Un grupo multidisciplinario de la UNAM busca rescatar la manera tradicional en la que se manufactura la bola de hule y con ello busca impulsar que el juego prehispánico ulama, también conocido como pok ta pok, sea declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, por la Unesco.
Emilie Carreón y Nora Pérez, del IIE, trabajan en colaboración con Baldomero Esquivel, responsable de proyecto, y con Marisol Reyes, Mayra León y Everardo Tapia, de los Laboratorios Nacionales para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto de Química, así como con investigadores del Instituto de Física y con jugadores de esta práctica ancestral.
"Ya existen las iniciativas para declararlo Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad y es importante que sean promovidas por la UNAM", dijo Emilie Carreón, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE).
Para saber qué productos naturales y tradicionales son usados para la elaboración de la pelota y la metodología de su fabricación, el grupo de trabajo se ha dado a la tarea de recuperar los conocimientos que al respecto tienen algunas comunidades.
De acuerdo con la universitaria, la información derivada del dato arqueológico y del intercambio con jugadores de ulama de cadera, a través de un acercamiento intercultural, permitirá crear una base de datos que generará los perfiles químicos de los productos usados para fabricar la bola.
“Esto permitirá procesar el látex del árbol (castilla elástica) y establecer una metodología para analizar de manera comparativa y no destructiva las bolas de hule prehispánicas y contemporáneas. Con esto se pretende preservar saberes ancestrales, hacer una propuesta de la técnica de su manufactura y fabricar bolas para los jugadores”, detalló.
Identidad de Mesoamérica
El juego con bola de hule se registra en las culturas Olmeca y Maya, así como en Teotihuacán, la región del Golfo, los toltecas y los mexicas; es una característica que define a Mesoamérica. La arqueología registra que muchas culturas de la región practicaban este juego, como lo atestiguan las más de mil canchas encontradas en la zona.
El juego de ulama de cadera lo presenciaron conquistadores y religiosos, y se asombraron de las cualidades de la bola de hule por su elasticidad y ‘vida propia’. “Nunca habían visto una pelota semejante, con rebote mucho mayor a las hechas de pelo o vejigas infladas, usuales en el viejo mundo. Estaba hecha de látex líquido del árbol del hule, nombrado posteriormente ‘castilla elástica’; la bola de hule es característica de un juego ritual que produjo asombro entre los europeos cuando llegaron a América, y que pronto prohibieron”, recordó.
No obstante, siguió practicándose y perduró en algunas regiones del noroeste del país. En la década de 1980, en Sinaloa el cineasta Roberto Rochin en su película “Ulama” registró esta práctica ancestral, así como la fabricación de la bola, que pesa alrededor de tres kilogramos. Es ésta bola la que los universitarios analizan en su proyecto, con el propósito de hacer réplicas con el apoyo del cineasta y de Monago Lizárraga, jugador de ulama en Sinaloa, y sus colaboradores.
En la actualidad, el juego también se practica en diferentes regiones de Latinoamérica, y tiene su cenit en la Copa Mundial Mesoamericana Deporte Ancestral de la Pelota, creada en 2015, en la que participan México, Belice, El Salvador, Honduras, Panamá y Guatemala.
México es representado por jugadores de la liga olmeca de Tabasco, otomí de Querétaro, la teotihuacana, la tlaxcalteca, la chiapaneca y tenochca, por mencionar algunas que se suman a la liga maya en Mérida.
De manera paralela, con arqueólogos del INAH se revisan hallazgos de bolas de hule de las culturas olmeca y teotihuacana para comparar y analizar su fabricación, conocer sus características y vincularlas a la bola de hule utilizada en la actualidad.
Práctica en la UNAM
En febrero de 2020, por primera vez se practicó ulama en la UNAM (Ciudad Universitaria). Los jugadores son alumnos de las facultades de Filosofía y Letras y de Química, que entrenan entre las canchas de basquetbol y voleibol frente a la FQ, los martes de 12:00 a 14:00 horas y los jueves de 16:00 a 18:00 horas, y están en aras de conformar un equipo.
“Es una comunidad diversa, que convive en la cancha y busca la preservación de este juego, con énfasis en la fabricación de la bola de hule”, concluyó Daniel Santiago Luna, entrenador de los jugadores universitarios.