Los animales tienen comportamientos que suelen sorprender a más de una persona por lo divertidos o curiosos que pueden ser. Pero un orangután logró acaparar la atención de la comunidad científica al curarse una herida con una planta que tiene propiedades medicinales.
Rakus es un orangután salvaje que vive en el área de investigación de Suaq Balimbing, en el Parque Nacional de Gunung Leuser, Indonesia. En 2022, el ejemplar sufrió una herida debajo del ojo, que pudo ser ocasionada por la pelea con otro orangután, según explicó Isabelle Laumer, primatóloga del Instituto Max Planck y principal autora del estudio.
No obstante, Rakus logró curarse al aplicar sobre su herida una especie de ungüento que hizo al masticar hojas de savia Akar Kuning, una planta medicinal con efectos analgésicos y antipiréticos que también forma parte de la dieta de los orangutanes en esa zona de Indonesia.
"Rakus se alimentó y luego aplicó las hojas masticadas de savia en su herida el 25 de junio, el 26 de junio se lo observó nuevamente alimentándose de hojas de savia, el 30 de junio la herida se cerró y el 25 de agosto ya casi no era visible", de acuerdo con los investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (Alemania) y de la Universitas Nacional (Indonesia) que siguieron su proceso.
La historia de Rakus es el primer "caso documentado de tratamiento de una lesión por un animal salvaje con una especie de planta que contiene sustancias biológicas activas", indica el estudio.
¿Rakus sabía cómo curarse?
Antes de Rakus, los investigadores ya habían observado a otros orangutanes masticar plantas para después untarlas en sus extremidades, especialmente de dracenea, utilizada por poblaciones indígenas de Borneo para tratar dolores musculares.
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Por lo anterior, los investigadores coinciden en que el comportamiento de Rakus no fue una coincidencia y que fue intencional. Es decir, sabía que al masticar cierta planta y untarla en su herida podría curarse.
Sin embargo, los investigadores no descartan que Rakus podría haber aplicado sin querer el jugo de la planta sobre su herida, y como la planta tiene un efecto analgésico pudo replicarlo al sentir alivio.
Las investigaciones sobre el comportamiento de Rakus y otros orangutanes debe continuar para conocer la existencia de la automedicación en los parientes más cercanos de los humanos.