Sin ellas, no sería posible la producción de alimentos. Sólo en México, Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, el 58 por ciento de los cultivos que representan el 70 por ciento de la superficie de América Latina participan. Su valor como polinizadoras, alcanza 23 billones de dólares.
Coadyuvan en la producción de 228 millones de toneladas de alimentos para consumo humano y con 34 millones de toneladas de productos como algodón, trigo, cebada, avena y alfalfa.
Te puede interesar: Adiós al pozole: la extinción de las abejas pondrá en peligro el platillo mexicano
Se trata de las abejas, que mantienen el equilibrio delicado que la naturaleza construyó durante 100 millones de años y su importancia como polinizadoras.
Hoy, en la conmemoración del Día Mundial de las Abejas, se puso de manifiesto que, además, producen miel por 457 millones de dólares, de acuerdo a la doctora Marina Basualdo, de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Sólo en México, la producción de miel en 2021 fue de 62 mil toneladas, para colocar al país en el noveno sitio mundial. De hecho, 3 de cada 4 toneladas en el orbe, son de México, comentó, a su vez, la doctora Itzel Alcalá, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).
Y Sol Ortiz García, directora de Políticas, Prospección y Cambio Climático, de Agricultura, comentó que 3 de cada 4 cultivos que producen frutos o semillas comestibles dependen de la polinización. Las abejas contribuyen a la producción de 87 de los 115 principales cultivos del orbe, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A su vez, el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, expuso que México cuenta con una Estrategia para la Conservación y Uso Sustentable de los polinizadores que resalta la participación de las abejas y busca su preservación a favor de la agricultura, la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
Comentó que la producción de miel la realizan poco más de 20 mil apicultores en pequeña escala con más de 2 millones de colmenas.
Según expresaron durante su participación en el primer Foro Abejas Melíferas y Apicultura, que organizó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en donde se puntualizó que las abejas, como polinizadoras, contribuyen al 10% de la riqueza genética, biodiversidad y ecosistemas.
Agricultura sustentable
La principal función de las abejas en los ecosistemas es la polinización, por lo que se considera que la reducción de sus colonias, es de particular importancia para la agricultura, porque se afecta la polinización de plantas.
Pero no la producción de miel, porque no representa un problema de conservación, ya que las principales especies que la producen no están en riesgo de extinción. Incluso su presencia en altas densidades puede tener efectos negativos en las abejas nativas.
Hoy, 20 de mayo, Día Mundial de las Abejas, se difunden alternativas de agricultura sustentable que permiten proteger e incrementar las poblaciones de abejas, de acuerdo al Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT).
Las abejas adultas se alimentan principalmente de néctar y algo de polen. En este proceso, las flores de ciertas especies de plantas ofrecen como recompensas aceites o fragancias que recolectan algunos grupos de abejas.
La diversidad de flores y fragancias se refleja también en la diversidad de aromas y sabores de la miel.
Abejas, insectos benéficos
Ante esta realidad, dos son las principales acciones que los agricultores pueden realizar para no afectar a este insecto benéfico, sino, por el contrario, aumentar su población y beneficiarse de su presencia y acción polinizadora, que de acuerdo a la doctora Basualdo su valor en Latinoamérica alcanza los 23 billones de dólares.
La primera se refiere a un manejo de plagas con enfoque agroecológico. Y la segunda, a la diversificación de cultivos, particularmente con especies atrayentes de las abejas.
De acuerdo al CIMMYT, una de las alternativas al control convencional de plagas que tienen alto efecto tóxico en humanos, animales e insectos benéficos como las abejas es el manejo agroecológico de plagas.
De acuerdo a la investigadora argentina, sólo en 4 países latinoamericanos, en el año 2020, se utilizaron 525 millones de litros de pesticidas para combatir plagas.
Por tanto, una alternativa sustentable, permite regular la población de insectos-plaga sin necesidad de exterminar a las abejas e insectos benéficos.
Y la diversificación de cultivos, por su parte, representa una gran oportunidad para que los agricultores mejoren su producción, disminuyan el uso de plaguicidas, reduzcan la degradación de los suelos y obtengan alimentos más variados.
Adicionalmente, comercialicen los excedentes y con ello, apoyar la economía de sus familias.
La rotación de cultivos, que es una de las formas de diversificación de siembras que existe, mejora el balance de los nutrientes y permite aumentar la materia orgánica en los suelos. También ayuda a aprovechar mejor el agua. Y tiene un efecto regulatorio sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades.
Hay especies como el girasol (Helianthus annuus), que representan buena opción para diversificar cultivos. Esta especie, además de ofrecer beneficios agronómicos, sobre todo por su buena respuesta a condiciones de lluvia limitada, sus flores proveen de néctar a cientos de insectos.
Esto es particularmente útil en un contexto de cambio climático, porque en tiempos de sequía, esto es, cuando no hay flores disponibles en el entorno natural, los girasoles cultivados se convierten en auténticos oasis para las abejas.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
También existen otras alternativas. Muchas especies de leguminosas presentan floración atrayente para las abejas y con su diversidad de flores y fragancias, aportan variedad de olores, sabores y colores en la miel.