Aves, mamíferos, peces, tortugas y corales, entre otras especies, sufren los estragos de la creciente presencia de plásticos en los océanos del mundo; de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada año llegan a los mares 13 millones de toneladas de desechos de ese material.
Raquel Briseño Dueñas, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Unidad Académica Mazatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), citó este dato para advertir que la basura plástica es visible sobre la superficie marina, pero también satura los lechos, como microparticulas.
Por su parte, Federico Tarditi, miembro de la red Parley de colaboración para crear conciencia sobre la situación actual de los océanos, pronosticó que los océanos del mundo corren el riesgo de empezar a colapsar en una década aproximadamente, porque las personas se han encargado de contaminarlos y llenarlos de plástico.
Ante esta situación, la cerveza Corona emprendió una campaña para desplastificar las aguas marinas del mundo y de la República Mexicana, como un compromiso a fin de proteger el paraíso mexicano.
CAMPAÑA
La investigadora de la UNAM, quien participa en la campaña #AcabarConLaContaminaciónPorPLásticos, detalló que las personas hacen un uso indiscriminado del plástico ya que, por su bajo costo,
está al alcance de todos, por lo que es necesario hacer una amplia difusión de la problemática que generan en los océanos.
La especialista en el manejo de zonas costeras, especies prioritarias y áreas protegidas explicó que ese material, al descomponerse, se convierte en partículas pequeñas, microplásticos, que son ingeridos por el zooplancton, vector mediante el cual se convierten hasta llegar al ser humano.
“Los efectos de estos contaminantes incrementan la degradación de los hábitats y la mortalidad de especies marinas, con repercusiones socieconómicas en toda la comunidad costera que depende del turismo y la pesca”, destacó Briseño Dueñas.
Y es que comentó que, al integrarse a los eslabones de la cadena marina, los microplásticos se transfieren a especies consumidas por el hombre, lo cual no es menor debido a la importancia de los recursos marinos como fuente de alimentación para la creciente población humana.
La situación se agrava, añadió, no solamente por la contaminación, la acidificación de sus aguas y enriquecimiento de nutrientes que provocan los florecimientos algales nocivos.
Frente a esta situación, llamó a buscar soluciones, contribuir con la mejor información científica para los tomadores de decisiones, e implementar políticas públicas bajo una óptica de gobernanza desde el ámbito local, o con acciones individuales, por ejemplo, no usar bolsas de plástico para las compras, evitar consumir productos de higiene personal que contengan microplásticos como pasta de dientes, cremas exfoliantes y geles de baño.
En cuanto al personal de la Unidad Académica de Mazatlán, junto con la Dirección de Ecología y Medio Ambiente de Sinaloa, participan en la implementación de prácticas encaminadas a disminuir ese factor de estrés de los océanos, a través de la promoción de una política pública municipal que contribuya a regular el uso de bolsas plástico.
PARLEY
En este combate contra la presencia de plástico en los mares, está Parley, una red de colaboración entre creadores, pensadores y líderes que buscan generar conciencia sobre la situación actual de los océanos.
Federico Tarditi, integrante de ese organismo, manifestó su preocupación por la creciente aparición de plásticos en los océanos, porque una vez que entra en la corriente marina ya no es problema de un solo país, sino que adquiere dimensiones internacionales.
Señaló que un análisis de la presencia de ese material en el cuerpo humano cuesta mucho dinero, por eso la mayoría de las personas ignora cuánto plástico tienen en su organismo.
Mencionó que, según los especialistas, 2048 es el punto de no retorno para la degradación de esos cuerpos de agua salada, pero no midieron los efectos que tienen los plásticos en ellos, por eso la nueva fecha es 2030.
Recalcó que Parley trabaja de la mano de las empresas que quieren innovar, por lo que delineó una estrategia para atender este problema consistente en dejar de usar plástico, interceptarlo y rediseñarlo, lo importante es evitar que llegue al mar.
Al respecto, Clarisa Pantoja, dijo que el movimiento Desplastificate inició hace cinco años en pocas playas del país, pero que la campaña ha crecido muchísimo, con más voluntarios.
Reportó que entre 2014-2018, se asearon 130 playas, cuya superficie suma 272 kilómetros y se levantaron 201 toneladas de basura.
En este sentido, informó que este año el operativo inició en 26 playas, con la participación de 20 mil personas que se prestaron a limpiar gratis las playas, asearon 152 kilómetros, se recolectaron 80 kilos de basura y dos toneladas de PET, aunque la campaña seguirá durante julio y agosto.
La directora de la marca Corona dijo que hay un compromiso muy serio con la desplastificación, por eso en sus festivales musicales, desde hace dos años, se dejó de usar vasos de plástico para emplear recipientes de fécula de maíz, que después se transforma en composta para crecer la cebada.
Subrayó que la firma representa a México en todo el mundo, por eso tienen un compromiso con el país, que tiene bellezas naturales y está en medio de dos océanos.
“Tenemos el compromiso de ayudar a México a proteger este paraíso, y desde hace cinco años llevamos a cabo esta jornada de limpieza de playas en todo el país y ahora queremos hacerlo en muchas más playas, por eso es un movimiento en el que todos los mexicanos se pueden unir para realmente vivir una vida sin plástico, desplastificarse”, concluyó.
Finalmente, quienes participan en el aseo de las playas reciben a cambio información sobre los riesgos que implica para la vida humana los plásticos en los océanos.
