México, la cuna del cacao, que en los últimos 10 años, por raquíticas producciones se colocó en el 13avo lugar mundial -de 2003 a 2019, la cosecha cayó de 50 mil toneladas a 28 mil 452 toneladas, esto es ni siquiera el 1% mundial-, productores de Chiapas y Tabasco buscan, con la reconversión productiva revertir situaciones de pérdida de superficie y por ende, evitar el exterminio del cacao almendra blanca, que es el más cotizado en la industria del chocolate fino por su aroma.
Cien productores de 24 comunidades en los municipios de Tacotalpa en Tabasco y Pichucalco en Chiapas, con una superficie de 167 hectáreas, todas de cacao almendra blanca, variedad que hace dos lustros estaba en peligro de extinción, se enfocaron al desarrollo de proyectos productivos con alto contenido social.
El especialista en Ingeniería Agrícola, Carlos Sandoval Miranda, agrónomo de la UNAM, explica que en los inicios del proyecto en enero del 2012, en Tacotalpa se acercó a comuneros y productores, en su mayoría de comunidades rurales marginadas, con nulo apoyo del Estado, pero ningún proyecto productivo real, con terrenos empobrecidos por el desgaste del sobrepastoreo.
Y en Pichucalco, que gozó de ser uno de los productores más importantes y de los mejores cacaos en México, por falta de integración de verdaderas cadenas de valor, en los últimos 50 años, se perdió la tradición productiva y más de 14 mil hectáreas establecidas de cacao se transformaron en potreros, donde se trabaja la ganadería extensiva, dijo Sandoval Miranda.
Ahora, 10 años después, tras muchos esfuerzos, los granos de cacao de estas dos regiones originarias, están en los mercados de otros países, donde reconocen su calidad. Y no solo producen cacao sino también especias: canela, pimienta y vainilla certificadas en producción orgánica por dos años de forma consecutiva.
Los productores y los técnicos que conforman este proyecto se organizaron y formaron la Sociedad de Producción Rural “Productores y Transformadores de Cacao Zoque SPR”, desde 2018 para consolidar la transformación de cacao almendra blanca, fino de aroma.
Ya se cuenta con una verdadera cadena de valor y una marca registrada: “La Chiapasteña”, para posicionarse en el mercado local e internacional.
“Con el cacao y especias que producimos demostramos que el cacao es mucho más que chocolate. Producimos más de 25 productos de los cuales solo 4 son chocolate”, comentó.
Señaló que una vez que el proyecto opere al cien por ciento, se consolidarán más de 300 empleos solo en el campo y al menos 30 en la industrialización, sin contar los empleos indirectos que se generarán con los proveedores asociados.
Sandoval Miranda y los productores zoques, dieron un paso más y convencieron a un grupo de inversionistas nacionales y extranjeros para crear un proyecto turístico y construir el primer Eco-hotel “Tak Kujy” (La casa del árbol) en Pichucalco.
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