En la siempre populosa calle Arroyo de la Plata, a sólo tres cuadras de la Catedral Basílica, se encuentra El Socavón, una cantina que suele pasar desapercibida pero que abrió sus puertas en los años 60.
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Haciendo honor a su nombre, El Socavón se encuentra en el subsuelo de esta ciudad minera, por lo que es necesario bajar a un nivel subterráneo para encontrarse de pronto con la barra, las sillas, la mesa y la rocola.
En pleno día, la existencia de la cantina es delatada sólo por la música que sale a la superficie de una calle plagada de comercios y puestos semifijos.
En sus tiempos de gloria fue una de las locaciones de El As de Oros, película de 1968 en la que aparece el cantante Antonio Aguilar, y otras figuras del cine nacional como Flor Silvestre, Manuel Capetillo y Fernando Soto Mantequilla.
La filmación de la película es una de las historias que cuentan clientes como don Enrique, vendedor de automóviles jubilado, quien ya ni recuerda cuando fue la primera vez que bajó a El Socavón.
“Aquí vengo desde cuando no se permitía la entrada a las mujeres, antes de tanto dueño que ha tenido este lugar”, asegura.
Comenta que cuando se filmó la película, la cantina tenía un aspecto muy diferente, pues los muros estaban hechos de adobe y vigas, mientras que las mesas y las sillas –hoy de metal y tapiz- eran de madera.
Lo que más se sirve en este lugar es mezcal, la bebida tradicional de Zacatecas, según dice Maricruz Álvarez mientras sirve uno de los primeros caballitos del día.
Con más de siete años atendiendo la barra, opina que es importante que este tipo de lugares de convivencia sigan abiertos, pues son testigos de muchas historias y ya forman parte de la cultura de la ciudad.
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“También nos visitan algunas personas jóvenes y turistas, pero por lo general aquí vienen señores grandes de aquí de Zacatecas, que vienen a recordar otros tiempos y a platicar sus historias y las historias de personas que ya fallecieron”.