Si no fuera por el anime, probablemente la cultura moderna japonesa no hubiera logrado permear en nuestra sociedad como lo ha hecho hasta ahora, ni ganar la popularidad de la que ahora goza. Fue a través de los clásicos de animación que muchos tuvieron un primer contacto con la música asiática contemporánea.
La historia de lo que ahora se considera una subcultura se inició gracias a Osamu Tezuka y Astro Boy, manga que fue adaptado a serie de televisión en 1963. El tema principal de esta caricatura, Atom March, ya había sido pensado como un complemento de la historia, ejemplo que siguieron proyectos como Space Battleship Yamato y Mazinger Z.
➡️ ¿Quién dijo miedo? Aquí los mejores animes de terror para disfrutar
Los opening (o temas musicales de apertura) de dichas caricaturas fueron construidos como canciones rock y pop, mismas que cobraron la popularidad suficiente como para lanzar discos y realizar conciertos. Japón, a través del anime, abrió su mundo musical al resto del mundo, mismo que hoy ha sido devorado por el K-pop.
Corea del Sur se ha adueñado de las tendencias musicales gracias a sus idols y una excelente estrategia de marketing que sabe darle al público lo que quiere. El éxito ha sido tan abrumador que bandas como BTS ya cotizan en la Bolsa de Valores de Seúl. A través de su disquera BigHit Entertainment, el año pasado registró un beneficio operativo de 127 millones de dólares.
¿Cómo puede entonces competir Japón contra este monstruo en la industria de la música? Sony Music cree que la respuesta está en el anime y sus openings. Previendo el éxito creciente de estas canciones la compañía lanzó el sello Sacramusic en 2017 con el plan de utilizar su ecosistema de anime para maximizar el valor de las anison (canciones de anime), un activo exclusivamente japonés.
En entrevista para el medio japonés Nikkei Asia, el gerente general de Sony Music, Yosuke Hasegawa detalló que la intención es marcar artistas de anime y lanzarlos tanto en Japón como en el extranjero. "La expansión de la música en el extranjero no es diferente de las exportaciones e importaciones comerciales", añadió.
Hasegawa contó que hace 10 años, mientras acompañaba a un cantante afiliado a Sony en una gira por el extranjero, el manager de un artista británico le preguntó qué tipo de música le gustaba, a lo que él contestó que un cantante famoso en Japón. El manager británico se mostró indiferente y dijo: "Tenemos lo mismo en nuestro país, pero las canciones de anime son divertidas".
LiSA Y DEMON SLAYER
De acuerdo con un reporte de Nikkei Asia, el mercado japonés de música de anime creció significativamente en 2019, un 23% más que el año anterior, lo que se reflejó en ganancias por 229 millones de dólares. Incluso con la pandemia que dejó graves secuelas en la industria musical en todo el mundo la demanda de anime y su música ha sido robusta.
En gran medida se debe a que las anison han cobrado popularidad en el extranjero. Según Spotify, la canción japonesa más reproducida en 2020 fue Gurenge, con LiSA como la artista japonesa mejor clasificada. Ocho de las otras 10 canciones japonesas principales también tenían sus raíces en el anime.
El opening de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es el ejemplo vivo de que el anime puede volver a ser punta de lanza en la música japonesa a nivel internacional. La casa de anime Aniplex le propuso a Sony Music Labels que LiSA interpretara la canción para dicha serie, a lo que Hasegawa aceptó. El resultado fue que Demon Slayer rompió récords de taquilla de películas japonesas en 2020, mientras que LiSA ingresó en las listas de éxitos.
La compositora de Gurenge, Kayoko Kusano, encabeza las listas de popularidad del anison y recientemente reveló en un programa de televisión que ha ganado más de 2.2 millones de dólares gracias a esta canción. Las regalías provienen desde los CD hasta reproducciones en el karaoke; éste último fue la principal fuente de ingresos.
La canción interpretada por LiSA debutó digitalmente en abril de 2019 acumulando más de 1 millón de descargas en julio de 2020 y encabezó la lista de clasificación de sencillos digitales para 2020. Incluso la canción se presentó en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con la actuación de la Tokyo Ska Paradise Orchestra. Parte del soundtrack de Kimetsu también fue utilizado por la gimnasta mexicana Alexa Moreno para sus rutinas durante la justa olímpica.
Probablemente de no ser por el anime, el J-Pop y J-Rock no se habrían popularizado internacionalmente. Otra de las producciones favoritas en los últimos años es Shingeki no Kyojin, mejor conocido como Attack on Titan. El opening de su primera temporada, Guren No Yumiya de Linked Horizon, recopiló 13 millones de reproducciones globales en Spotify en 2018.
La plataforma de streaming musical al notar el público que cautivó, empezó a crear listas especializadas con la música de los animes más vistos en Estados Unidos, como JOJO’s Bizarre Adventure, esperando tener el mismo efecto que ha logrado el K-Pop.
En un comunicado la empresa anunció que logró posicionar el tema de apertura de la primera temporada de Tokyo Ghoul; en solo nueve meses la canción sumó 11.6 millones de reproducciones con un número de oyentes mensuales mayoritarios en Estados Unidos y no en Japón como se habría esperado.
ANIME ON DEMAND
Mientras tanto, el mercado del anime sigue creciendo. De acuerdo con Grand View Research, el mercado mundial de anime se valoró en 23.56 mil millones de dólares en 2020. La fuerza detrás de esto son las ventas en el extranjero, que ya representan casi la mitad del mercado total.
En diciembre de 2020 Sony anunció que a través de Funimation compraría el principal transmisor de anime estadounidense: Crunchyroll de AT&T por poco menos de mil 175 millones de dólares. La adquisición buscaba sumar a 90 millones de clientes a su ecosistema.
Esta operación podría suponer una competencia para Netflix al agregar 70 millones de miembros gratuitos de Crunchyroll y los 3 millones de suscriptores de pago a su cartera de compañías de producción y transmisión de anime. La apuesta es que Crunchyroll también se integre con las operaciones musicales establecidas de Sony.
“El equipo de Crunchyroll ha hecho un trabajo extraordinario al construir una comunidad apasionada de fanáticos del anime. Su éxito es un resultado directo de la cultura de la empresa y el compromiso con sus fans ", dijo Tony Goncalves, CRO de WarnerMedia, en un comunicado. “Al combinarse con Funimation, continuarán alimentando una comunidad global y llevando más anime a más personas", agregó.
Por su parte, Netflix sabe el nicho que puede aprovechar. La apuesta por el anime le valió a la plataforma de streaming captar en Japón dos millones de nuevos suscriptores, lo que finalmente llevó a un aumento de contenido de este género agregando títulos como Fullmetal Alchemist, Naruto y Bleach.
En junio de 2019 Netflix se asoció con Production I.G., Inc. y Anima Inc. para desarrollar nuevo contenido de anime: Ghost in the Shell: SAC_2045 y Altered Carbon: Resleeved, respectivamente. Otro de los golpes fuertes fue la adquisición de 21 películas de Studio Ghibli.
CANCIONES INFANTILES
Al principio las animaciones se apoyaban en clásicos de la literatura para niños, tal es el caso de El perro de Flandes o Heidi. Eventualmente, en la década de los 70 hasta los 80 las compañías de juguetes vieron una gran oportunidad al convertirse en los principales patrocinadores de anime y a través de él poder vender mercancía como robots, muñecas y varios accesorios que pudieran construir una audiencia dirigida al anime.
Estos juguetes solían tener promociones para aumentar la venta, así que podían venderse estampas coleccionables o mini figuras. Dentro de estos productos especiales se comenzó a contemplar discos de vinil con las canciones de la caricatura en cuestión. Podría decirse que éste fue el precursor de la industria de las canciones de anime como un mercado competitivo en Japón.
Entre 1980 y 1990 la música anime se volvió un elemento básico de las listas de Oricon, una empresa japonesa especializada en la industria musical. Canciones como A Cruel Angel's Thesis de Neon Genesis Evangelion o Moonlight Densetsu de Sailor Moon vendieron millones de discos y convirtieron en estrellas a los locutores que los interpretaron.
El boom internacional del anime tomó su segundo aire en el extranjero gracias a Dragon Ball, Cowboy Bebop, Ranma ½, Sakura Card Captor, Pokemon, entre otros. Entre 2002 y 2017, la industria de la animación japonesa duplicó su tamaño a más de 19 mil millones de dólares anuales.
Hoy día, en los karaokes de Japón tres canciones de anison suelen liderar las listas de popularidad: A Cruel Angel's Thesis, seguido por Bitter Step y Gurenge.