Los Cabos, Baja California Sur (OEM-Informex).- Estudios realizados desde hace ya 15 años, han señalado la fragilidad del arco de Los Cabos, monumento de piedra forjado por la naturaleza exótica de nuestra Península, hoy considerado un icono representativo del puerto de Cabo San Lucas, señala la ecologista sudcaliforniana, Ana Bertha Sandoval, quien advierte que las autoridades aún están a tiempo de rescatar su estructura, la cual ha sido severamente fracturada por el impacto de huracanes en los últimos años.
"Hay es tiempo de componerlo antes de que se caiga, ya que una vez que se venga abajo difícilmente se podría restaurar", dijo, expone que es una inversión que se tendría que hacer para que el turismo que visita este destino, también llamado "Finisterra", el fin de la Tierra, ya que es donde termina la Península de Baja California, pueda seguir disfrutando y compartiendo con el mundo sus fotos del recuerdo, el que dice, que estuvo en este paraíso de playa, sol y mar.
Reiteró que el peor enemigo que tiene el arco actualmente, son los huracanes, debido al fuerte oleaje que generan y el impacto de estas contra el arco; en días recientes se pueden apreciar que las grietas, cada vez más notorias y prolongadas.
Así mismo recordó que el arco está protegido con un decreto que abarca hasta el cerro del Vigía, declarado por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Por su parte, el geólogo Enrique Nava, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), del Instituto Politécnico Nacional, con sede en La Paz, ha dado a conocer a EFE que el arco "está compuesto de una roca muy dura que se llama granito; pueden ser varios kilómetros en volumen de roca sólida, y lo que estamos viendo sobre el mar es como la punta del iceberg"
Hacia el centro de la Tierra es una masa de roca granítica muy grande, y con una antigüedad de entre 13 y 15 millones de años. Enrique Nava
Algunas precauciones solamente
Finalmente, Ana Bertha Sandoval, comentó que hace tiempo se tenía un barco pirata que lanzaba al aire cañonazos, haciendo un ruido muy fuerte, por lo que tras realizar algunas gestiones, se eliminó ese espectáculo que se ofrecía al turismo y que en la actualidad también el silbato de los cruceros que arriban al puerto no se toca, solo es utilizado en ocasiones especiales, ya que los decibeles que emiten pueden provocar daños al famoso arco, pero esto no será suficiente para mantenerlo en pie por muchos años.