Desde el inicio del cristianismo, pasando por los pueblos paganos y la gran movilización de costumbres en los territorios conquistados de Latinoamérica, el 28 de diciembre se conmemora el día de Los Santos Inocentes, actualmente las bromas pesadas son la filosofía que rige esta celebración, pero cada país guarda diferentes significados para esta ocasión.
Dentro de la semana de celebración por el nacimiento de Jesús, la iglesia católica conmemora el día octavo la muerte de los Santos Inocentes en honor a cientos de niños que fueron asesinados por órdenes del Rey Herodes ante su temor de ser destronado, el 28 de diciembre.
Desde entonces, ese día de duelo se mantuvo para los creyentes de la fe católica. Sin embargo, la Edad Media se encargó de combinar este rito con otro más pagano conocido como la “Fiesta de los locos”, celebrado en los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo. Se dice que estas fiestas eran tan escandalosas, que la Iglesia, en su afán por calmar las excentricidades de sus participantes, decretó que se celebrara el día de los Santos Inocentes.
Se inició de esa forma la unión pagano-religiosa de estas fiestas, donde se juegan bromas de todo tipo a los más descuidados: desde avisos pegados en la espalda al saludar a alguien hasta bromas insólitas que han terminado con los “inocentes” en un hospital, víctimas del susto.
Para el mundo sajón, sin embargo, esta fiesta se celebra el 1 de abril. La fecha probablemente se derivó de Francia a partir del siglo XVIII, pues al cambiar al calendario Gregoriano, muchos olvidadizos o conservadores, seguían ofreciendo regalos de año nuevo el 1 de abril, fecha cuando empezaba el año anteriormente.
En México, por ejemplo, los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de modo tal que la información parezca real, pero no es más que una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor e ingenio.