La velocidad con que se pueden transmitir datos desde dispositivos móviles, con la privacidad que otorgan los mismos, ha exaltado el intercambio de material sexual de forma directa o a través de grupos privados en redes sociales.
Esta problemática social ha crecido tan rápido, que diversos gobiernos en Europa han destinado oficinas y grupos de trabajo para prevenirla y atender a las víctimas. En Inglaterra, se creó el servicio de ayuda telefónica para el “porno de venganza”, como también se le conoce a esta práctica en países anglosajones.
De acuerdo con información de la iniciativa Revenge Porn Hotline, a partir del 23 de marzo y de forma paralela con la cuarentena en dicho país, se duplicó el tráfico a su sitio web y se abrieron más casos en las siguientes cuatro semanas que en cualquier periodo previo de cuatro semanas.
Expertos afirman que, ante el aislamiento que la cuarentena impuso, los abusadores pueden recurrir a las amenazas de difusión de imágenes íntimas para mantener control sobre sus víctimas, incluso a la distancia.
Además, consideran que el no poder compartir espacio con sus víctimas -como previamente lo hacían en la escuela, trabajo o comunidad- exacerba los impulsos por causar daño mediante esta práctica moderna. Un caso relatado por la BBC, describe la frustración de un hombre porque su ex novia se vio obligada a pasar la cuarentena en aislamiento con su nueva pareja, lo que desató amenazas de esta índole hacia la víctima.
Otro término que se relaciona con el Revenge Porn y que comenzó a utilizarse con amplitud en años recientes es “pack”, que literalmente se traduce como “paquete” y que se entiende como el conjunto de material gráfico íntimo y no autorizado para su difusión.
Ya sea por un ataque cibernético, como los que han expuesto a celebridades del más alto reconocimiento mundial, o por traición a la confianza entre parejas sentimentales o amigos, la facilidad y rapidez con que se transmiten estos “packs” han generado pesadillas para familias enteras y chicas que ven vulnerado su cuerpo, sin poder controlar el alcance que tienen esas imágenes.
En México, un país donde el abuso sexual fue el delito con más casos en 2019 (21,407), las familias deben estar preparadas para abordar problemáticas que no existían hace una década.
Temáticas de la crianza como el uso de preservativos y prevención de enfermedades sexuales, deben integrar el uso de redes sociales e intercambio de material gráfico con mucha puntualidad y empatía, un problema que los padres de los 80, 90 e inicios de los 2000 nunca tuvieron en el panorama.
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