¿Cuál es la mejor ventana al adulto en el que los niños pueden convertirse? Observaciones en esta invitan a prestar atención al juego como una forma de asegurar que crezcan con valores como la empatía y socialización; especialmente el juego con muñecas.
Normalmente relegado como una conducta exclusiva de las niñas, un estudio realizado por el Centro de Ciencias del Desarrollo de la Universidad de Cardiff demuestra por vez primera los beneficios de esta actividad para todos los infantes sin importar su género.
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El estudio, centrado alrededor del “pretend play”, un término que designa a todos aquellos juegos donde los niños “pretenden” o fingen ser otras personas, examinó la activación de las regiones prefrontales y del surco temporal superior en el cerebro mientras los sujetos de 4 a 8 años jugaban libremente con muñecas o juegos de tablets con algún compañero o por su cuenta.
¿Los resultados? El juego con muñecas mostró un estímulo mayor en las áreas del cerebro relacionadas con la habilidad social y la empatía, incluso en aquellos que jugaron por su cuenta. Esta información es especialmente relevante en tiempos cuando el juego social ha sido relegado al espacio virtual debido a la pandemia, mientras que los juguetes tradicionales han tenido que aprender a usarse, más que nada, en aislamiento de otros niños.
Jugar con muñecas anima a los niños a pensar desde la perspectiva de otra persona dentro de los escenarios que crean en su imaginación, incluyendo sus sentimientos e intereses.
Un dato importante en el que se ha hecho hincapié es que los beneficios de este tipo de juego no distinguen entre niños o niñas, que aprenden estas habilidades de forma equivalente. Entre las muñecas existen una gran variedad de personajes con los que identificarse, entre roles y profesiones, pudiendo ser todos objetos de proyección en las historias mentales del niño.
Otra de las aplicaciones en las que se encuentra utilidad en el juego con muñecas es en niños que prefieren jugar solos debido a que experimentan la inclusión de sus pares, lo cual puede resultar en un desarrollo más lento de habilidades sociales. Si jugar con muñecas ayuda a los niños a practicar estas habilidades sin el riesgo de rechazo o exclusión, podría ser una vía para mejorar cómo se desenvuelven en la sociedad en un futuro.
En el caso de los juegos virtuales, se encontró que el tiempo frente a la pantalla es más beneficioso para el desarrollo cognitivo y social cuando se lleva a cabo interactivamente con un compañero.
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