/ martes 7 de abril de 2020

¿Los murciélagos son culpables del coronavirus?

Los mamíferos alados tienen una relación estrecha con el coronavirus, aunque es difícil que contagien al ser humano

Ante la propagación del Covid- 19 en el mundo tras la detección de los primeros casos en Wuhan, China, surgió una pregunta que la comunidad científica sigue rastreando: ¿De dónde vino el virus?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el origen es animal, y ello provocó que los investigadores se enfocaran en los murciélagos, gracias a un platillo típico del sur de China, como probables causantes de la transmisión y propagación. Estos mamíferos son reservorios naturales de virus, pero ¿realmente fueron los transmisores del coronavirus a los humanos?

“No porque encuentres un murciélago, que puede ser el hospedero de coronavirus, es un hecho que te va a contagiar: suena muy fácil, pero para que se presente de forma exitosa la transmisión de un virus entre dos especies diferentes, en este caso de un murciélago a un humano, hay una serie de pasos muy complejos, entre ellos, diferentes procesos a nivel molecular,” revela Paola Martínez Duque, miembro del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud (LEEyUS), de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La investigadora colaboró en el proyecto PREDICT -de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) en colaboración con otras organizaciones como EcoHealth Alliance- cuyo objetivo principal fue realizar un monitoreo global para identificar virus que se pueden compartir entre animales y humanos, con potencial pandémico.

“Se concluyó que regiones con alta diversidad biológica también tenían alta diversidad de virus de importancia para la salud pública”, dice a El Sol de México.

—¿Cuálfue la conclusión de la Diversidad de coronavirus en murciélagos del límite neártico neotropical en México, que es tu tesis de maestría en la UNAM?

—En el primer estudio se identificó la presencia de coronavirus en murciélagos de mexicanos en el centro y sureste del país. En el segundo estudio, que fue mi proyecto de maestría, se vuelven a identificar secuencias de coronavirus en diferentes especies de murciélagos. Este resultado confirma una vez más que los murciélagos son reservorios naturales de estos virus, y esto no quiere decir que estén enfermos.

Fuente: National Geographic / Gráfico: Luis Calderón

“A raíz de la emergencia de enfermedades respiratorias en humanos, que se han presentado a nivel mundial, como lo fue el caso del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) detectados en 2002 y 2012, y actualmente el caso del Covid-19, se han realizado múltiples estudios trazando la historia evolutiva del virus en diferentes especies silvestres, en particular en murciélagos en diferentes países del mundo. Estas investigaciones han revelado la estrecha relación de coevolución entre coronavirus y murciélagos. En mi proyecto en particular, también se identificó que hay una asociación particular entre las familias de murciélagos y ciertas secuencias virales, y que la relación está dictada más por la historia evolutiva que por una cuestión geográfica”.

—¿Qué tendría que pasar para que un murciélago contagie de coronavirus a un humano o cómo se daría ese paso?

—Para que esto suceda tienen que darse cinco pasos. El primero es que el murciélago esté en contacto directo con una especie susceptible al coronavirus como es el caso del humano, lo cual es cada vez más probable, ya que las actividades humanas invaden cada vez más ecosistemas naturales, además de las costumbres en algunos lugares del mundo de consumir animales silvestres.

“El segundo paso involucra que el virus tenga la capacidad de infectar al nuevo huésped y es aquí donde se da el salto entre especies o salto taxonómico, evento que depende de muchos mecanismos a nivel molecular.

“Como tercer paso, para que este virus se mantenga en la nueva población, tiene que adaptarse y ser capaz de transmitirse de un humano a otro.

“Como cuarto y quinto paso, el virus sufre diferentes modificaciones genéticas que le permitirán adaptarse y establecerse en el nuevo hospedero”.

—¿Qué pasa si encuentran un murciélago y es tocado?

—Generalmente si encuentras a un animal silvestre en un buen estado de salud, este no permitirá que te acerques, antes de eso siempre buscará huir. Si por alguna razón el animal permite que te acerques y puedas manipularlo, este comportamiento nos puede indicar que algo no anda bien en su estado de salud. Al no conocer la historia del animal y si pudiera estar enfermo, la recomendación es no tocarlo ni manipularlo y de este modo no exponernos a estar en contacto directo con él y a los macro y micro parásitos que podría portar.

—¿Podemos decir que los murciélagos tienen coronavirus, pero no dañan a la humanidad y tienen una función distinta a la de contagiar al mundo?

—Los murciélagos tienen una estrecha relación con este grupo viral y podríamos decir que estos virus forman parte de su flora viral normal y no son dañinos para la humanidad, al final es un ejemplo de una relación parásito-hospedero, como las hay muchas en la naturaleza. Los murciélagos son el segundo orden de mamíferos más diverso en el planeta, y su gran diversidad permite que haya especies con diferentes hábitos alimenticios y que cumplen diferentes funciones brindándonos diferentes servicios ecosistémicos.

—¿Los ciudadanos deben entonces proteger y cuidar a los murciélagos?

—Los murciélagos nos ofrecen muchos servicios. Por ejemplo, algunas especies se alimentan de frutos y nos ayudan a dispersar las semillas, otros se alimentan de néctar y polen, ayudándonos a polinizar diferentes especies de agaves a partir de los cuales se produce tequila o mezcal. También existen especies que se alimentan de diferentes insectos como polillas que pueden llegar a dañar diferentes cultivos evitando importantes pérdidas económicas para diferentes producciones agrícolas. Los murciélagos actúan como controladores de plagas, del mismo modo se pueden alimentar de mosquitos y al consumir grandes cantidades, nos ayudan a controlar esta molesta plaga.

—¿En qué zonas de la Ciudad de México viven los murciélagos?

—En la Ciudad de México tenemos aproximadamente ocho especies de murciélagos que habitan diferentes zonas. Si somos observadores, por las noches podemos verlos volar alrededor del alumbrado, mientras se alimentan de mosquitos. Los podemos encontrar en Ciudad Universitaria, Coyoacán o Xochimilco, en donde hay buena disponibilidad de alimento, como insectos, y refugios como entre rocas, en edificios o palmeras.

—¿Recomendarías comer una sopa de murciélago?

—No lo recomendaría. Sabemos que, en muchos lugares del mundo por cuestiones económicas y culturales, se acostumbra el uso de animales silvestres como alimento; sin embargo, en este momento tenemos evidencias que demuestran que las actividades humanas de extracción de la fauna silvestre están acabando con muchas especies, y que al invadir su hábitat natural además de destruirlo, aumentamos la probabilidad de contacto con estos organismos, situación que puede desencadenar una emergencia.

La investigadora estudió veterinaria en la UNAM con el interés de trabajar en la atención de animales domésticos como perros y gatos, pero al conocer otros campos multidisciplinarios en los que podría participar como veterinaria, decidió inclinarse por la investigación para conocer más sobre la fauna silvestre en México y sobre la Ecología de Enfermedades.

Su tesis de licenciatura se enfocó en monitorear la presencia de algunos parásitos en ardillas en parques de la Ciudad de México. Para acreditar su maestría realizó una investigación en 14 refugios de murciélagos en Hidalgo, Morelos, Puebla y en la Ciudad de México, donde colocaba trampas para capturarlos, tomarles muestras de sangre y posteriormente liberarlos. Las muestras fueron analizadas en el Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

“Me empezó a parecer fascinante la ecología de los animales silvestres y de sus parásitos”, cuenta la egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien actualmente colabora en un proyecto realizado en diferentes estados del norte del país, donde investigan aspectos ecológicos de diferentes parásitos en roedores, aves y carnívoros silvestres.

Ante la propagación del Covid- 19 en el mundo tras la detección de los primeros casos en Wuhan, China, surgió una pregunta que la comunidad científica sigue rastreando: ¿De dónde vino el virus?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el origen es animal, y ello provocó que los investigadores se enfocaran en los murciélagos, gracias a un platillo típico del sur de China, como probables causantes de la transmisión y propagación. Estos mamíferos son reservorios naturales de virus, pero ¿realmente fueron los transmisores del coronavirus a los humanos?

“No porque encuentres un murciélago, que puede ser el hospedero de coronavirus, es un hecho que te va a contagiar: suena muy fácil, pero para que se presente de forma exitosa la transmisión de un virus entre dos especies diferentes, en este caso de un murciélago a un humano, hay una serie de pasos muy complejos, entre ellos, diferentes procesos a nivel molecular,” revela Paola Martínez Duque, miembro del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud (LEEyUS), de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La investigadora colaboró en el proyecto PREDICT -de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) en colaboración con otras organizaciones como EcoHealth Alliance- cuyo objetivo principal fue realizar un monitoreo global para identificar virus que se pueden compartir entre animales y humanos, con potencial pandémico.

“Se concluyó que regiones con alta diversidad biológica también tenían alta diversidad de virus de importancia para la salud pública”, dice a El Sol de México.

—¿Cuálfue la conclusión de la Diversidad de coronavirus en murciélagos del límite neártico neotropical en México, que es tu tesis de maestría en la UNAM?

—En el primer estudio se identificó la presencia de coronavirus en murciélagos de mexicanos en el centro y sureste del país. En el segundo estudio, que fue mi proyecto de maestría, se vuelven a identificar secuencias de coronavirus en diferentes especies de murciélagos. Este resultado confirma una vez más que los murciélagos son reservorios naturales de estos virus, y esto no quiere decir que estén enfermos.

Fuente: National Geographic / Gráfico: Luis Calderón

“A raíz de la emergencia de enfermedades respiratorias en humanos, que se han presentado a nivel mundial, como lo fue el caso del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) detectados en 2002 y 2012, y actualmente el caso del Covid-19, se han realizado múltiples estudios trazando la historia evolutiva del virus en diferentes especies silvestres, en particular en murciélagos en diferentes países del mundo. Estas investigaciones han revelado la estrecha relación de coevolución entre coronavirus y murciélagos. En mi proyecto en particular, también se identificó que hay una asociación particular entre las familias de murciélagos y ciertas secuencias virales, y que la relación está dictada más por la historia evolutiva que por una cuestión geográfica”.

—¿Qué tendría que pasar para que un murciélago contagie de coronavirus a un humano o cómo se daría ese paso?

—Para que esto suceda tienen que darse cinco pasos. El primero es que el murciélago esté en contacto directo con una especie susceptible al coronavirus como es el caso del humano, lo cual es cada vez más probable, ya que las actividades humanas invaden cada vez más ecosistemas naturales, además de las costumbres en algunos lugares del mundo de consumir animales silvestres.

“El segundo paso involucra que el virus tenga la capacidad de infectar al nuevo huésped y es aquí donde se da el salto entre especies o salto taxonómico, evento que depende de muchos mecanismos a nivel molecular.

“Como tercer paso, para que este virus se mantenga en la nueva población, tiene que adaptarse y ser capaz de transmitirse de un humano a otro.

“Como cuarto y quinto paso, el virus sufre diferentes modificaciones genéticas que le permitirán adaptarse y establecerse en el nuevo hospedero”.

—¿Qué pasa si encuentran un murciélago y es tocado?

—Generalmente si encuentras a un animal silvestre en un buen estado de salud, este no permitirá que te acerques, antes de eso siempre buscará huir. Si por alguna razón el animal permite que te acerques y puedas manipularlo, este comportamiento nos puede indicar que algo no anda bien en su estado de salud. Al no conocer la historia del animal y si pudiera estar enfermo, la recomendación es no tocarlo ni manipularlo y de este modo no exponernos a estar en contacto directo con él y a los macro y micro parásitos que podría portar.

—¿Podemos decir que los murciélagos tienen coronavirus, pero no dañan a la humanidad y tienen una función distinta a la de contagiar al mundo?

—Los murciélagos tienen una estrecha relación con este grupo viral y podríamos decir que estos virus forman parte de su flora viral normal y no son dañinos para la humanidad, al final es un ejemplo de una relación parásito-hospedero, como las hay muchas en la naturaleza. Los murciélagos son el segundo orden de mamíferos más diverso en el planeta, y su gran diversidad permite que haya especies con diferentes hábitos alimenticios y que cumplen diferentes funciones brindándonos diferentes servicios ecosistémicos.

—¿Los ciudadanos deben entonces proteger y cuidar a los murciélagos?

—Los murciélagos nos ofrecen muchos servicios. Por ejemplo, algunas especies se alimentan de frutos y nos ayudan a dispersar las semillas, otros se alimentan de néctar y polen, ayudándonos a polinizar diferentes especies de agaves a partir de los cuales se produce tequila o mezcal. También existen especies que se alimentan de diferentes insectos como polillas que pueden llegar a dañar diferentes cultivos evitando importantes pérdidas económicas para diferentes producciones agrícolas. Los murciélagos actúan como controladores de plagas, del mismo modo se pueden alimentar de mosquitos y al consumir grandes cantidades, nos ayudan a controlar esta molesta plaga.

—¿En qué zonas de la Ciudad de México viven los murciélagos?

—En la Ciudad de México tenemos aproximadamente ocho especies de murciélagos que habitan diferentes zonas. Si somos observadores, por las noches podemos verlos volar alrededor del alumbrado, mientras se alimentan de mosquitos. Los podemos encontrar en Ciudad Universitaria, Coyoacán o Xochimilco, en donde hay buena disponibilidad de alimento, como insectos, y refugios como entre rocas, en edificios o palmeras.

—¿Recomendarías comer una sopa de murciélago?

—No lo recomendaría. Sabemos que, en muchos lugares del mundo por cuestiones económicas y culturales, se acostumbra el uso de animales silvestres como alimento; sin embargo, en este momento tenemos evidencias que demuestran que las actividades humanas de extracción de la fauna silvestre están acabando con muchas especies, y que al invadir su hábitat natural además de destruirlo, aumentamos la probabilidad de contacto con estos organismos, situación que puede desencadenar una emergencia.

La investigadora estudió veterinaria en la UNAM con el interés de trabajar en la atención de animales domésticos como perros y gatos, pero al conocer otros campos multidisciplinarios en los que podría participar como veterinaria, decidió inclinarse por la investigación para conocer más sobre la fauna silvestre en México y sobre la Ecología de Enfermedades.

Su tesis de licenciatura se enfocó en monitorear la presencia de algunos parásitos en ardillas en parques de la Ciudad de México. Para acreditar su maestría realizó una investigación en 14 refugios de murciélagos en Hidalgo, Morelos, Puebla y en la Ciudad de México, donde colocaba trampas para capturarlos, tomarles muestras de sangre y posteriormente liberarlos. Las muestras fueron analizadas en el Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

“Me empezó a parecer fascinante la ecología de los animales silvestres y de sus parásitos”, cuenta la egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien actualmente colabora en un proyecto realizado en diferentes estados del norte del país, donde investigan aspectos ecológicos de diferentes parásitos en roedores, aves y carnívoros silvestres.

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