México es uno de los países con niveles más altos de estrés, según la Organización Mundial de la Salud. Entre 30 y 40 por ciento de la población del país lo padece, lo que lo coloca en el segundo lugar mundial, sólo después de China.
Como respuesta a este fenómeno, hace más de una década surgieron los llamados cuartos de ira o anger rooms, que son lugares a los que la gente puede ir a descargar su ira destruyendo todo tipo objetos dentro de una habitación, en un entorno controlado.
Los objetos que se pueden romper dentro de estos cuartos de ira suelen ser desde botellas y trastes hasta muebles y aparatos electrónicos, aunque cada persona puede elegir qué es lo que quiere destruir.
Las primeras salas de este tipo se abrieron en Japón, hace más de una década, y rápidamente la idea se comenzó a replicar en países como Serbia, Inglaterra, Estados Unidos, España y Argentina.
Hace poco más de un año, Diana Turner tuvo la idea de traer dicho concepto a México, bajo el nombre de Break Out.
“La idea es romper cosas para poder sacarlo todo, ya sean botellas, televisiones o también pegarle a un saco de box, gritar, mentar madres… Todo eso nos va a ayudar a sacar el estrés, la ansiedad o incluso emociones como el enojo, el miedo o la tristeza”, nos dice la también comunicóloga.
En este tiempo, Diana y su equipo han recibido a más de 700 personas que acceden a cualquiera de los paquetes que ofrece Break Out.
La mayoría de sus visitantes son parejas, generalmente porque uno de los dos le regala la experiencia al otro e incluso algunas veces los llevan sin que sepan, para darles la sorpresa, aunque también han tenido casos de adolescentes que llevan a sus papás.
“Tenemos paquetes específicos para los niños, y los papás se divierten mucho cuando entran con ellos, hasta competencias hacen de a ver quién rompe más… También puede ser muy divertido”, cuenta.
De esta manera, cada semana se rompen en Break Out entre 20 y 25 televisores y unas 500 botellas, además de otros objetos.
Diana nos cuenta que todo lo que de aquí sale se recicla. “Trabajamos con una empresa medioambiental que recoge los residuos y lo que aún sirve lo reciclan”.
EXPERIENCIA PERSONALIZADA
Sin embargo, la oferta de Break Out puede ser completamente moldeable, personalizada.
“Si alguien quiere escoger una televisión determinada, por ejemplo, una de Disney, porque era la que tenía en su niñez, pueden hacerlo. O a mí por ejemplo me encanta romper figuritas de cerámica… Todo se puede personalizar”, asegura Turner.
Otra de las actividades favoritas de la gente que visita este cuarto de ira, es rayar o escribir cosas en el saco de box, al cual luego golpean, también para liberar todo tipo de emociones.
Pero en esta sala han tenido todo tipo de visitantes y con diferentes requerimientos: Desde una persona que quería romper su anillo de compromiso, personas que llevan fotos de su expareja o de su jefe o cualquier otro objeto que les sirva para destruir y sacarlo todo.
“Nosotros ofrecemos sesiones y experiencias de humano a humano, agrega. “Sabemos las personas vienen con muchas emociones, por lo que no son un producto para nosotros y por lo tanto los acompañamos o si de repente alguien se pone a llorar y es necesario quedarnos con él más tiempo, pues cerramos y lo hacemos, movemos las sesiones para darle compañía a esa persona”.
EXPERIENCIAS FUERTES
La fundadora de Break Out recuerda que una vez los visitó una persona que cuyo padre se había suicidado unas semanas antes, aunque no lo había externado previamente:
“En esa sesión sí tuvimos que darle la oportunidad a la persona de que estuviera un poco rígida y que fuera descargando sus emociones hasta que llegó a un quiebre, es decir, a romper en llanto y después de esa catarsis nos dimos cuenta de que fue una sesión muy bonita, porque al final pues pudo descargar cosas que no había descargado… Y claro, eso no significa que la persona ya se alivianó, porque esa es sólo una parte de su descarga emocional”.
También han tenido clientes que les han pedido cosas raras, como alguien que les pidió féretro. “Y nos han pedido coches, que fue algo a lo que no hemos podido llegar, hacer que la gente rompa coches, porque sí más complicado”, agrega.
LA EXPERIENCIA COMPLETA
Diana enfatiza que la experiencia de Break Out es integral, ya que le dan la misma importancia al descargar las emociones rompiendo cosas, que al regresar y poder relajarse, para equilibrar la energía.
“Para eso tenemos otra parte, que es el cuarto Zen o el cuarto de relajación, para que la energía que se desbordó al inicio ya la regresas, digamos limpia a tu cuerpo, para equilibrar todo”.
Esto lo hacen a través de una sesión con biofrecuencias binaurales, que están hechas específicamente para relajarse. Esto lo implementaron cuando se dieron cuenta de que las personas salían con la energía a tope, empoderadas, por lo que es necesario volver a bajar toda la energía, todo esto para, como dice Diana, “volver a bajar a la realidad”.
LA BANDA SONORA TAMBIÉN ES MUY INTENSA
Cada visitante elige el tipo de música que quiere escuchar mientras rompe cosas. Curiosamente, hay un grupo de artista que se repiten entre las elecciones de las personas.
“Tenemos una especie de top ten, en donde siempre están AC/DC, Metallica, System Of A Down, Rammstein y Marilyn Manson, pero también Dua Lipa, Miley Cyrus y Gloria Trevi… Aunque también hay quienes han pedido a José José o Vicente Fernández”, nos cuenta.
SÓLO POR DIVERSIÓN
Y aunque las personas también pueden asistir a Break Out sólo para divertirse, Diana asegura que siempre terminan sacando algo que traen guardado.
“Seguramente en el camino vas a sacar algo, porque hay mucha gente que llega con la idea de sólo divertirse, pero vivimos en una de las ciudades más estresadas del mundo, además de que hemos estado en una pandemia, encerrados y demás, pero sí, pueden llegar sólo a divertirse y echar relajo”.
Los interesados en vivir esta experiencia, que se ofrece en la Ciudad de México, pueden reservar a través del Instagram y el Whatsapp que se encuentran en la página de Breakoutmx: aromperla.com.mx
“Siempre intentamos que haya diversos paquetes, desde los muy accesibles hasta los más sofisticados, para que pueda venir la mayor parte de la gente”, puntualiza.
Lee también otros contenidos de Normal ⬇️