La llamada "Danta", fue, de acuerdo con los relatos de quienes escucharon a sus abuelos narrar sus encuentros, un "monstruo" temido en toda la región, cuyo mortífero ataque era solamente comparable al de encontrarse con un "tigre", como le llamaban al jaguar en las zonas selváticas.
La fauna del sureste mexicano y de Tabasco en particular es una de las más diversas del orbe, e incluye ciertas criaturas que rayan en lo legendario.
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DANTA O ANTEBURRO: EL TEMOR DE LOS CAMINANTES NOCTURNOS
De acuerdo a estos relatos, los cazadores del siglo pasado que solían merodear por las noches para lamparear a sus presas, buscaban nunca toparse con la Danta, también denominado tapir o "anteburro", y el encuentro podía resultar mortífero si el animal era una hembra cuidando a su cría.
De este animal, poco saben los tabasqueños modernos. Algunas fotografías, sin embargo, se conservan para dar fe de su existencia y del miedo que le guardaban los caminantes nocturnos.
Se trata de un tapir centroamericano (tapirus bairdii), al que en Tabasco se le conoció como Danta, y en otras partes de América como el "anteburro", y se trata de la especie de mamífero terrestre más grande de toda la región, desde Veracruz, pasando por Tabasco, Chiapas y hasta Guatemala, el cual hoy en día se encuentra en extinción.
Los ejemplares que quedan viven principalmente en las selvas de la península de Yucatán y en los bosques tropicales húmedos de América del Sur, y en la selva amazónica.
UN ANIMAL TERRITORIAL
Su apariencia no suele ser intimidante, pero puede pesar hasta 300 kilos, y es sumamente territorial, por lo que si se invade su territorio, ataca con fuerza. Se mueve a gran velocidad por tierra pero también es capaz de cruzar ríos y otros cuerpos de agua, donde camina en el fondo de los afluentes, como hacen los hipopótamos.
La Danta atacaba de día o de noche, y las leyendas cuentan que incluso llegó a entrar en los caseríos o los pueblos, embistiendo todo lo que se le atravesaba, incluyendo las personas. Los mayas le tenían pavor. También era llamado tzíimin, y al desembarco de los españoles, estos lo emparentaron con los caballos, y comenzaron a diezmarlo porque no se le podía domesticar.
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Algo equivalente a la bestia, lo más cercano en la cosmogonía indígena a los animales y espíritus de la noche, sólo vencible por el jaguar al que, empero, eventualmente podía descalabrarlo de un solo golpe y sobrevivir al encuentro.
EVIDENCIAS DE SU EXISTENCIA
De la terrible Danta tabasqueña, se conservan algunas fotografías, en la fototeca del INAH, que acompañan esta nota; la bestia, con la cabeza sostenida con horquetas, fue cazada a orillas de un río de Tabasco, del cual no se especifica el nombre; las gráficas fueron fechadas en 1910 y también en 1950.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, el tapir centroamericano puede alcanzar un peso de hasta 300 kilogramos; tiende a ser solitario y puede tener actividad tanto diurna como nocturna; esta especie es conocida por ser excelente nadadora y buceadora, capaz de cruzar ríos caminando sobre el fondo de los mismos; su conducta reproductiva es poco conocida en el medio silvestre.
En hembras cautivas se ha observado que el período de gestación dura entre 390 y 400 días; en cada camada solamente nace una cría de aproximadamente 10 kilogramos, que es capaz de caminar y moverse con la madre de 10 a 15 minutos después de nacida.
En tiempos precolombinos, tuvo un rango de distribución prácticamente continuo desde el sureste de México hasta el noroeste de Colombia; se alimenta de hojas, frutos, semillas y corteza de hierbas, arbustos y árboles; es un importante dispersor de semillas por lo cual juega un papel importante en la dinámica de los bosques tropicales donde habita; es el mamífero terrestre más grande del sureste de México, con distintiva nariz en forma de trompa; en México, el tapir habita en los bosques tropicales húmedos y el bosque mesófilo de montaña, principalmente en los estados de: Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo, en las Áreas Naturales Protegidas Calakmul, Montes Azules, Sian Ka’an, La Sepultura, La Concordia, El Triunfo y Selva El Ocote.
Para su conservación, el gobierno de México trabaja en el desarrollo de un Protocolo de Monitoreo Estandarizado Tri-nacional: México, Guatemala y Belice.
Es así como la Danta pasa a engrosar el bestiario tabasqueño en el que también están los pejelagartos, que años atrás alcanzaban dimensiones monstruosas, o las Sahuyanes que llegaban a medir más de 10 metros, o los "zorros voladores" que a veces eran avistados en lo profundo de las selvas.