/ miércoles 21 de agosto de 2024

Minería urbana, una forma de reutilizar la basura electrónica

Por medio de programas como Reciclatrón y Ponte Pilas, la ciudadanía puede entregar los residuos electrónicos que pueden reciclarse y de paso disminuir la presión sobre los ecosistemas vírgenes

Tu computadora vieja o los celulares que tuviste de adolescente y ya no usas son una mina de oro para las ciudades.

O tal vez no de oro, pero sí de cobre, litio o cobalto, que son los materiales que componen muchos de los aparatos que consideramos basura. Y la minería urbana es la actividad ideal para aprovechar esos materiales ya desechados.

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Marina Robles, secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, explica que las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero.

“Esto tiene dentro de la línea de circularidad una de las grandes oportunidades para el reciclaje de materiales raros, de materiales escasos y altamente contaminantes que es lo que se conoce como minería urbana. Las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero, un sector tremendamente deteriorante y en el que nosotros tenemos una enorme responsabilidad”, dijo.

De acuerdo con el reporte de este año del Monitor Global de Basura Electrónica, realizado por el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones, la generación de este tipo de residuos crece cinco veces más rápido que su reciclaje documentado.

“En la medida en que no reutilizamos, no reciclamos muchos de estos materiales que están en nuestras computadoras, en nuestros celulares, en muchos de los otros equipamientos que utilizamos, van a dar a los tiraderos a los rellenos sanitarios en el mejor de los casos y escasamente son reciclados como hacemos con estos programas en la Ciudad de México”, agregó Robles.


Las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos de los materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero

-Marina Robles. Secretaria de Medio Ambiente CDMX


Robles se refiere al Reciclatrón y Ponte Pilas, donde la ciudadanía tiene la oportunidad de entregar sus residuos para aprovecharlos mediante el reciclaje. Según el Monitor Global de Basura Electrónica, los residuos electrónicos, cualquier producto desechado con enchufe o batería, constituyen un peligro para la salud y el medio ambiente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que pueden dañar el cerebro humano y el sistema de coordinación.

En la Ciudad de México, por ejemplo, ya existe una norma que establece los requisitos y especificaciones para la correcta separación, almacenamiento, acopio, recolección, transporte, tratamiento, reciclaje y disposición de los residuos eléctricos y electrónicos. La norma obliga a los productores, comercializadores y distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos a involucrarse en el proceso.

Foto: FB Reciclatrón

La doctora Gretchen Lapidus, del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la UAM Iztapalapa, ha explicado cómo de los celulares se puede extraer cobre, litio, paladio y cobalto.

“El 10 por ciento de su peso es cobre, también tienen paladio en pequeñas proporciones, pero 100 veces más de lo que existen en las minas. Básicamente, la tercera parte de la tabla periódica está en los celulares”, dijo en una ponencia que está disponible en el canal de Youtube de la Oficina de Divulgación de la UAM Iztapalapa.

Sólo en 2022, a través del Reciclatrón la Ciudad de México acopió 120.69 toneladas de residuos electrónicos y eléctricos. De ellas, 90.5 toneladas fueron balastras, pantallas, pilas alcalinas, transformadores, televisores, lámparas, refrigeradores, toners y 1.6 toneladas fueron laptops, mini laptops, CPUs, discos duros, tarjetas y televisiones.

Sólo en 2022, el Reciclatrón captó 120 toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, entre pantallas, pilas, televisores, lámparas, refrigeradores, toners y dispositivos electrónicos


Robles ha insistido en que la minería urbana es una de las grandes oportunidades que tenemos como economía circular para disminuir la presión que la minería ejerce en los ecosistemas vírgenes y además aprovechar algo que ya tenemos en circulación.

“Está en los celulares, en las computadoras, en los autos, en muchísimos de los productos que consumimos y que creemos que una vez que dejan de ser útiles para nosotros se convierten en desperdicio”, dijo el año pasado en una presentación del Programa Ponte Pila.

El informe del monitor global agrega que los desafíos incluyen el progreso tecnológico, el mayor consumo, las opciones de reparación limitadas, los ciclos de vida más cortos de los productos, las deficiencias de diseño y la infraestructura inadecuada para la gestión de los residuos electrónicos.

La doctora Gretchen Lapidus detalló que en la UAM han aplicado la minería urbana mediante el uso de soluciones con sustancias químicas, en su mayoría no tóxicas, y disuelven los metales. Recuperan primero el cobre, el estaño, níquel y al final el oro y paladio que están ahí.

“Hemos usado esto antes en la minería tradicional, son procesos que la universidad tiene patentados, pero ahora lo estamos aplicando a la urbana, a la basura electrónica sobre todo. Estos materiales tienen otro grado de dificultad porque todos los metales están juntos, hay que tener otros criterios a una mina donde normalmente está concentrado en un solo metal. Son métodos para reciclar o hacer el desperdicio lo menos posible”, explica.

De acuerdo con la doctora Gretchen Lapidus, de los celulares se puede extraer cobre, litio, paladio y cobalto en grandes cantidades. Dice que casi la tercera parte de la tabla periódica se encuentra en esos dispositivos

La Ciudad de México también contempla en la minería urbana el reciclaje de residuos de la construcción.

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Robles detalló que para evitar que 16 mil toneladas de residuos de la construcción y demolición terminaran en sitios naturales, la Sedema adoptó las medidas necesarias para mejorar el manejo y aumentar el aprovechamiento de este tipo residuos.

“Lo que hicimos fue convocar a las empresas de la ciudad que estuviesen interesadas en presentar proyectos para el reaprovechamiento, para el reciclaje de estos materiales y abrimos la convocatoria, elegimos a un conjunto de empresas, previamente establecimos un grupo técnico con investigadores del campo, principalmente de las ingenierías, que dieran capacitación a estas empresas para poder ubicar las distintas tecnologías que estaban disponibles en el mundo para poder procesar los residuos de la construcción y hacerlos aprovechables de mejor manera. Esto llevó a una selección de proyectos y la Ciudad de México ahora cuenta con seis plantas de reciclaje de residuos de la construcción”, agregó.

Tu computadora vieja o los celulares que tuviste de adolescente y ya no usas son una mina de oro para las ciudades.

O tal vez no de oro, pero sí de cobre, litio o cobalto, que son los materiales que componen muchos de los aparatos que consideramos basura. Y la minería urbana es la actividad ideal para aprovechar esos materiales ya desechados.

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Marina Robles, secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, explica que las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero.

“Esto tiene dentro de la línea de circularidad una de las grandes oportunidades para el reciclaje de materiales raros, de materiales escasos y altamente contaminantes que es lo que se conoce como minería urbana. Las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero, un sector tremendamente deteriorante y en el que nosotros tenemos una enorme responsabilidad”, dijo.

De acuerdo con el reporte de este año del Monitor Global de Basura Electrónica, realizado por el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones, la generación de este tipo de residuos crece cinco veces más rápido que su reciclaje documentado.

“En la medida en que no reutilizamos, no reciclamos muchos de estos materiales que están en nuestras computadoras, en nuestros celulares, en muchos de los otros equipamientos que utilizamos, van a dar a los tiraderos a los rellenos sanitarios en el mejor de los casos y escasamente son reciclados como hacemos con estos programas en la Ciudad de México”, agregó Robles.


Las ciudades son una gran oportunidad para reaprovechar muchos de los materiales que normalmente se extraen en todo el sector minero

-Marina Robles. Secretaria de Medio Ambiente CDMX


Robles se refiere al Reciclatrón y Ponte Pilas, donde la ciudadanía tiene la oportunidad de entregar sus residuos para aprovecharlos mediante el reciclaje. Según el Monitor Global de Basura Electrónica, los residuos electrónicos, cualquier producto desechado con enchufe o batería, constituyen un peligro para la salud y el medio ambiente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que pueden dañar el cerebro humano y el sistema de coordinación.

En la Ciudad de México, por ejemplo, ya existe una norma que establece los requisitos y especificaciones para la correcta separación, almacenamiento, acopio, recolección, transporte, tratamiento, reciclaje y disposición de los residuos eléctricos y electrónicos. La norma obliga a los productores, comercializadores y distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos a involucrarse en el proceso.

Foto: FB Reciclatrón

La doctora Gretchen Lapidus, del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la UAM Iztapalapa, ha explicado cómo de los celulares se puede extraer cobre, litio, paladio y cobalto.

“El 10 por ciento de su peso es cobre, también tienen paladio en pequeñas proporciones, pero 100 veces más de lo que existen en las minas. Básicamente, la tercera parte de la tabla periódica está en los celulares”, dijo en una ponencia que está disponible en el canal de Youtube de la Oficina de Divulgación de la UAM Iztapalapa.

Sólo en 2022, a través del Reciclatrón la Ciudad de México acopió 120.69 toneladas de residuos electrónicos y eléctricos. De ellas, 90.5 toneladas fueron balastras, pantallas, pilas alcalinas, transformadores, televisores, lámparas, refrigeradores, toners y 1.6 toneladas fueron laptops, mini laptops, CPUs, discos duros, tarjetas y televisiones.

Sólo en 2022, el Reciclatrón captó 120 toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, entre pantallas, pilas, televisores, lámparas, refrigeradores, toners y dispositivos electrónicos


Robles ha insistido en que la minería urbana es una de las grandes oportunidades que tenemos como economía circular para disminuir la presión que la minería ejerce en los ecosistemas vírgenes y además aprovechar algo que ya tenemos en circulación.

“Está en los celulares, en las computadoras, en los autos, en muchísimos de los productos que consumimos y que creemos que una vez que dejan de ser útiles para nosotros se convierten en desperdicio”, dijo el año pasado en una presentación del Programa Ponte Pila.

El informe del monitor global agrega que los desafíos incluyen el progreso tecnológico, el mayor consumo, las opciones de reparación limitadas, los ciclos de vida más cortos de los productos, las deficiencias de diseño y la infraestructura inadecuada para la gestión de los residuos electrónicos.

La doctora Gretchen Lapidus detalló que en la UAM han aplicado la minería urbana mediante el uso de soluciones con sustancias químicas, en su mayoría no tóxicas, y disuelven los metales. Recuperan primero el cobre, el estaño, níquel y al final el oro y paladio que están ahí.

“Hemos usado esto antes en la minería tradicional, son procesos que la universidad tiene patentados, pero ahora lo estamos aplicando a la urbana, a la basura electrónica sobre todo. Estos materiales tienen otro grado de dificultad porque todos los metales están juntos, hay que tener otros criterios a una mina donde normalmente está concentrado en un solo metal. Son métodos para reciclar o hacer el desperdicio lo menos posible”, explica.

De acuerdo con la doctora Gretchen Lapidus, de los celulares se puede extraer cobre, litio, paladio y cobalto en grandes cantidades. Dice que casi la tercera parte de la tabla periódica se encuentra en esos dispositivos

La Ciudad de México también contempla en la minería urbana el reciclaje de residuos de la construcción.

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Robles detalló que para evitar que 16 mil toneladas de residuos de la construcción y demolición terminaran en sitios naturales, la Sedema adoptó las medidas necesarias para mejorar el manejo y aumentar el aprovechamiento de este tipo residuos.

“Lo que hicimos fue convocar a las empresas de la ciudad que estuviesen interesadas en presentar proyectos para el reaprovechamiento, para el reciclaje de estos materiales y abrimos la convocatoria, elegimos a un conjunto de empresas, previamente establecimos un grupo técnico con investigadores del campo, principalmente de las ingenierías, que dieran capacitación a estas empresas para poder ubicar las distintas tecnologías que estaban disponibles en el mundo para poder procesar los residuos de la construcción y hacerlos aprovechables de mejor manera. Esto llevó a una selección de proyectos y la Ciudad de México ahora cuenta con seis plantas de reciclaje de residuos de la construcción”, agregó.

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