Los suelos son un aliado para mitigar el cambio climático, porque el carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, lo estabilizan gracias a un proceso gradual que puede tomar cientos de años, señala el estudio “Funciones de pedotransferenciasensibles al carbono para el agua disponible de la planta”.
La investigación es resultado de una colaboración de la Red México con el Soil Health Institute, de Carolina del Norte, Estados Unidos, en el que se realizaron en 2019 muestreos de suelo en 120 ensayos en América del Norte.
Te recomendamos: Alerta mundial: árboles mueren el doble de rápido por calentamiento global
También se incluyeron 16 de los ensayos a largo plazo y plataformas de investigación, en la Red México, que forman parte de Mas Agro-Cultivos para México, iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Así lo cuenta Simón Fonteyne, coordinador de Plataformas de Investigación del CIMMYT y uno de los científicos participantes en este estudio.
¿En qué consiste el estudio?
Según la investigación, el problema con los suelos es que gran parte de ellos están erosionados, lo que le impide realizar esta importante función. En el caso de los suelos agrícolas, las pérdidas de carbono ocurren en diferentes momentos y medidas y dependen del tipo de práctica.
De esta manera, los suelos siniestrados por el fuego o los que están desprovistos de cobertura, y a merced de la erosión, son los que mayores pérdidas de carbono contabilizan.
El doctor Simón Fonteyne explica que una de las manifestaciones del cambio climático más evidentes son lluvias fuera de ciclo, sequías prolongadas y se asocia con otros fenómenos que ocurren en la atmósfera. Sin embargo, durante la fotosíntesis las plantas procesan el carbono que está en el aire, que es uno de los principales gases de efecto invernadero.
Una parte de ese carbono llega al suelo y gracias a un proceso gradual que puede tomar cientos de años, se estabiliza, esto hace de los suelos un aliado para mitigar el cambio climático.
También se identifica que las prácticas de manejo sostenible, como las asociadas a la Agricultura de Conservación, tienen un efecto acumulativo y potencialmente positivo sobre el almacenamiento de carbono en los suelos.
Es así que el incremento del carbono orgánico en el suelo, depende del aporte y características del material orgánico que se agregue al suelo y su descomposición por microorganismos.
No es desproporcionado afirmar que la materia orgánica es el componente más importante del suelo, porque además, la captura de carbono se asocia con su capacidad de retención de agua.
Fonteyne subraya que, de acuerdo con los resultados de un nuevo estudio del Soil Health Institute, organización sin fines de lucro, cuya misión es salvaguardar y mejorar la vitalidad y productividad del suelo a través de la investigación y el avance científico, cada uno por ciento de carbono en el suelo aumenta en tres milímetros la retención de agua.
Este estudio aporta nueva información que puede ayudar a cuantificar los beneficios de las prácticas agronómicas que aumentan el carbono orgánico del suelo.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Estos datos se pueden utilizar para modelar el efecto de los cambios en la gestión en la resiliencia a la sequía y, porque se basa en evidencia obtenida en toda América del Norte a partir de 120 ensayos a largo plazo, 16 de ellos en México.