Diciembre llegó y con este frío mes comienzan las posadas, los tamales, el ponche y por supuesto, la Navidad. Esta festividad está asociada a Santa Claus, un personaje alegre que regala juguetes a los niños y niñas que se portaron bien en el año; sin embargo tiene su antagonista, Krampus.
Krampus es quien castiga a los pequeños cuando desobedecen y es muy común en la cultura europea, principalmente en Alemania, Hungría, República Checa y Austria, pero ¿cuál su origen?
Aquí te contamos sobre el origen de Krampus y por qué parece un demonio, aunque no lo sea.
El origen de Krampus
El origen de la Navidad tiene que ver con la religión judeocristiana y en específico con el nacimiento de Jesucristo. La festividad se oficializó entre el 320 al 353, durante el mandato del papa Julio I.
En Navidad, y también impulsado por la mercadotecnia, se creó la figura de Santa Claus. Un hombre rechoncho, de traje rojo, con una risa gruesa y particular que reparte regalos casa por casa a los niños que se portaron bien.
En contraposición está Krampus, un demonio mitad cabra y castiga a quienes se portan mal en Navidad. Acompañado de cadenas y palos de abedul, golpea a los niños que se portaron mal y se los lleva al infierno.
Krampus se deriva de la palabra alemana krampen, que significa “garra”, es hijo de la diosa Hel, de la mitología nórdica y más que un demonio, tiene rasgos de un fauno.
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Debido a esta similitud con los demonios, la Iglesia Católica ocultó la figura de Krampus para que no apareciera en Navidad; sin embargo, en países europeos está resurgiendo la tradición cada 6 de diciembre.