Todos tenemos en el clóset una prenda que ya no usamos por cualquier motivo y que se queda ahí, guardada durante años, para que al final termine simplemente en la basura.
Durante la pandemia, Danae Chávez Balandrán reflexionó sobre la cantidad de residuos textiles que generan las personas, y después de ver las iniciativas de algunas tiendas sobre el reciclaje de prendas, pensó en participar en algo similar, pero no sólo para evitar los desechos, sino para lograr una economía circular que aprovechara al máximo las telas.
Así surgió la idea Re.colecto, una startup dedicada a colocar contenedores para depositar las prendas en desuso, con el fin de seleccionarla y reutilizarla o llevarla a un procesamiento adecuado para su desintegración.
Con la idea de encontrar con quien colaborar en su intención de evitar los residuos, conoció a Alfonso Martínez, actual CEO de Marves, que es la principal recicladora de textiles de América Latina, ubicada en el estado de Michoacán.
“Cuando lo contacté, me dijo que él se encargaba de hacer todo el reciclaje textil post industrial (…). Es ahí cuando me dijo: ‘Tengo una idea en la cabeza, la verdad es que, así como yo recibo material para reciclaje post industrial, debe de haber ropa que también está en buen estado y que antes del reciclaje debe de pasar por muchos más procesos para poder aprovechar el textil de diferentes formas’”, expuso.
Después de separar las prendas, las que están en buen estado son puestas a la venta en tiendas de segunda mano y las que no, se envían un reciclador de telas
Así, en 2021 arrancó Re.colecto como un startup de tres personas que buscaron alianzas para aprovechar la ropa en buen estado o, en caso contrario aprovechar al máximo las telas, con el fin de evitar que los residuos vayan a los basureros o a los rellenos sanitarios.
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La startup logró alianzas con marcas, tiendas departamentales y universidades, para colocar contenedores especiales donde las personas puedan depositar la ropa que ya no usan.
Luego envían la ropa a su aliado estratégico en Michoacán, llamado Megapaca, donde manualmente separan las prendas: las que están en buen estado son puestas a la venta en tiendas de segunda mano llamadas Rechido, y las que ya no tienen en buenas condiciones son depuradas y separadas por tipos de telas, para su envío al reciclador textil Marves, donde a través de máquinas abren la fibra de la ropa.
“Salen varios hilitos, a los que se les llama borra, este material pasa por planchas, aplanadoras y calor para convertirse en materiales para bajo alfombra, bajo piso de vehículos o bajo alfombra para piso de edificios. Esto nos permite que el textil, en lugar de ir a reciclaje, termine en industrias de largo plazo que nos permitan también que este material no termine luego en la basura”, expuso.
En la Ciudad de México tienen contenedores en más de diez puntos estratégicos
El proyecto comenzó en Guadalajara y, gracias a la promoción en redes sociales y a alianzas estratégicas con tiendas y personas interesadas en promover el reciclaje de ropa. En 2021 la iniciativa llegó a la CDMX, donde tienen 20 contenedores y al finales de 2024 esperan llegar a 50.
Danae considera que una de las razones por las que Re.colecto mantiene su éxito es la transparencia con la que manejan el proceso de reúso y reciclaje.
“Han dejado su ropa en los contenedores, porque saben que les damos una gestión correcta y transparente a los residuos”, detalló.
Danae considera que una de las razones por las que Re.colecto tiene éxito es la transparencia con la que manejan el proceso de reúso y reciclaje
La emprendedora dice que responder a la pregunta “¿qué hago con mi ropa?” genera una discusión mental sobre las diversas opciones que tiene cualquier persona para deshacerse de ella. Una opción es donarla a fundaciones o a quienes podrían reusarla o venderla, pero esto no siempre resulta ser un fin óptimo, porque al final hay generación de basura.
“Nosotros colaboramos con fundaciones y nos hemos percatado de que, así como entregamos ropa, les llevamos el problema a ellos, porque tienen que conseguir voluntarios, espacios, tiempo para gestionar esa ropa y, al final, un cierto porcentaje sí la terminan desechando, porque ya no la pudieron acomodar o vender”, expuso.
Otro reto en la recolección es que a veces la gente piensa que Re.colecto recibe basura y llevan a los contenedores ropa sucia, mojada, hasta con chinches o plagas, lo que no permite sacarles el mejor provecho.
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Bajo esta problemática, Re.colecto también pretende ser un generador de conciencia ambiental y un canal para quienes tienen la intención de ayudar y no cuentan con la logística que requiere este tipo de acciones. Danae considera que hace falta más información, para que la gente mantenga su mente abierta y confíe en éste y otros proyectos enfocados a tener un futuro sostenible.
En la Ciudad de México y área metropolitana, Re.colecto tiene contenedores en Miyana Comercial, Palmas Uno, Gran Terraza Lomas Verdes, Gran Terraza Coapa, Serviplaza Echegaray, Patio Revolución, Patio Universidad, Portal Centenario, Encuentro Fortuna y Zentrika.