua de la CDMX tenemos que pensar en tratarla aquí y reciclarla. Alguna parte de esa agua tiene que ir al Río Tula, pero ya en otras condiciones de calidad, reiteró.

Entre 90 y 92% de toda el agua de la CDMX se destina a consumo humano, mientras que entre 5 y 6 por ciento se utiliza para uso industrial


Para el ingeniero Juan Rafael Sánchez Bravo, profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, ante la crisis de agua en el Valle de México, urge diseñar un Plan de Desarrollo para empezar a tratar las aguas residuales por un lado y favorecer la captación de agua de lluvia.

Actualmente en esta metrópolis sólo se recicla entre el 10 y el 15 por ciento del agua pluvial y el resto se va por el drenaje.

“Esto representa una pérdida significativa. Sin un manejo adecuado del agua de lluvia todo este recurso se desperdicia y sobrecarga los sistemas de alcantarillado y contribuye a las inundaciones urbanas”, dijo.

“Es prioridad empezar a construir de manera masiva captadores de lluvia por toda la Metrópoli y tratar el agua residual para darle más de un uso. Hoy día solo hay 70 mil captadores de agua pluvial en la CDMX”, consideró.

Comentó que actualmente la UACh promueve módulos de captación de agua pluvial con capacidad de almacenamiento de 10 mil litros cada uno.

“Sí tomamos como referencia un kilómetro cuadrado de superficie en el Valle de México, esta recibiría aproximadamente 700 millones de litros de agua anuales, suficientes para llenar alrededor de 280 albercas olímpicas o bien 70 mil pipas”.

El especialista recordó que tan solo en 2024, más de 200 colonias de la Ciudad han tenido problemas de suministro del vital líquido.

Una de las razones es que en las últimas décadas el Valle de México sufrió una transformación urbanística masiva: gran parte de su superficie se cubrió de concreto, asfalto y otras infraestructuras impermeables.

Esta “planchaurbana impide que el agua de lluvia se infiltre de manera natural en el subsuelo, lo que disminuye drásticamente la recarga de los acuíferos. Y la falta de espacios naturales y áreas verdes dentro de la ciudad agrava aún más la crisis.

En lugar de absorber el agua, la lluvia se dirige directamente al drenaje y se pierde para el ecosistema local. “Como consecuencia, la ciudad depende en gran medida del bombeo de agua desde otras cuencas y acuíferos que a su vez, están sobreexplotados”, indicó.


Actualmente la Universidad Autónoma de Chapingo promueve módulos de captación de agua pluvial con capacidad de almacenamiento de 10 mil litros cada uno


Para revertir al menos en parte esta situación es crucial fomentar la creación de espacios verdes, techos verdes y zona de infiltración urbana. También implementar obras de conservación de suelos y agua en las partes medias y altas de la cuenca del Valle de México.

“Es vital promover campañas educativas sobre la gestión eficiente del agua. Y que se incentiven políticas públicas que obliguen a la instalación de sistemas de captación y tratamiento de agua de lluvia en las nuevas construcciones tanto urbanas como rurales”.

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El ingeniero Sánchez consideró imperativo el desarrollo de infraestructura que permita la separación efectiva de aguas pluviales y residuales para su tratamiento y eventual reutilización.

“Y todos estos esfuerzos deben acompañarse de políticas públicas robustas, innovación tecnológica y una fuerte conciencia social”, concluyó.


La crisis del agua es grave en la Cuenca del Valle de México. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) diagnostica a esta zona como la más amenazada del planeta, destacando que, con un acuífero sobreexplotado y 23 millones de habitantes en la Zona Metropolitana, aún hay concesiones para las industrias cervecera y del papel, que son grandes consumidoras de este líquido.

“Se gastan muchos recursos para traer agua del Sistema Cutzamala a la Zona Metropolitana para el consumo humano”, afirmó Jorge Humberto Salgado Rabadán, maestro en Ingeniería e investigador del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).

El ingeniero Juan Rafael Sánchez Bravo, profesor investigador del Departamento de Irrigación de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), coincide en la gravedad de la crisis hídrica que afecta al Valle de México y otras regiones del país. Sostiene que la solución no puede ser sólo reactiva, sino integral y preventiva, esto es atender tanto las causas como los efectos.

Dijo que no obstante que las precipitaciones pluviales anuales van a la baja en la cuenca del Valle de México respecto a la media histórica, estas aún permitirían captar unos 700 litros de agua en un metro cuadrado de superficie, ya sea de techo o piso.

Si se dimensiona a una escala mayor, un kilómetro cuadrado captaría 700 millones de litros de agua al año, lo cual es suficiente para llenar alrededor de 280 albercas olímpicas de 50 metros de largo, 25 metros de ancho y dos metros de profundidad. O bien 70 mil pipas de agua.

En entrevistas separadas, ambos especialistas manifestaron como fundamental impulsar políticas públicas que promuevan la infraestructura verde, reforestar las partes altas de la Cuenca y las zonas urbanas y crear zonas de infiltración para contrarrestar los efectos de la urbanización descontrolada.

Hay que innovar y ser muy imaginativos para captar y retener más el agua en la Cuenca del Valle de México, porque sólo se retiene entre 10 y 15% de la lluvia

- Jorge Humberto Salgado. Investigador


También recalcaron la importancia de investigar, desarrollar e implementar soluciones tecnológicas para la captación de agua de lluvia en viviendas, edificios públicos, zonas industriales y parques y jardines para aprovechar al máximo este recurso renovable.

Ambos investigadores expresaron a El Sol de México sus propuestas para tratar de resolver esta grave problemática.

“Tenemos una situación grave. De hecho la ONU diagnosticó a la Cuenca del Valle de México como la más amenazada del mundo. Eso es un deshonroso primer lugar”, dijo Salgado Rabadán.

Explicó que la Cuenca del Valle de México, la gran Metrópoli, en la Zona Conurbada de la Ciudad de México, comprende una mancha urbana que se asienta en cinco cuencas hidrológicas: Xochimilco, Río de la Compañía, CDMX, Texcoco y el Río Cuautitlán, y que son cuatro acuíferos donde se asienta el resto de la gran Metrópoli: Chalco, Amecameca, Texcoco y Pachuca, pero todos tienen una sobreexplotación grave.

No obstante, aún se tienen concesiones de agua para uso industrial, principalmente para las industrias cervecera y papelera, que son dos de las más consumidoras de agua. “Es increíble que tengamos esas concesiones por la grave crisis que hay”, expresó.

El consumo humano es el que se lleva el mayor volumen, pues comprende entre el 90 y el 92 por ciento de toda el agua de la CDMX, mientras que el uso industrial utiliza entre 5 y 6 por ciento.

Consideró que “se gastan muchos recursos para traer agua del Cutzamala a la CDMX y aquí asignamos agua a las grandes industrias consumidoras. Es una incongruencia. Son las cosas que se deben mejorar”, dijo el también secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Acerca de las soluciones, manifestó que “no se tiene una solución en específico. Son varias. La captación de agua de lluvia es una parte. Hay que pensar en reforestar las partes altas de la cuenca, las cabeceras. Tenemos que recuperar todas esas áreas para que mayor cantidad de lluvia se infiltre en el acuífero”, indicó.

Aumentar los humedales

“Tenemos que pensar en retener el agua. La cuenca del Valle de México es una cuenca cerrada. Nos hemos empeñado en estos últimos años en sacar el agua de la cuenca. Tenemos que revertir y pensar en algo para retener el agua de lluvia. Como investigadores hay que ser muy imaginativos”, añadió el experto.

Señaló que el Lago de Texcoco se recuperó luego de que no se construyó ahí el Aeropuerto. “Esa parte del humedal es una manera de tratar el agua residual. Actualmente el tratamiento de aguas residuales se hace en muy poca escala”, dijo.

“El área libre de terrenos que aún tenemos en la CDMX, hay que aprovecharlas para hacer humedales, para hacer lo que en el Lago de Texcoco, replicarlo en las zonas donde sea posible”, expresó.

Añadió que en la parte oriente de la Gran Metrópoli hay lugares en los que se puede empezar a ver áreas que pudieran hacerse humedales. Y que en el poniente hay barrancas que deben rescatarse y poner límite al desarrollo urbano.

Esas barrancas tienen que cuidarse y no darlas a los grandes desarrolladores de infraestructura de vivienda. Se deben evitar construcciones en esas zonas”, advirtió.

En cuanto a la función de los humedales, refirió que de manera natural estos limpian las aguas residuales por medio de métodos biológicos. “Es un proceso más lento que en las plantas de tratamiento, pero eficaz… Tenemos que voltear a ver lo que hacían nuestros ancestros: tratar de convivir con el agua y ser menos agresivos con el recurso”, precisó.

Un kilómetro cuadrado de superficie captaría 700 millones de litros de agua al año, lo cual es suficiente para llenar unas 70 mil pipas de agua


En cuanto a la captación de agua de lluvia, Salgado Rabadán dijo que “es otra opción que tenemos y pensar de qué manera captar la mayor cantidad. Hay tinacos de almacenamiento de capacidades mayor a los promedios que se pueden colocar en las casas-habitación y en algunos lugares públicos para de alguna manera poder almacenar esa agua de lluvia”.

“Hay que hacer investigación, desarrollos tecnológicos, innovar y ser muy imaginativos para captar de alguna manera y retener más el agua en la Cuenca del Valle de México, porque apenas se retiene el 10 al 15% de la lluvia”.

“Por la deforestación, el agua se escurre de manera inmediata. Sí reforestamos, esta se infiltra y en las partes bajas no provoca inundaciones. Ahora lo que se hace es sacar el agua y mandarla a la cuenca del Río Tula”, refirió.

“Esto tenemos que cambiarlo. Y ver la manera de cómo retener el agua en la Cuenca nuestra. Sabemos que no es posible retener toda el agua de lluvia, pero tenemos que caminar hacia allá. Es el trabajo que tenemos qué hacer todos los que nos dedicamos a estudiar el agua”, insistió.

En el caso de la presa Endhó, en el Valle del Mezquital, que se convirtió en la letrina de la CDMX, Salgado dijo: “Las aguas que se mandan allá son aguas turbias, aguas negras. Se manda toda esa contaminación a la cuenca del Río Tula. Se tiene que pensar en ese tratamiento. Ya se hacen esfuerzos. La planta de tratamiento del Río Tula tiene que funcionar al 100%... Pero insisto, antes de sacar el agua de la CDMX tenemos que pensar en tratarla aquí y reciclarla. Alguna parte de esa agua tiene que ir al Río Tula, pero ya en otras condiciones de calidad, reiteró.

Entre 90 y 92% de toda el agua de la CDMX se destina a consumo humano, mientras que entre 5 y 6 por ciento se utiliza para uso industrial


Para el ingeniero Juan Rafael Sánchez Bravo, profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, ante la crisis de agua en el Valle de México, urge diseñar un Plan de Desarrollo para empezar a tratar las aguas residuales por un lado y favorecer la captación de agua de lluvia.

Actualmente en esta metrópolis sólo se recicla entre el 10 y el 15 por ciento del agua pluvial y el resto se va por el drenaje.

“Esto representa una pérdida significativa. Sin un manejo adecuado del agua de lluvia todo este recurso se desperdicia y sobrecarga los sistemas de alcantarillado y contribuye a las inundaciones urbanas”, dijo.

“Es prioridad empezar a construir de manera masiva captadores de lluvia por toda la Metrópoli y tratar el agua residual para darle más de un uso. Hoy día solo hay 70 mil captadores de agua pluvial en la CDMX”, consideró.

Comentó que actualmente la UACh promueve módulos de captación de agua pluvial con capacidad de almacenamiento de 10 mil litros cada uno.

“Sí tomamos como referencia un kilómetro cuadrado de superficie en el Valle de México, esta recibiría aproximadamente 700 millones de litros de agua anuales, suficientes para llenar alrededor de 280 albercas olímpicas o bien 70 mil pipas”.

El especialista recordó que tan solo en 2024, más de 200 colonias de la Ciudad han tenido problemas de suministro del vital líquido.

Una de las razones es que en las últimas décadas el Valle de México sufrió una transformación urbanística masiva: gran parte de su superficie se cubrió de concreto, asfalto y otras infraestructuras impermeables.

Esta “planchaurbana impide que el agua de lluvia se infiltre de manera natural en el subsuelo, lo que disminuye drásticamente la recarga de los acuíferos. Y la falta de espacios naturales y áreas verdes dentro de la ciudad agrava aún más la crisis.

En lugar de absorber el agua, la lluvia se dirige directamente al drenaje y se pierde para el ecosistema local. “Como consecuencia, la ciudad depende en gran medida del bombeo de agua desde otras cuencas y acuíferos que a su vez, están sobreexplotados”, indicó.


Actualmente la Universidad Autónoma de Chapingo promueve módulos de captación de agua pluvial con capacidad de almacenamiento de 10 mil litros cada uno


Para revertir al menos en parte esta situación es crucial fomentar la creación de espacios verdes, techos verdes y zona de infiltración urbana. También implementar obras de conservación de suelos y agua en las partes medias y altas de la cuenca del Valle de México.

“Es vital promover campañas educativas sobre la gestión eficiente del agua. Y que se incentiven políticas públicas que obliguen a la instalación de sistemas de captación y tratamiento de agua de lluvia en las nuevas construcciones tanto urbanas como rurales”.

➡️Suscríbete al newsletter y recibe las noticias más relevantes sobre el medio ambiente

El ingeniero Sánchez consideró imperativo el desarrollo de infraestructura que permita la separación efectiva de aguas pluviales y residuales para su tratamiento y eventual reutilización.

“Y todos estos esfuerzos deben acompañarse de políticas públicas robustas, innovación tecnológica y una fuerte conciencia social”, concluyó.


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