El astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA), Luca Parmitano, lanzó ayer una advertencia desde la Estación Espacial Internacional (EEI) sobre los estragos del cambio climático: "En los últimos años he visto desiertos avanzar", alerta.
El piloto y científico italiano ofreció ayer su primera rueda de prensa desde que llegara hace una semana, el pasado 21 de julio, a la estación orbital por segunda vez, después de una primera experiencia hace seis años, en 2013, con la misión Volare.
Y una de las preguntas más repetidas fue sobre si se aprecian o no los efectos de la crisis climática a 400 kilómetros del planeta: "La EEI es una de las plataformas que pueden ofrecer conocimientos sobre lo que implica el calentamiento global", reconoció.
Parmitano ha resaltado los datos aportados sobre este problema por el programa de observación terrestre de la ESA, pero al mismo tiempo ha afirmado que los cambios en la apariencia del planeta son también perceptibles desde la cúpula de cristal de la Estación Espacial.
"Desde la EEI podemos hacer observación humana y lo que puedo decir es que yo he visto en mis fotografías y las de mis compañeros en los últimos seis años auténticos cambios. He visto desiertos avanzar y glaciares derretirse", defiende el cosmonauta siciliano.
Por eso seguirá divulgando fotos en sus redes sociales y alertando sobre este fenómeno: "Espero que nuestras palabras y mirada puedan ser compartidas para alarmar a la gente y advertir de verdad sobre el enemigo número uno hoy: el calentamiento global", refiere.
Pero también a los líderes políticos: "Espero que pueda animar a nuestros líderes a hacer todo lo posible, no cualquier cosa, para mejorar la cosa o invertirla. No sé si es posible invertirlo, pero debemos hacer todo lo posible para reducirla y detenerla", instó.
El astronauta en cualquier caso reconoce que por el momento no ha tenido demasiado tiempo para mirar por la cúpula hacia el planeta azul, aunque ya lo ha notado diferente: "Seguramente he percibido que el planeta lamentablemente es un poco diferente", lamentó.
Parmitano, de 42 años, se ha puesto en órbita de nuevo para llevar a cabo su misión "Beyond" (más allá), con decenas de experimentos con los que allanar el camino a futuras misiones de exploración espacial, como un soñado regreso a la luna o una expedición a Marte.
"Toda la ciencia y la tecnología que estamos desarrollando está dirigida a la luna", explica durante la transmisión.
Fue lanzado a la EEI a bordo de una Soyuz junto al estadounidense Andrew Morgan y el ruso Alexander Skvortsov desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) el pasado 20 de julio, cuando se cumplían cincuenta años de la llegada del hombre a la luna.
El italiano pasará doscientos días en microgravedad y durante la segunda mitad de su misión se encargará de comandar este laboratorio orbital, el primero italiano en hacerlo.
Se encargará de experimentar técnicas que también podrán servir al desarrollo humano, al futuro del planeta Tierra: "En la EEI estoy rodeado de máquinas que tienen que ver con el futuro, que lo crean".
Y como ejemplo puso a su colega de la NASA, Nick Hague, quien probaba una impresora tridimensional en tejidos biológicos: "Desde las estrellas se ve el futuro", abordó el astronauta, jugando con su micrófono que flotaba en la sala, decorada con una bandera italiana y otra de la ESA.