En el último año, un centenar de personas dedicadas a la apicultura en Campeche sufrieron la muerte masiva por intoxicación de sus colmenas en dos ocasiones.
Tras esa ruina, las autoridades fueron advertidas sobre más casos, pero no atendieron las alertas, y en enero de este año ocurrió una nueva intoxicación en 516 colmenas en 22 apiarios, lo que se estimó en casi 10 años de empleo rural perdido y 2.4 millones de pesos en pérdidas económicas. En este caso, los análisis para revelar al plaguicida responsable se encuentran en proceso.
Por ambos casos de intoxicación masiva de abejas suman 46 años de empleo rural perdido, es decir, todo el proceso de consolidación de capital de personas apicultoras; así como 15.3 millones de pesos en pérdidas económicas por la producción de miel y sus derivados, además de la reducción de polinización de otros cultivos como maíz.
El uso de fipronil en la agricultura de la región es la sustancia responsable de la intoxicación que se tradujo en decenas de años de empleo rural perdidos y millones de pesos en pérdidas económicas.
La primera intoxicación masiva de abejas ocurrió en 2023, cuando el 22 de marzo 80 personas apicultoras de las mismas comunidades denunciaron la muerte de 3 mil 365 colmenas. Para entonces se estimaron 36 años de empleo rural perdido y 12.9 millones de pesos en pérdidas económicas.
¿Qué es el fipronil?
El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) confirmó mediante el análisis de pruebas toxicológicas que la muerte de abejas en Campeche se debió al fipronil, un plaguicida de amplio espectro que se utiliza en plantíos de algodón, caña, entre otros, así como para controlar plagas de cucarachas, hormigas y otros insectos.
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La Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) clasifica al fipronil en una categoría toxicológica de nivel 2, 3 y 4, de acuerdo con la concentración en los productos comerciales.
Apicultores señalan que nadie ha atendido sus demandas
A pesar de que los apicultores afectados interpusieron una demanda colectiva, a la fecha no hay ninguna reparación del daño, aún cuando estudios como el de Ecosur y de instituciones gubernamentales confirmaron que la muerte masiva de abejas -al menos la de marzo de 2023- ocurrió por fipronil.
Incluso, hubo “un roce con las propias autoridades porque quieren echarle la culpa al campesino por malas prácticas, de malos manejos de la miel y todo eso, cuando en realidad, nosotros que vivimos de eso cómo vamos a dañar nuestras propias abejas”, explicó en entrevista con El Sol de México, Benjamín Ye, uno de los apicultores que perdió sus colmenas
Para 2022, 11 municipios de Campeche produjeron 8 mil 274.2 toneladas de miel. Hopelchén fue el segundo municipio con mayor producción -sólo por detrás de Champotón- con mil 933.1 toneladas. Ese año, la localidad obtuvo ganancias por 89.3 millones de pesos.
El señor Benjamín Ye detalla que la cosecha de miel se realiza entre los meses de febrero y mayo; y las ganancias que obtiene son su sustento durante el resto del año hasta la siguiente temporada de cosecha de miel.
Antes de la intoxicación de marzo de 2023, Benjamín Ye producía alrededor de 34 toneladas de miel que le dejaban una ganancia libre de entre 150 mil y 180 mil pesos. Sin embargo, ese mes perdió 100 de las 140 colmenas que tenía por lo que su cosecha de miel fue mínima.
Campeche, tierra de apicultores
“Eso se traduce en la ruina, el completo desequilibrio de la forma de vida de nosotros aquí las comunidades del municipio de Hopelchén, en Campeche, porque nosotros dependemos completamente de la apicultura” cuenta Benjamín Ye.
Nosotros con el dinero de la miel preparamos las tierras para sembrar el maíz, o sea, todo es un círculo.
"Todo el dinero que yo recaudo durante la temporada de cosecha de miel me sirve para llegar al próximo año, a la próxima cosecha", explica el apicultor.
Tras perder 70 por ciento de sus colmenas recibió, como el resto de apicultores afectados, un apoyo por parte del gobierno de Campeche. En diciembre de 2023 a Benjamín Ye le dotaron con 40 colmenas más para recuperar su producción de miel este año.
No obstante, con la intoxicación masiva registrada en enero de este año, posiblemente por el uso de fipronil, perdió nuevamente sus colmenas.
“Me habían dado 40 colmenas y las 40 se me murieron de nuevo”, lamenta.
Por su parte, el doctor en Ecología y especialista en abejas, Remy Vandame, señaló que la intoxicación masiva de enero tuvo una respuesta rápida de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y los análisis están en curso. No obstante, contrastó:
“En el caso del año pasado cuando se presentó la mortalidad de más de 3 mil colmenas en Campeche, hasta ahora no ha habido resolución de nadie, ni Senasica, ni Profepa, ni del juzgado, o sea más de un año no ha pasado absolutamente nada”.
El también investigador de Ecosur resalta que “el fipronil es permitido para su uso en México pero hay que señalar que en otros países está prohibido, en particular en Europa (...) su uso está prohibido por la toxicidad que tiene para las abejas”.
Detalló que en los casos que se han generado las intoxicaciones, se encontró que su aplicación en cultivos de maíz se realizó sin cuidado por lo que se extendió por kilómetros por la presencia de viento, afectando así colmenas a 12 kilómetros de distancia.
De acuerdo con Vandame es necesario que la regulación de plaguicidas como el fipronil sea más estricta. Además, apunta, existen otras alternativas para evitarlos como las prácticas agroecológicas que incluso se promueven en algunos programas gubernamentales como Sembrando Vida.
Frente a intoxicaciones, algunos colectivos de apicultores han establecido protocolos para reaccionar debido a que las instituciones medioambientales no cuentan con ninguno definido.
Desde la Secretaría de Medio Ambiente hay una iniciativa para juntar a varias dependencias del Gobierno federal, en particular a Profepa y Senasica para establecer un protocolo de qué hacer en términos institucionales.
Este diario buscó una postura de la Senasica y Semarnat para conocer el estatus de dicho protocolo, pero no hubo respuesta.
Intoxicación masiva de abejas ocurre también en otros estados
Los casos no son aislados, de acuerdo con el doctor Remy Vandame, en marzo de este año ocurrió una nueva intoxicación en Tizimín, Yucatán, aunque el impacto todavía se encuentra en proceso de análisis.
Por el uso de fipronil y otros plaguicidas como los neonicotinoides -también dañino para las abejas- se han presentado más casos en Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Durango, Coahuila, Chihuahua, Sonora, entre otros estados del país. El impacto del uso de dichos agrotóxicos se encuentra en proceso de estudio entre instituciones como Ecosur, Conahcyt y el Colectivo Maya de los Chenes.
El uso de agrotóxicos como el fipronil no sólo impactan en los polinizadores sino también en el agua de la región tal como lo corroboró el “Diagnóstico de calidad del agua en pozos y apiarios del municipio de Hopelchén, Campeche” elaborado por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y la Semarnat.
En el análisis se encontró que en aguas en espacios superficiales de Hopelchén hay degradación y contaminación por la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COVs).
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Aunque el documento no es público en los repositorios del IMTA y la Semarnat, la senadora Cecilia Sánchez García precisó en un punto de acuerdo que “entre la prolongada sequía, la deforestación, los agroquímicos altamente tóxicos, la fumigación con el plaguicida Fipronil, la producción de miel ha ido a la baja causando grandes pérdidas a los apicultores lo que se ve reflejado en la manutención de sus familias, además de que se pone en riesgo la seguridad alimentaria de los presentes y futuras generaciones”.
De acuerdo con el Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas, México está entre los primeros 10 países a nivel mundial en producción de miel. Se estima que hay 48 mil apicultores en el país, que durante la última década produjeron 59 mil toneladas de miel por año. Yucatán, Campeche, Jalisco y Chiapas producen 4 de cada 10 kilos de miel en México.