Si tienes un perro rescatado, quizá hayas presenciado cómo el abuso o el abandono que pudo haber experimentado antes, ahora influyen en su comportamiento. Pero los animales salvajes también experimentan adversidades. Aunque sus experiencias negativas son fáciles de descartar como parte de la vida en la naturaleza, aún tienen repercusiones de por vida, al igual que los eventos traumáticos en las personas y las mascotas.
Como especialista del comportamiento, me interesa cómo las experiencias adversas en las primeras etapas de la vida pueden afectar el comportamiento de los animales, incluidos los tipos de decisiones que toman y la forma en que interactúan con el mundo que los rodea.
Es un hecho que las poblaciones silvestres se enfrentan a muchos tipos de factores estresantes, pues compiten por el alimento, corren el riesgo de ser devorados por un depredador, padecen enfermedades y deben lidiar con condiciones climáticas extremas.
Y como si la vida en la naturaleza no fuera lo suficientemente dura, los humanos ahora están añadiendo factores estresantes adicionales, como la contaminación química, lumínica y acústica, así como la destrucción de su hábitat.
Dada la pérdida generalizada de biodiversidad, comprender cómo reaccionan los animales a estos factores estresantes y cómo se ven perjudicados por ellos puede ayudar a los grupos conservacionistas a protegerlos mejor.
Pero tener en cuenta tal diversidad de factores estresantes no es una tarea fácil. Para abordar esta necesidad y demostrar el impacto acumulativo de múltiples factores estresantes, nuestro equipo de investigación decidió desarrollar un índice para animales salvajes basado en la investigación psicológica sobre el trauma infantil humano.
Como si la vida en la naturaleza no fuera lo suficientemente dura, los humanos estamos añadiendo factores estresantes como la contaminación química, lumínica y acústica, así como la destrucción de su hábitat
Un índice de adversidad acumulativa
Los psicólogos del desarrollo comenzaron a estudiar lo que los psicólogos ahora llaman la puntuación de experiencias adversas en la infancia, que describe la cantidad de adversidad que experimentó una persona cuando era niño. Brevemente, este índice suma todos los eventos adversos, incluidas las formas de negligencia, abuso u otra disfunción doméstica, que experimentó un individuo durante la infancia en una única puntuación acumulativa.
Esta puntuación puede utilizarse para predecir riesgos de salud en etapas posteriores de la vida, como enfermedades crónicas, enfermedades mentales o incluso la situación económica. Ese enfoque ha revolucionado muchos programas de intervención en materia de salud humana al identificar a niños y adultos en riesgo, lo que permite intervenciones más específicas y esfuerzos preventivos.
Dada la pérdida generalizada de biodiversidad, comprender cómo reaccionan los animales al estrés puede ayudar a los grupos conservacionistas a protegerlos mejor
¿Pero qué pasa con los animales salvajes? ¿Podemos utilizar un tipo similar de puntuación o índice para predecir resultados de supervivencia negativos e identificar individuos y poblaciones en riesgo?
Estas son las preguntas que nos interesaba responder en nuestro último artículo de investigación. Desarrollamos un marco sobre cómo crear un índice de adversidad acumulativa, similar a la puntuación de experiencias adversas en la infancia, pero para poblaciones de animales salvajes.
Luego usamos este índice para obtener información sobre la supervivencia y la longevidad de las marmotas de vientre amarillo. En otras palabras, queríamos ver si podíamos usar este índice para estimar cuánto tiempo viviría una marmota.
Es importante decir que nuestro estudio no es el único de su tipo. Algunos otros estudios han utilizado un índice similar al puntaje de experiencias adversas infantiles humanas con primates salvajes y hienas, con resultados en gran medida similares. Estamos interesados en ampliar este marco para que otros investigadores puedan adoptarlo para las especies que estudian.
Una mejor comprensión de cómo los animales pueden o no hacer frente a múltiples fuentes de adversidad puede informar las prácticas de conservación y gestión de la vida silvestre. Por ejemplo, un índice como el nuestro podría ayudar a identificar poblaciones en riesgo que requieren una acción de conservación más inmediata.
En lugar de abordar el factor estresante que parece tener el mayor efecto en una especie, este enfoque podría ayudar a los administradores a considerar la mejor manera de reducir la cantidad total de factores estresantes que experimenta una especie.
Por ejemplo, los cambios en los patrones climáticos provocados por las tendencias del calentamiento global pueden crear nuevos factores de estrés que un administrador de vida silvestre no puede abordar. Pero podría ser posible reducir la cantidad de veces que estos animales tienen que interactuar con las personas durante épocas clave del año cerrando senderos o proporcionando alimentos adicionales para reemplazar los que pierden debido al clima severo.
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Si bien este índice aún se encuentra en una etapa inicial de desarrollo, algún día podría ayudar a los investigadores a plantear nuevas preguntas sobre cómo los animales se adaptan al estrés en la naturaleza.
* Candidata a doctora en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California. Traducción de El Sol de México.