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Francia estaba dividida y necesitaba un gran evento federativo después de las recientes elecciones, por lo que Emmanuel Macron enmarcó los Juegos Olímpicos como una oportunidad para “unirse en torno a una Francia que da la bienvenida al mundo”, pidiendo una “tregua política” durante ese tiempo.
Sin embargo, los conservadores creen que el gran momento de cohesión nacional aún no se ha producido. Los políticos de todo el espectro conservador del país han descrito las escenas de la ceremonia de apertura como “insultos a la nación” y en gran medida abordaron el evento como un caballo de Troya para la “ideología progresista”.
El término woke, que se escucha a menudo en Francia, es cada vez más la bestia negra de una franja del establishment político. Mi investigación en el marco del proyecto financiado por la Agence Nationale de la Recherche, HLJPGenre, ya me ha llevado a analizar y descifrar el uso de términos como éste.
Pero, ¿qué es exactamente la “ideología woke”?
La palabra “woke” proviene del verbo “to wake”, el sustantivo califica a un grupo de personas que se han despertado y de repente han abordado el problema de la discriminación.
Sin embargo, los movimientos progresistas a los que se refiere el término no son exclusivos del mundo anglosajón. En Francia, los conservadores tienden a centrar su ira en la promoción por parte de la izquierda de un lenguaje inclusivo y neutral en cuanto al género, y en la defensa de las minorías como excesos modernos.
A los cristianos que están viendo la ceremonia y se han sentido insultados por esta parodia drag queen de La Última Cena, sepan que no es Francia la que habla, sino una minoría de izquierdas dispuesta a cualquier provocación
-Marion Maréchal
Y, sin embargo, cualquier francófilo sabe que el país alberga una rica tradición feminista que comienza con Simone de Beauvoir, así como los ideales progresistas de la Revolución Francesa de 1789.
El análisis semántico del discurso “antiwoke” revela que están utilizando un término inglés para evadir la discriminación abierta contra las minorías protegidas por la llamada ideología progresista.
Escenas de malestar en el Sena
Tras un proceso de pánico moral, los críticos progresistas a menudo denuncian la política identitaria general de la izquierda sin identificar un objetivo claro. La ceremonia de apertura puso remedio a este problema, ya que la sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal, se apresuró a criticar en X la escena, que se confunde con una sátira de La Última Cena:
“A todos los cristianos del mundo que están viendo la ceremonia #Paris2024 y se han sentido insultados por esta parodia drag queen de la Última Cena, sepan que no es Francia la que habla, sino una minoría de izquierdas dispuesta a cualquier provocación”, escribió.
Sin embargo, el director artístico de los Juegos Olímpicos de París, Thomas Jolly, precisó que La Última Cena "no fue su inspiración" y que la viñeta se refería de hecho a La fiesta de los dioses, que presenta un banquete para celebrar el matrimonio de Tetis y Peleo.
El director artístico de los Juegos Olímpicos aclaró que La Última Cena 'no fue su inspiración', sino La fiesta de los dioses, que presenta un banquete para celebrar el matrimonio de Tetis y Peleo
"Creo que está bastante claro, podemos ver a Dionisos llegando a la mesa. Está allí, porque es el dios de la fiesta, del vino y padre de Séquana, diosa vinculada al río. La idea era organizar una gran fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo”, agregó.
Pero cuando llegaron los comentarios de Jolly, gran parte del daño ya estaba hecho. Siguiendo el ejemplo de Marion Maréchal Le Pen, la Conferencia Episcopal de Francia lamentó las supuestas “escenas de burla y mofa del cristianismo”.
De qué estamos hablando
En términos más generales, si analizamos el contenido de las críticas dirigidas a esta ceremonia, ¿de qué estamos hablando? De personas enamoradas, a veces en ménages à trois que han sido invocados muchas veces por la literatura y otras artes, artistas en escena, espectáculos que honran a individuos, independientemente de su género, identidad, complexión o corte de pelo.
Además, el “wokisme” es también un movimiento que da particular visibilidad al lugar de las mujeres en nuestras sociedades. Quienes expresaron su indignación en la ceremonia inaugural no dijeron nada sobre las diez estatuas que representan a mujeres francesas destacadas.
En la misma línea, no hubo críticas públicas a la imagen de Paulette Nardal, que teorizó la negritud (“negritud”), que surge del Sena, ni a la redacción de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana por Olympe de Gouges, una mujer olvidada hace mucho tiempo y resucitada históricamente por los estudios feministas.
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Por cierto, como uno de los objetivos de los grandes eventos es unir a la gente, la “ideología progresista”, al ofrecer una plataforma a la diversidad, sería agradecer que todos hayan podido identificarse con este espectáculo en un momento u otro.
No debemos olvidar que las cuestiones de género, la sexualidad distinta a la heterosexual y la igualdad de género siguen siendo fuentes potenciales de tensión en el deporte. Los deportistas que no pueden o quieren mostrar su distancia respecto de las normas sociales de sus respectivos países fueron bienvenidos en París… ¡Disfruten de los juegos!
* El autor es doctor en derecho e investigador postdoctoral de la Universidad de Burdeos. Traducción de El Sol de México.
