La reciente ola de calor que dejó temperaturas por encima de los 45 grados es uno de los efectos del cambio climático que se han manifestado en México, y han dejado mella en nuestro ecosistema.
Desde hace años, el país ha visto intensas sequías que ponen contra las cuerdas tanto a la industria como a la población, que sufre el acceso limitado al agua. Al mismo tiempo, otras regiones se inundan constantemente por las lluvias extraordinarias.
Bosques, lagos e incluso glaciares de los volcanes que hay en México han resentido los efectos del cambio climático.
Santuario de la mariposa Monarca
El bosque que compone el santuario de la mariposa Monarca, en el estado de Michoacán, es uno de los puntos que por su importancia recibe más atención en cuanto a los efectos del cambio climático se refiere.
Durante las últimas décadas la migración de la mariposa Monarca ha señalado claramente las amenazas que enfrenta este bosque.
El aumento de las sequías, temporadas de lluvia irregulares, así como la tala clandestina a manos de grupos criminales ponen en riesgo este importante ecosistema.
Glaciar del volcán Iztaccíhuatl
En 2018, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declararon extinto el glaciar Ayoloco, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl.
El Ayoloco fue la octava masa glaciar que desapareció del coloso debido al aumento de la temperatura, atribuida al calentamiento global derivado de la actividad humana.
Con el paso de los años, desde la década de los 80, la Ciudad de México ha ido perdiendo la enorme masa blanca que se podía apreciar en el oriente del valle sobre el Iztaccíhuatl.
Selva tropical en la península de Yucatán
Otro de los puntos neurálgicos en la lucha por conservar los ecosistemas en México es la selva en la península de Yucatán, tanto por su vulnerabilidad frente al cambio climático como por la deforestación.
El crecimiento de la actividad agrícola y ganadera es uno de los principales factores para la tala en la región, sumado a proyectos turísticos o del Estado, como el Tren Maya.
La organización Global Forest Watch advierte que de 2001 a 2018 en la península de Yucatán se han perdido 1.5 millones de hectáreas de cubierta arbórea.
En cuanto al cambio climático, la región compuesta por los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche ha sufrido sequías que se extienden por meses durante la primera mitad del año.
Lago de Chapala
Para marzo de 2023, la Comisión Estatal del Agua de Jalisco reportó que el lago de Chapala se encontraba al 62 por ciento de su capacidad, presionado por la sequía en la zona.
Además de este reto, el lago de Chapala enfrenta los estragos de la actividad humana. El uso de pesticidas en los alrededores contamina sus aguas, y la introducción de especies acuáticas ha puesto en riesgo la población de las nativas.
La Marquesa
El Parque Nacional La Marquesa, en el Estado de México, forma parte del llamado Gran Bosque de Agua, que se extiende hacia la Ciudad de México y Morelos.
Este ecosistema abastece la mayor parte del agua que llega a la capital del país; sin embargo, encara la amenza de la tala clandestina. Apenas el pasado 6 de junio pobladores de Ocuilan y Xalatlaco bloquearon durante horas la autopista México-Toluca para exigir un freno a la deforestación.
Presa El Chuchillo
Además de hacerse sentir en el patrimonio natural de México, los estragos del cambio climático y la actividad humana también impactan en las propias creaciones de nuestra especie.
Una muestra de ello son los niveles críticos de agua que hay en muchas de las presas por todo el país. El ejemplo más reciente es la presa El Cuchillo, en Nuevo León.
Este cuerpo de agua artificial prácticamente desapareció en medio de la fuerte sequía que sufrió el norte del país en 2022. Agravada además por el desvío de agua hacia manos privadas.
Presa Malpaso-Quechula
Otro ejemplo muy claro del impacto se muestra en la presa Malpaso, en Chiapas, específicamente en la zona de Quechula. Aquí los estragos son innegables, ya que mientras el nivel del embalse disminuye, emerge la estructura de una antigua iglesia que quedó sumergida.
En 2022 México encabezó una encuesta realizada por la empresa Ipsos en 34 países para conocer el porcentaje de la población que considera padecer los efectos del cambio climático.
De acuerdo con el sondeo, mientras en promedio el 56 por ciento de la población a nivel global afirma que el cambio climático ya ha tenido afectaciones severas en el lugar donde vive, en el caso de México el 75 por ciento de las personas admiten ya sufrir estos cambios.
Lo anteriores son sólo algunos de los ejemplos más reconocibles sobre una problemática que avanza silenciosa pero constante, amenazando no sólo a México, sino al mundo entero.